¿Somos de los nuestros?
EL PAÍS
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Qué vergonzosa verbena la de estos políticos de "profesión", xd. Iñaki hoy los retrata con un realismo total. El pp es especialista en eso de "los nuestros". Y tiene muy claro quienes son "los suyos" como también tiene muy claro qué es "lo suyo". Tras cuatro crueles años de des-legislatura, los españoles y españolas, también hemos terminado por tener muy claras las pertenencias e inclinaciones del pp. Hemos hecho, más que un master de campanillas, toda una licenciatura cum laude, gracias a la pedagogía salvaje de la des.wertgüenza, esa especialidad ppera capaz de hacer estragos convencida de estar haciendo filigranas maravillosas, tanto económicas como políticas.
"Los suyos" y "lo suyo" son el binomio devastador del pprograma im-ppoppular. Una merienda caníbal. La grandeur rajoyana no conoce otros métodos. Es lo poco que hay y lo muchísimo que ha dejado de haber en el erario público, en el sector público, en la moral pública, en los medios públicos y privados de transparencia, de honestidad y del decoro imprescindible para tener un mínimo de decencia y dignidad. Y por otro lado lo muchísimo que se ha apilado y amontonado en lo particular del populismo de derechas, ése que consiste en bendecir y multiplicar lo propio a costa de arruinar lo del prójimo, de premiar al bandido amigo y condenar al juez que lo trinca con las manos en la masa, en poner como un trapo al "enemigo", precisamente porque hace bien lo que ellos hacen fatal y en pagar sicarios que les secunden en los medios de in-comunicación pervertida entre amenaza y pinganillo sumarísimo. El fulgor eshplendorosho del cacique como modelo exportable de la marca Eshpaña. Un record digno del Guiness. Inexplicable para cualquier ciudadano europeo normal, pero un producto made in Spain tan valorado para el lumpen patrio tal que los toros, los cataplines como únivoca cabeza pensante, los cerdos jamoneros de Trevélez o el tutiplén de la copa y la recopa del patadismo futbolero a piñón fijo, sin que haya hueco para algo más. La Eshpaña cañí, de cañita en cañas y de tapitas en tapa como emblema y definición de lo que mejor se les da y ellos se toman por cuenta propia. ¿Cómo olvidar la presentación en tele-sociedad de los alevines futuristas del cotarro, de palique entre ellos, sin ton ni son, en el mostrador de un bareto para simular que también son "normales", mientras la vida cotidiana y el pasar de la gente les quedaba en las antípodas, a pesar de sus camisas blancas y la supresión de las chaquetas y del estiramiento habitual? Estrambótico espectáculo que solo puede ser producto de una pérdida absoluta del oremus, del sentido de la realidad y de la coherencia más elemental. Y del sentido del ridículo por añadidura.
"Lo nueshtro" y "los nueshtros", faltaría másh, esh el mantra-eshencia de lo eshpañoleiro o de lo ehpañóhliyo, que es imprescindible el peso dialectal de las diversidades de lo mismo, en el ping-pong de la costumbre bastardo-ademocrática. Así entienden ellos la pluralidad...Lo mismo nos sacude un Felipe G. con chamuscado pedigrí de galería y peculiar sentido republicano(¡!) del federalismo parrandero, que un Mariano al ast, sofrito y appochado en su propio esperpento, tan 'defensor' de la democracia con mordaza como amiguete de los tiranos genocidas y más perdido que el alambrillo del pan de molde o que el disco duro de Bárcenas. O que la vergüenza de Rato y de Blesa. Que todo pasa y todo pringa. Velahí.
Cuando "lo nuestro", a base de delinquir con guante en black.nco, se va convirtiendo en "lo suyo", el silogismo de lo recíproco se deshace y se nos queda en nada a la hora de tomar democráticamente en serio a una 'clase política' que se ha ido convirtiendo en la Cueva de Alí Babá, pero sin que un Alí Babá colectivo, con un buen equipo ético, la recicle, le haga limpieza general y la ponga en orden de una vez por todas, o sea que anda en manos de los cientos y cientos de ladrones convertidos en padrastros de la misma patria, crónicos y vitalicios, como un padecimiento endémico, aunque con soberanías entreveradas, cual tocino en lonchas. Y sobre todas las cosas, como un dios venido a menos, el otro Felipe, el de la zarzuela, el del sainete lastimoso en el que su parentela, de la mano de un dictador, se re-aposentó entre nosotros, como un verbo no deseado, y siempre cabeceando, corona va corona viene, en un pretérito cada vez más imperfecto y más apalancado. Eso es "lo nuestro" por imposición cataplínica y no por elección ciudadana. ¿"Los nuestros y lo nuestro"? Vivimos presos de una comandita en la ilegitimidad como hijos de contrabando de un apaño desvergonzado que se intenta convertir en "tradición", o sea en traición, cuado añadimos la "d" de desgracia, de despropósito, de desvergüenza, de destrozo, pero camuflada de democracia sui generis. En fin...
Pero...¿cómo podrían Rajoy y sus mesnadas oligocognitivas reconocer y valorar otra cosa que no sean "los suyos y lo suyo"? Y una se pregunta: ¿acaso les queda algo más capaz de existir fuera de la burbuja ppeppera? Desafortunadamente, la demostración de la realidad cotidiana dice que nones. Y podrían haber elegido susto...pero se han empeñado en elegir lo otro. Son de chiste. Macabro.
Y para confirmar la tesis y el análisis, como síntesis, para muestra un botón: esto es, sobre-todo, "lo suyo" , o sea, "lo de los nuestros", visto desde la banda derecha del campo, "lo nuestrosuyo" que -por su.s.puesto.s, pagamos todas. Y todos, of course! Y eso que ella, la Cifuentes, la de antes del 24 de Mayo, la ordenappalizas ppoliciales de toda la vida, es la bandera, el glorioso ppendón de la decencia ppoppular...
Y para confirmar la tesis y el análisis, como síntesis, para muestra un botón: esto es, sobre-todo, "lo suyo" , o sea, "lo de los nuestros", visto desde la banda derecha del campo, "lo nuestrosuyo" que -por su.s.puesto.s, pagamos todas. Y todos, of course! Y eso que ella, la Cifuentes, la de antes del 24 de Mayo, la ordenappalizas ppoliciales de toda la vida, es la bandera, el glorioso ppendón de la decencia ppoppular...
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