Cinco miembros del Consejo Ciudadano de Valencia dimiten antes del
enfrentamiento del partido de Pablo Iglesias con València en Comú por el
reparto de los ingresos de los concejales del partido
El Consejo Ciudadano Municipal de Podemos en
Valencia, la dirección del partido en la ciudad, atraviesa su primera
crisis. A la dimisión de cinco de sus miembros –una quinta parte- se
suma el enfrentamiento con parte de València en Comú, el partido
instrumental creado por Podemos, Guanyem y ciudadanos y movimientos de
izquierda, para las pasadas elecciones municipales.
Según miembros del sector crítico, las cinco dimisiones –y la
inactividad de otros miembros de la dirección, desaparecidos en la
práctica de la vida cotidiana de la formación - se han producido por los
problemas que aquejan al partido en gran parte de España:
desmovilización de los círculos, imposición de las políticas decididas
por la cúpula estatal y alejamiento del partido de las tesis de
izquierdas defendidas en el nacimiento de la formación.
“Estamos en un momento crítico. Se está ‘desempoderando’
a las bases al tiempo que el mensaje del partido se difumina. Pocas de
las medidas presentadas en el programa para las elecciones europeas de
2015 se defienden ahora”. Ese contexto justificaría algunas de las
dimisiones producidas: las de Roberto Jaramillo, Aurea Ortiz, Sara
Verdú, Andreu Tobarra y Noelia García.
Discusión sobre el dinero
En ese escenario, Podemos y parte de València en Comú (VALC) están
discutiendo con fiereza por parte de los salarios de los miembros del
equipo municipal del partido instrumental. Dos de los tres concejales
(el independiente Jordi Peris y Jaramillo) y tres de los seis asesores
(Ortiz, Ángela Pedraza y Eduardo Cots) se niegan a que parte de su
sueldo vaya a financiar a Podemos. Alegan que el código ético de VALC
exige que ese dinero vaya a fines sociales.
Otra
concejal, la arquitecta María Oliver, y un asesor, Ximo Flores, ambos
miembros del Consejo Ciudadano de Podemos, son de otra opinión. Creen
legítimo dedicar parte de sus emolumentos –ningún cargo de Podemos puede
cobrar más de tres veces el salario mínimo- al partido.
Jaime Paulino, secretario general de Podemos, niega la existencia de
conflictos y rehuye afrontar el debate “con tremendismo”. “Seguro que
llegamos a un acuerdo. No queremos quedarnos con todo el dinero [25.000
euros] sino con el excedente que algunos concejales y asesores [en
referencia a Oliver y Flores] quieren dedicar al partido en perfecta
consonancia con nuestro código ético, que lo permite”. Concretamente,
del dinero que cederían parte iría a la organización y el resto a
proyectos sociales.
“Ni veo enfrentamientos ni las
diferencias son tan grandes como algunos apuntan”, dice Paulino, pese a
las dureza con la que Peris y Jaramillo se negaron, en asamblea pública,
a financiar con parte de sus nóminas a Podemos. El secretario general
de Valencia recuerda que el partido ha funcionado hasta ahora sin un
euro, en base al “voluntarismo” de sus simpatizantes, y niega cualquier
crisis interna. “Las dimisiones se han producido por incompatibilidad de
cargos, cansancio o puntuales discrepancias políticas, pero ni
remotamente se pueden vincular a una crisis del partido”.
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No se puede servir a la conciencia y a "lo de siempre". Hay en Podemos Valencia, aún, portavoces con ética suficiente como para dimitir si el código ético se hace demasiado elástico como para tragar sapos de diversa estofa, que repudian los principios éticos de la organización.
Bien por Sara Verdú, Berto Jaramillo, por el profesor Tobarra, por Áurea Ortiz y Noelia García. Graçies, bona gent!
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