miércoles, 21 de octubre de 2015

La voz de Iñaki


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El Parlamento alumbró un muerto

EL PAÍS
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El pp se despide como ya viene siendo su estilo propio: con el cerebro  y los escaños vacíos de actividad real, o sea, planos; la bocachancla desatada, los bolsillos llenos, la Ética  y la Justicia secuestradas en el país de nunca jamás, y haciendo cola interminable en los juzgados y/o en la puerta de la cárcel, lo mismo para entrar que para salir gracias a esa con-fianza innata que las gaviotas conceden a sus adeptos y colegas carroñeros...y todo el noproyecto de desgobierno, entendido y extendido como una inmensa y casposa infinitud de mugre sobre el mapa ibérico.  

Un nuevo Jardín de las delicias de El Bosco, junto a las pinturas negras de Goya, más el requiem de Dvorak descuartizado por la banda municipal de Bienvenido Mister Marshall, serían respectivamente el decorado de fondo y la banda sonora idóneos para des.celebrar el evento como merece tan excepcional pprotagonista. No hay palabras suficientes en el diccionario de nuestras ricas lenguas federales, para definir este momento caco-histórico. Hay que inventar nuevas nomenclaturas y neologismos para poder definir un estado semejante de desconciencia, de desvergüenza y de falta absoluta del pudor más elemental. Mas una carencia inconmensurable de sentido del ridículo. Rien ne va plus, en esta ruleta indecente en que el pp ha convertido un Estado que hace tiempo se jactaba de ser de derecho, demócrata, libre y soberano. Hasta que el tsunami ppero se desparramó sobre la misma tontuna que lo hizo posible entre la burrera votante y la no menos burrera de la abstención, en un momento histórico de pesadilla, como fue 2011. 

Hoy, machacados por el régimen de la burrera en todo su esplendor, sólo nos queda  la com.paciencia, -que es la paciencia en común unida por la necesidad vital del cambio-, y esperar, como Cenicienta, las doce campanadas finales del 20 de Diciembre, para descubrir que la carroza ppera era una simple calabaza vacía, que los caballos eran ratones, o sea, "ratos" a lo bestia y el cochero, el mismísimo gato con botas y acento gallego. Y, eso sí, procurando no perder  de nuevo el zapato de cristal de la dignidad y la transparencia, para que no lo privatice el príncipe de las mareas negras. O sea, del chapapote medioambiental e institucional, que es el ppoder de la ppernada. 

Ayer enterramos un ppar.lamento, verdaderamente lamentable. No permitamos, una vez más, por miedo y estupidez, que el Doctor Bankstein lo resucite en el quirófano de la corrupción y las mentiras electorales de esa misma mafia destroyer, disfrazada, en esta ocasión, de un "sensato, pragmático"  teaparty  económico & demagógico C's. 


                                        
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