miércoles, 20 de junio de 2018

Día mundial del refugiado ( o sea, todos los días del año para quienes no han perdido la memoria del corazón ni la conciencia)




Carta de Palestina

Este hombre es mi padre. Se llama Salman y es palestino y, por ello, refugiado. Nació en el año 1950 en el campamento de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania, dos años después de la creación del estado de Israel, lo que provocó que toda mi familia inmediatamente adquiriera el estatus de refugiados y fueran desposeídos de sus casas y tierras.

Mi padre nació en una de las tiendas de campaña de ese campamento, recibió ayuda humanitaria y tuvo una infancia y una adolescencia verdaderamente duras. El hecho de ser refugiado no consiste solo en tener que huir. Conlleva también el no ver satisfechos muchísimos derechos humanos fundamentales, vivir en una pobreza extrema y sobre todo, consecuencias psicológicas irreparables.

El agujero que te deja en el corazón y en la cabeza ser un ciudadano de tercera, sin patria; ser humillado y sometido por otro país ante la mirada impasible del resto de países es algo difícil de describir, pero trae una desolación extrema.

Es bonito que se conmemore hoy el Día Internacional del Refugiado, pero lo que de verdad se necesita es visibilidad y ayuda. UNRWA ofreció educación y comida a mi padre cuando era pequeño, él tuvo suerte y con 18 años pudo venirse España y empezar a construir un futuro. Pero en Palestina y cruzando el Mediterráneo y en decenas de lugares del mundo, hay millones de personas que siguen refugiadas o buscando refugio, en unas condiciones penosas, pasando miedo, hambre y un sufrimiento inmenso. Por eso tu apoyo es fundamental. GRACIAS, sol, por estar junto a la población refugiada de Palestina.

Abrazos,
Marwan, cantautor y poeta.

El personal sanitario no puede ser objetivo Militar. #StopAgresionesEnGaza

EL NUMERO DE PERSONAS MUERTAS Y HERIDAS SIGUE AUMENTANDO EN GAZA.- Ella es Razan, tenía 21 años y trabajaba como voluntaria en las protestas en Gaza para salvar vidas, este mes ha perdido la suya por disparos israelíes. Unos días antes de su asesinato, explicaba sus razones para estar allí. “Ser médico no es sólo trabajo para un hombre. También lo es para una mujer. Nosotras tenemos un papel importante aquí. Tenemos un objetivo. Salvar vidas y evacuar a los heridos, y enviar un mensaje al mundo. Sin armas, podemos conseguir cualquier cosa”. Con ella son ya 128 las personas asesinadas por el ejército israelí desde el inicio de las protestas en Gaza, el pasado 30 de marzo. 

Seguimos trabajando, pase lo que pase:

Este mes tenemos buenas noticias. Por fin hemos podido acceder a Yalda, donde se encuentran desplazadas muchas familias del campamento de Yarmouk. Es la primera vez en dos años que podemos llegar allí y proporcionar asistencia de emergencia, como medicamentos y alimentos, a las personas desplazadas por los recientes enfrentamientos en Yarmouk. El campamento, que lleva años sufriendo la violencia del conflicto, se encuentra totalmente destruido y las personas que han huido de allí lo han perdido todo. Nada de esto hubiera sido posible sin ti, sol.
PERDER TU HOGAR ES COMO PERDER LA VIDA.- La casa de la familia de Ghassan sufrió graves daños durante la ofensiva de 2014 sobre Gaza. "Vivíamos en un edificio de dos plantas con más de ocho habitaciones, ahora vivimos en una casa de dos habitaciones. Perder la casa es como perder la vida", dice Ghassan, refugiado de Palestina de Gaza. Ghassan y su familia están entre las 22.000 personas que siguen desplazadas en Gaza casi cuatro años después de la ofensiva de 2014 en la que perdieron su hogar. Todos los meses, proporcionamos a estas familias ayuda de alquiler para que puedan tener una residencia temporal digna hasta que terminen la reconstrucción o reparación de sus hogares.  
TRAS CUATRO AÑOS, NUHA VUELVE A ENSEÑAR.- Nuha daba clases en nuestra escuela del campamento de Sbeineh hasta que en 2013 el campamento se vio envuelto en el conflicto y la escuela tuvo que cerrar. Toda la población huyó del campamento. Cuando Nuha regresó tras cuatro años, encontró la escuela destrozada. Rehabilitamos rápidamente la escuela y, con la ayuda de un generador y camiones cisterna, reabrimos en octubre de 2017. Nuha volvió a su aula con tan solo un puñado de alumnos. Ahora, seis meses después, son casi 1.500. Nuha es una de las 1.800 profesoras y profesores que trabajan para UNRWA en Siria, donde proporcionamos educación a más de 47.000 niños y niñas.

Dibujos de nuestros alumnos en El País

Nuestros alumnos y alumnas en Gaza muestran a través de sus dibujos la difícil realidad a la que se enfrentan. La escalada de violencia de las últimas semanas ha empeorado un contexto ya de por sí complicado, sobre todo para los más jóvenes, que ya han vivido tres graves conflictos armados durante la última década. 

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