Marta Torrejillas, una joven que ha acudido esta
mañana a votar al instituto Pau Claris de Barcelona ha relatado en
varios vídeos la agresión policial de la que ha sido víctima.
“Me han tirado por las escaleras y mientras me tiraban, además de
agresiones, me han ido rompiendo los dedos de la mano uno a uno
expresamente. Luego me han sacado fuera a patadas”, explica Torrejillas.
En otras grabaciones, la joven explica también que ha sido manoseada
por los agentes.
Un vídeo difundido por el diario Ara muestra el momento en el que se ha producido su desalojo del instituto.
Human Rights Watch y Oxfam expresan su preocupación
Varias ONG internacionales siguen de cerca el
desarrollo de los acontecimientos en Catalunya. Human Rights Watch (HRW)
llama a las autoridades españolas a que respeten "el derecho a reunirse
pacíficamente y la libertad de expresión". Así mismo esta organización
pide que la policía se abstenga del uso "excesivo" de la fuerza, ha
declarado en Twitter Kartik Raj, investigador para Europa Occidental de
HRW.
Por su parte, la ONG Oxfam
ha emitido un comunicado
en el que condena el uso de la violencia por parte de las fuerzas
policiales: "Ante una movilización pacífica por parte de la ciudadanía
catalana, el uso expreso de la violencia a lo largo del día es
rechazable y supone una grave vulneración de derechos fundamentales".
Esta organización reitera su llamada al diálogo y a la negociación de
las partes.
Así mismo, la sección española de
Amnistía Internacional ha comunicado esta tarde que está preparando un
informe sobre las actuaciones policiales en Catalunya: "Estamos
recabando información de los acontecimientos y vigilando si se respetan
en todo momento los derechos humanos de todas las personas". La
organización prevé hacer públicas sus conclusiones a lo largo del día de
mañana.
Concentración y manifestación esta tarde en Valencia en solidaridad con Catalunya
Desde las 18'30 hasta las 21'00 los valencianos y valencianas hemos estado como una piña en torno a la democracia; la Plaça del Cap i Casal, delante del Ayuntamiento ha sido el punto de reunión y de partida para una manifestación multidinaria, en que la democracia, los derechos y la solidaridad con els germans catalans han sido el centro del cariño y la preocupación por nuestros vecinos de Comunidad. Unas dos mil personas de las que más de la mitad eran jóvenes; desde las marchas del 15M no habíamos visto tanta juventud abarrotando las calles sin parar de gritar consignas y acompañar a los mayores en un abrazo de generaciones pleno de banderas republicanas y senyeras.
Había en algunos balcones y ventanas banderas españolas, se supone que de esa "mayoría silenciosa" adicta a las consignas, al relato mediático y a la ausencia de compromiso colectivo, que tanto admira Rajoy, y que están convencidas de que esto es una guerra de trapos y de barras o franjas rojigualdas para convertir España en un contenedor de retales abanderados y no la denuncia de un gobierno y de un sistema estatal impresentable e indigno para cualquier bandera.
Ojalá algún día se dejen las banderas en el armario y se salga a la calle junto a los demás compañeros de ciudad, de país y de humanidad. Ojalá algún día se comprenda que las banderas nos separan en vez de unirnos y que como las patrias, las religiones y las sectas, nos privan de la proximidad con el Otro, si no cree y piensa como nosotros y que esa discriminación es el gran obstáculo para una democracia real que es capaz de convivir y compartir todos los colores dignos de la vida. Ojalá algún día nuestra única bandera sea el amor.
Mientras tanto aquí dejo unos versos de Goytisolo que vienen al pelo para meditar sobre el tema y con los me identifico al cien por cien:
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.
Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada.
Y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo.
No hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.
No hay muerto que no me duela
no hay un bando ganador
y solo queda el dolor
de otra vida que se vuela
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.
A nadie le di permiso
para matar en mi nombre
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios así lo quiso.
El mismo suelo que piso seguirá
yo me habré ido
rumbo también del olvido,
no hay doctrina que no vaya
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos.