viernes, 2 de octubre de 2015

Vicent Martí: "No soporte vore tanta riquesa mentre hi ha gent que no té...



Ha sido la sensación de la jornada. Los medios lo han lanzado al aire como un catxirulo, como una cometa pascuera y folklórica, tan típica de la primavera valenciana, como las monas. Y como tal pasará. Los sermones y las arengas sin propuestas claras ya se sabe que acaban como el rosario de la aurora: donde empiezan. 
Las malas pulgas de los españoles se quedan en eso, en despotricar razones justas con tanto cabreo y malos modos, que al final, la peña se queda más impactada por el tono, el enfado, las formas 'campechanas' y la contundencia que por el contenido realizable de la cuestión, que suele ser más bien precario y estéril. La prueba es que tras una arenga de este tipo no nace ninguna propuesta que sirva para cambiar las cosas. Tal vez porque la ira contenida y  la rabia sorda no dan para más y bloquean las capacidades dinámicas de la inteligencia. 

En España parece que la mala leche sea lo único que sacude la inercia, sin comprender que esas sacudidas ya son también inercia, a las que estamos tan acostumbrados que sólo nos hacen gracia y animan la complicidad de lo evidente, como si fuera una comedieta de Paco Martínez Soria o de Lina Morgan. 

Personalmente estoy saturada de este tipo de actitudes. De los 'muy decentes' que se enfurruñan por todo lo que ven mal, pero que jamás sonríen ni animan a cambiar las cosas, y hacen gala de su pertenencia al pueblo como si eso justificase la grosería y el sexismo del lenguaje y como si las expresiones desmadradas y desagradables, fuesen la señal de lo más sano, noble y acertado de que se puede disponer, porque son "realidad" frente a lo ilusorio que se expresa y se comporta con más delicadeza, que para ellos es cursilería o impostura o demasiado tiquismiquis. 

El medio es el mensaje, dice McLuhan y es cierto. Y hay una verdad de fondo que late en el discurso, a pesar de las hipérboles que meten en el mismo saco a todas las empresas y políticos, sin darse cuenta de que seguramente, él mismo, como agricultor, también es empresario y procura hacer lo mejor para sí y para todos ¿ o no?, y que hay muchos como él y en su misma situación... y que hay también políticos honrados que están permitiendo que y cooperando para que "la Mónica" esté realizando esa labor que él tanto admira.

El contenido del discurso del señor Martí es verdad, pero el medio de transporte que  lleva su mensaje a los oídos y a la comprensión de los receptores es deplorable. Y refleja en sí mismo la pobreza que nos aflige, que no es de ahora ni exclusivamente económica. Hemos vivido 40 años, un par de generaciones, de inconsciente y ávido progreso material, de burbuja en burbuja, pero con la misma actitud de los partidarios de 'las caenas', que aterrorizaron al mismo Napoleón y a sus tropas, y no por el valor, precisamente, sino sobre todo, por la crueldad que demostraron torturando, maltratando, mutilando primero y asesinando después a los prisioneros franceses que pillaban por medio, sin que mostrasen la más mínima traza de conocer las normas que regulaban, también entonces, un cierto respeto al prisionero enemigo, aunque fuese en medio de una guerra como la de la Independencia, que se ganó, paradójicamente, para seguir dependientes de los Borbones borderlines (para ilustrar la información gráfica se puede echar un vistazo al cuadro - y qué cuadro, xd!- del carnet de parentela numerosa y onerosa:  La familia de Carlos IV de Goya) a los que reconocían como los jefes del cacicato habitual, por costumbre y rutina de vasallaje a cualquier cosa que mande, -como buen país de Sagitario productor de francos, fragas, orejones (mayor orejas), rajoys, josemaris, werteres, ratos(malos), matos, flowerianos, cospes, espes, roucos, cañizares y demás hierbas antibióticas autóctonas-, mucho más que por veneración monárquica. Aplicando el escarmiento ppoppular de "más vale lo pocho viejo y conocido que lo nuevo y bueno por conocer..."

El talante personal de este señor, que se dedica al noble oficio de la agricultura, es en sí mismo un signo de lo poco cultivada que está la educación en nuestro país, en el que dedicarse al campo presupone el abandono de todo lo demás y no una preparación, un estudio que permita además de conocer las bases científicas e históricas de lo que uno hace, mejorarse a sí mismo en el trato con el prójimo, para que el entorno ecológico humano, mejore también. La belleza del comportamiento es la estética inseparable de la ética. Y no se trata de un paripé, sino de las imprescindibles habilidades sociales que posibilitan el entendimiento y el diálogo. En ese discurso agresivo y crispado no queda hueco para la respuesta inteligente, sino la invitación a la respuesta de los iguales o al silencio de los que no entrarán jamás al trapo porque el tono no invita a ello. No es posible que dar coces y abofetear con el lenguaje sea garantía de algo ético, porque en sí mismo es ya una indigna forma de mal trato. Lo chungo del caso es que los malos modos son también patrimonio de la marca España, como de los mozos del pueblo de Gila, que llevaban una sola ceja negra atravesando su frente por encima de los ojos, como aquellas bandas negras que se ponían en los entierros y funerales en las mangas o solapas de las chaquetas. El genial humorista equiparaba ese unicejismo españolón con la banda que se ponía la peña cuando alguien del pueblo se moría, y, así,los mozos  brutísimos, con la metáfora de su espesa y larga ceja negra, estaban de luto por la inteligencia.

Si Mónica Oltra ha invitado a este iracundo señor al forum de los empresarios y políticos para mostrar el déficit educacional del País Valenciá y el bajísimo nivel en que nos movemos, donde la defensa de la ética ciudadana debe hacerla una persona en tales condiciones, porque no hay alguien en la ciudadanía con mejores modales para compartir los argumentos, desde luego, ha dado en el clavo. Y, por otra parte, resulta muy lamentable el panegírico repetitivo y las loas a su propia persona por parte de este buen hombre, que parece haber sustituido la vieja adoración al cacique de antaño por la devoción a la representante política que le parece superwoman y a cuya figura da jabón de todos los colores. Con ello, se sigue afianzando la contradicción de que éste sigue siendo "el pueblo salvado por un mesías providencial o por la gracia de dios a golpe de botafumeiro", mientras no aprenda a ejercer su poder ciudadano con madurez adulta, su participación en la política que es la vida normal en el colectivo social, en igualdad de condiciones. Sin estrellos ni estrellas.   O sea, exponiendo el disgusto, claro que sí, con todo el derecho y la libertad del mundo, pero acompañado de propuestas, de sugerencias realizables, de ánimo para ponerlas en marcha, y de participar en el coloquio acompañado de más compañeros y compañeras en la mesa del debate, - se lamenta de lo lejos que está la ciudadanía del mundo político y empresarial, y cuando además de ir él hubiesen podido acompañarle algunos compañeros,  no ha sido así- para que participen y den sus opiniones críticas pero también constructivas y no en modo entrecejo ceñudo, gritos, gestos agresivos y alusiones machistas y sexistas. Sino con una elemental ética del lenguaje. No es mucho pedir, personalmente, conozco agricultores que son capaces de hacerlo la mar de bien. Tal vez porque se han educado de otra forma y son capaces de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios sin perder los papeles ni montar el circo donde no toca.
Hace unos días, precisamente, una empresa valenciana de transporte marítimo se ha ofrecido generosamente a la Generalitat para traer refugiados de Siria. ¿Por qué este predicador cascarrabias no agradece las  cosas buenas  en ese foro, al mismo tiempo que critica lo que no funciona dando pistas para mejorarlo desde la realidad que conoce mucho más de cerca que esos gerifaltes y millonetis? ¿Tan difícil resulta comprender que los seres humanos necesitan para mejorar, al mismo tiempo que una crítica siempre constructiva, un reconocimiento de sus buenas prácticas, para que se valoren más que la pillería y la capacidad para trepar, ganar o sacudir improperios?

Este evento desafortunado no creo que ayude a la causa ciudadana, al contrario,  oscurece el mensaje de Compromís y eixe somriure malgrat tot y que no debería caer en el abuso demagógico de convertir en espectáculo el dolor de la ignorancia indignada de un ciudadano que aún no ha descubierto que lo es, ni todo lo que puede conseguir una ciudadanía despierta y positiva, bloqueado y permeabilizado por el estilo sempiterno de esta "terreta" tan pronta a estallar en emociones como en pólvora y petardos y a quemarse en un plisplás como una falla en Sant Josep y que llavors tot siga ho mateix. 

Convendría, a lo mejor, hacer un taller de análisis social y político sobre la obra y el pensamiento de Blasco Ibáñez para abrir los ojos, hacer estiramientos de espíritu, mirarnos un poco en el espejo del ayer y corregir posturas, que delatan que, tristemente, aún está, los unos por las otras, la casa por barrer. Pero que si, con paciencia y buen tino, se va corrigiendo el rumbo de navegación, entre todas y todos, sin exclusiones ni barullos destemplados, pisando tierra firme pero mirando lejos, esta casa común que, hasta ahora, más padecemos que disfrutamos, se nos puede quedar como los chorros del oro. Hecha un pincel.

No hay comentarios: