El alcalde de Valencia propone esta medida ante la federación de
asociaciones de vecinos de Valencia y acuerda que la ciudad se una a la
declaración de urbes por el derecho a la movilidad
Moisés Pérez
- Valencia (eldiario.es)
La apuesta por que lo verde pueda recuperar el
terreno perdido respecto al cemento sigue en la cabeza del alcalde de
Valencia, Joan Ribó. Y para lograr ese propósito, el primer edil plantea
la creación de huertos urbanos en terrenos municipales que estén
abandonados.
El anuncio ha surgido de la reunión que
ha mantenido Ribó con María José Broseta, presidenta de la Federación de
Asociaciones de Vecinos tras tres meses esperando dicho encuentro. En
ella, el primer edil ha entregado un dossier a Broseta donde están
indicados los posibles terrenos que se podrían habilitar para este uso.
La gestión de estas zonas de huerta seguiría, según la
intención del alcalde, el mismo patrón que se utiliza en el barrio de
Benimaclet. Modelo que fue elegido por los propios vecinos que
impulsaron la iniciativa. Su uso estaría abierto, principalmente, a las
entidades civiles y a los centros educativos. Aunque, según se apunta
desde el ayuntamiento, el objetivo es fomentar la agricultura ecológica a
la vez que impulsar el conocimiento y la participación de la ciudadanía
en la agricultura sostenible.
“El propósito es que
se creen estos huertos urbanos a partir de las peticiones de las
entidades”, ha precisado Ribó, quién ha zanjado: “Así acabarán siendo
autogestionados, que es nuestra intención”. Desde el consistorio se
proveería a los terrenos elegidos de tablas de huerta como las que se
utilizan en el cultivo tradicional. “Los huertos urbanos tiene un alto
valor, como se ha demostrado en personas mayores, niños e incluso por
las cualidades terapéuticas que poseen ante determinadas dolencias”, ha
rematado.
De la reunión mantenida, Broseta ha sacado
otro compromiso de Ribó. Se trata de que el tripartito que integran
Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú analizará las sugerencias de
inversiones que los vecinos han recogido “distrito a distrito”. Y,
asimismo, el alcalde también estudiará el plan elaborado desde el
movimiento vecinal para el tratamiento de residuos urbanos, más
concretamente de ropa, aceite y pilas.
“Por el derecho a la movilidad”
En la línea del ejecutivo local de apostar por lo verde y lo
sostenible, la ciudad de Valencia se ha adherido a la declaración de las
urbes por el derecho a la movilidad. Junto a Valencia la declaración ha
sido firmada por Barcelona, Cádiz, Zaragoza, A Coruña, Santiago de
Compostela, Badalona, Pamplona y Madrid.
La hoja de
ruta impulsada por estas nueve ciudades reconoce que “el actual modelo
de movilidad actual no proporciona una respuesta adecuada a los
habitantes de nuestras ciudades, y no garantiza la igualdad de
oportunidades ni que la ciudadanía tenga el mismo acceso a un espacio
público de calidad”. Y para resolverlo, plantean un plan con el que se
pretende “fomentar el carácter inclusivo del transporte”.
Entre las medidas que defienden para ello, está la reducción de las
emisiones contaminantes y el ruido buscando “una ciudad saludable”. Y la
aplicación del concepto de soberanía energética, que implica potenciar
los desplazamientos no motorizados, a pie y en bicicleta, como “método
idóneo para disminuir la dependencia del petróleo de nuestro modelo de
movilidad”.
Asimismo, se apuesta por una ‘ciudad de
la proximidad’. Un concepto opuesto al de urbanismo salvaje, que
denuncia “la expansión urbana sin precedentes de las últimas décadas” y
su contribución al desarrollo de más infraestructuras viarias, pero no
acompañado de infraestructuras de transporte público. Dos medidas
encaradas a la sostenibilidad. Prioridades del nuevo gobierno municipal
de Valencia.
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