Dedicada a ti, Mariano, pedazo de avatar, con montañas nevadas, banderas al viento y el chapapote en todas sus versiones, especialmente, en la de hoy en Catalunya. Dèu n'hi do! (te la he traducido para que luego, cuando la vida te pase la factura de tus barbaridades no alegues que no entendiste nada cuando te diagnosticaron tu enfermedad)
La palabra yo
es una idea que crece poco a poco
es una idea que crece poco a poco
en el niño suena dulce como un eco
un impulso para los primeros pasos
hacia la intima certeza del sí mismo.
un impulso para los primeros pasos
hacia la intima certeza del sí mismo.
La palabra yo
con el tiempo asume
un tono más preciso
que hasta a veces
que hasta a veces
nos resulta fastidioso
como signo
como signo
de una lógica infantil
y un pecado recurrente
aunque venial
aunque venial
Yo, yo, yo
y siempre yo.
y siempre yo.
El vicio del adolescente
no se termina con la edad
en el adulto extrañamente
es más alarmante y crece.
La palabra yo
La palabra yo
un extraño grito
que sepulta en vano
ese miedo a no ser nadie
ese miedo a no ser nadie
y el deseo exagerado
hasta morboso
que es la imagen aplastante
del Narciso.
Io, io, io
e ancora io.
Io, io, io
e ancora io.
Y yo que no he nacido
para vivir por siempre
diluido en el anonimato
tiro hacia adelante
no soporto la idea
de ser un número
insignificante
cada día yo me expando
no soporto la idea
de ser un número
insignificante
cada día yo me expando
hasta ser el centro del mundo.
Y es que siempre
estoy presente
dispuesto a cualquier bajeza
para sentirme importante
debo espabilarme
para sentirme importante
debo espabilarme
y ser el primero
atrapado en esta manía
de aferrarme a cualquier precio
me hincho, me vendo,
yo quiero ser el centro del mundo.
Yo no respeto a ninguno
me hincho, me vendo,
yo quiero ser el centro del mundo.
Yo no respeto a ninguno
si es preciso puedo hasta fingir
incluso, ser bueno,
debo dominar,
soy un ser sin ideales
debo dominar,
soy un ser sin ideales
y sediento de poder
soy siemopre el que manda
soy siemopre el que manda
a todo meter
el centro del mundo
siempre debo ser.
Yo, este vanidoso, presuntuoso
exhibicionista, fatuo, engreído
Yo, este vanidoso, presuntuoso
exhibicionista, fatuo, engreído
yo el soberbio, megalómano, gruñón
avaro e invasivo,
avaro e invasivo,
nauseabundo, arrogante, prepotente
Yo, y solo yo,
y en todas partes yo.
La palabra yo
La palabra yo
este dulce monosílabo inocente
es terrible que se expanda como el agua
en la lógica del mondo occidental
en la lógica del mondo occidental
como el ultimo pecado original.
Yooooooooooooooooo.
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