El último reducto
EL PAÍS
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Aunque hubiese preferido otra actitud por parte de Tsipras ante la Europa
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Aunque hubiese preferido otra actitud por parte de Tsipras ante la Europa
ultraliberal, injustísima y cegata, reconozco que a los griegos no les quedaba otra opción más coherente que votar a Syriza y a Tsipras. Una vez más 'el voto útil', o sea, el voto del miedo y de la 'sensatez' porque no queda otra, acaba siendo la única salida posible, porque las otras opciones o bien están gastadas y degradadas o aún no han cuajado con suficientes garantías fiables en el alma ciudadana. Sea por lo que sea, resulta un alivio que hayan sido la democracia y el mal menor, el resultado de las elecciones griegas. De todos ,modos, ha ganado una izquierda decente, y eso ya es mucho, sobre todo ante las oportunidades de cambio que se multiplican desde la base social y una confirmación de que ni la presión de la troika ni la fijación del ciudadanicidio por parte de la banca mundial y sus vasallos políticos, han conseguido su objetivo: aniquilar la conciencia y matar la esperanza en una salida del infierno y sus chantajes. Por otra parte es un gran ejemplo democrático que Tispras haya puesto su cargo a disposición de la ciudadanía, convcándola a la urnas para que decidan qué dirección quieren seguir. Ojalá Zapatero hubiese hecho lo mismo en 2009, cuando actuó como un mandarín a las órdenes del euroimperio, obedeciendo sin rechistar y reformando la Constitución por su cuenta y la del pp. Sólo por la honestidad que demuestra, Tsipras merece la confianza de sus conciudadanos. Ánimo y aúpa, Grecia. Ya queda menos...
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