domingo, 20 de septiembre de 2015

La facción mayoritaria de Compromís rechaza el pacto con Podemos


  • El 75% de la militancia del Bloc, el partido con más miiltantes de la coalición, vota por ir en solitario a las generales
  • Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat, apuesta claramente por una alianza
Mònica Oltra y Enric Morera.
Mònica Oltra y Enric Morera, secretario general del Bloc y presidente de Les Corts Valencianes.

La potencial alianza entre Compromís y Podemos en la Comunitat Valenciana para acudir unidos a las próximas elecciones generales no será fácil. El Bloc, el partido mayoritario de la coalición liderada por Mónica Oltra, ha dicho no. El 75% de los militantes que han participado en una consulta prefiere que Compromís concurra en solitario.
La votación, on-line o presencial, ha movilizado al 51% del censo. 1.133 militantes han votado no y apenas 399 (un 26%), sí. El resultado podría generar tensión en Compromís, una plataforma que agrupa al Bloc, la corriente más nacionalista del partido, Iniciativa (el partido de Oltra), Verds-Equo y a independientes.
Oltra se ha manifestado claramente a favor, aún con condiciones, a la alianza con Podemos. Sin embargo, varios pesos pesados del Bloc (alcaldes, diputados autonómicos o cargos orgánicos) lo ha hecho en contra. Entre los últimos, el eurodiputado Jordi Sebastià, exalcalde de Burjassot, al que  “espanta” la posibilidad de pactar con el partido de Pablo Iglesias.
El Bloc daba a sus militantes dos opciones en la consulta. La primera, finalmente elegida, presentarse en solitario. La segunda, negociar con Podemos “y/otras fuerzas” con condiciones exigentes: grupo propio en el congreso, preeminencia de la marca Compromís en las papeletas y otros elementos de campaña, “una agenda política valenciana” en Madrid y que Compromís liderara las candidaturas.
La decisión de las bases del Bloc supone un revés a la estrategia de confluencia de Oltra e Iglesias, aunque, como sucedió tras la  tremenda tensión para configurar las primarias para las autonómicas de Compromís, la coalición podría buscar fórmulas para reconducir la situación. Por ejemplo, ceder la decisión a la dirección 'amplia' de Compromís -el Consell General-, donde la fuerza del Bloc se diluye.
En las pasadas elecciones valencianas la coalición sacó muchos más votos y escaños (19) que Podemos (13). 

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También a mí, como a Jordi Sebastiá, me preocupa mucho la posibilidad de esa fusión electoral de Compromís con Podemos. Aunque aparentemente parezca que los dos partidos son afines, no lo son en realidad. Y no porque los dos no pretendan el mismo objetivo: que el pp deje de fastidiarnos la vida y se vaya de una vez, como por la esencia democrática de la pluralidad, que es una de las mayores garantías de Compromís, la clave de su capacidad  y su fuerza, y los métodos de funcionamiento tan distintos entre una y otra formación.  Una cosa es charlar con Pablo Iglesias de líder a lideresa, o escucharle en un mitin enardecido y otra muy distinta es soportar dentro del partido sus 'genialidades' y las de su equipo técnico habitual; su obstinación en sus montajes, su nula autocrítica, su falta de escucha -oye, pero no escucha porque está apalancado en sus ideas previas, de laboratorio politólogo, ideas ya solidificadas y rígidas, que solo pueden cambiar si peligra su figura mediática y eso le resta votos- su poca solidez en el programa, su despiste básico que le lleva de la ceca a la Meca tras los resultados de la demoscopia, la  repetición de los mismos mantras de siempre envueltos en una imagen actual, para hacer parroquia y su fijación con poner todo el interés en dar la batalla sin tener nada serio que ofrecer detrás del éxito ilusorio de la hegemonía de sí mismo y su agenda ideológica. Y que tanto él como su círculo -él único que ejerce como tal, después de desactivar el resto de círculos usados como anzuelo- pasen por completo de esa ciudadanía a la que dicen que quieren "empoderar". 
En Cambio Compromís se distingue por su esencia ciudadana. Por contar con esa base, convencidos de ser mucho más ciudadanía que partidocracia y nada de hegemonías ni paranoias, ni  vuelos celestiales asaltando el poder, que en palabras y hechos de la misma Mónica Oltra es SERVIR y no imponer, sin aspirar siquiera a la mayoría absoluta en favor de la democracia plural y su participación basada en el debate, en el diálogo y no en presionar con rabia competitiva considerando como la vieja y apolillada izquierda perdedora, que la política es como el fútbol, que necesariamente se "triunfa" por goleada y aplastamiento masivo de un "enemigo", que en realidad y en democracia, debe ser ante todo un aliado y no un rival, para conseguir el bien común desde un equilibrio sano.... La transparencia de las decisiones, la consulta permanente a las ciudadanas, el contacto directo del brazo institucional de la portavocía con su origen y su realidad de a pie...el preguntar en barrios, pueblos y ciudades y dejar a la ciudadanía que sea ella la que diga como quiere gobernarse...el exquisito respeto que se respira en la coalición del somriure, frente al viejo esquema de la "lucha", del enfrentamiento entre arribas y abajos, la agresividad innecesaria, frente a la robusta, afable y fraternal apertura de Compromís...en fin, que no, que esperemos que Compromís comprenda que no es una manía del Bloc, sino un sentir compartido por muchísimas ciudadanas y ciudadanos, y añadiendo además, que en Podemos no hay inclinación determinada por la sensibilidad ecologista ni por la territorialidad, que se admite por obligación, pero sin entender la necesidad de valorar, más allá de las estrategias de poder, la esencia única y particular de cada autonomía o nacionlidad. Realmente su programa es cortoplacista y diseñado para conquistar por mayoría y cuanto antes, el poder gobernar en solitario sin estorbos demasiado "libertarios" y "democráticos", que  a la larga sólo son incordios. 
 
Estaría muy bien confluir con Podemos después de las elecciones, como se ha hecho en Valencia tras las municipales y autonómicas, formando parte del mismo bloque en la oposición o en el Gobierno, pero no como una misma fuerza en la misma papeleta; en cambio sería muy recomendable mirar la posibilidad de acudir juntos con Ahora en Común y con los restos de IU que se adapten a abandonar el catarismo y la rigidez, porque las afinidades son muchísimas y no sólo se coincide en el objetivo final, sino, sobre todo, en el espíritu democrático, plural, en la base ciudadana, independiente de siglas y manías por el sillón, sino con el afán del cambio real de la sociedad y de sus valores hacia al respeto a la pluralidad, hacia el diálogo, que facilitan todo lo demás...Ojalá sea así. Sería estupendo para formar un Parlamento y un Ejecutivo decentes, y también para España entera...Un tripartito como el que tenemos aquí, en Valencia, sería una bendición.

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