Nueve días
EL PAÍS
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Personalmente, y por si sirve algo, estoy convencida de que Europa no va a renunciar a sí misma por presiones internas y miedo a los cambios. Creo que simplemente necesita organizarse para poder acoger a los refugiados con dignidad y con la garantía de unos mínimos de eficacia, que causen la menor cantidad posible de tensiones graves y puedan ir resolviendo los problemas puntuales con una combinación reguladora entre diálogo y eficacia.
Esta avalancha era previsible dadas las circunstancias inhumanas en que los poderes de Occidente se han desenvuelto desde hace tantos años en las tierras de Oriente Medio y de cultura islámica.
Lo verdaderamente injusto es que la ONU, como organización política y oficial del Planeta, no se moje de verdad, ni ayude con determinación a poner fin al exterminio de las zonas en conflicto inducido, ni opine, ni exija ni ponga en práctica sus ya hipotéticas -y tal vez inexistentes- atribuciones, que cuando a EEUU le interesa, las convierte en la "fuerza pacificadora" del gendarme universal; y que se quede impasible en su indiferente y aséptico escaparate neoyorquino, y que EEUU, que es y ha sido el padrino promotor, desde el fin de la II Guerra Mundial, del 'nuevo orden' del desorden y el anfitrión subvencionador de la madre de todos lo corderos bélicos, ya crecidos, multiplicados y mutados en el aumentativo del término, -de cabritos a cabronazos- pasen de todo, metidos en su guarida lejanísima, haciéndose los tontilocos, como si no supieran de qué va esto.
Esperemos que la UE reaccione y entre las muchas lecciones que está asimilando a marchas forzadas, comprenda, asimile y metabolice el valor de la "amistad incondicional" e 'implicación humanitaria' del ya habitual amigo americano. Con amigos así, los enemigos son una bagatela insignificante. Montan los poyos, implican a todo el Atlántico Norte en el ajo, machacan medio mundo con guerras de "baja intensidad", -para ellos, claro-, destrozan todo lo que no les gusta si su concepto de la libertad y sus gobiernos no coinciden con el estupendo y despampanante american life's way y que, además, como siempre coincide casualmente, tienen petróleo, gas natural, materias primas o valor estratégico muy significado; guerras de película, que sólo se ven a miles de kilómetros, por la tele desde el sofá y en los mapas del Pentágono, y ante las que, cuando las consecuencias llaman a la puerta de los más próximos al berenjenal, se quedan con cara de póker mirando hacia Ancorage, a las Islas Aleutianas o a Honolulu, ya que el mogollón viene, en vivo y en directo, de la dirección contraria y ya pasará, seguro, dejando Wall Street rebosando pasta en las inversiones multimillonarias de los señores de la guerra de todo el orbe terrestre, como ya es lo normal. En fin...Y good-bye, people...hasta la próxima ocasión. Que los problemas los arregle la UE que para eso es tan buenista y solidaria, que hasta se permite ningunear la pena de muerte y, encima, chulea de seguridad social para todos, de universidades públicas y pensiones del Estado...y hasta de ayuda urgente a los refugiados, en vez de seguir el ejemplo tea-party, y coserlos a tiros, como hace toda democracia moderna para defender su libertad y sus buenas costumbres de toda la historia bajo palio, como, por ejemplo, hace España, ese garbanzo negro entre las coles de Bruselas, ppionero en el revival de la gloria imperial, que ahora, a base marcar tendecencia con su exclusiva de concertinas made in Spain, es el modelo inspirador para Hungría y Eslovaquia, que, también, a los USA les pone tantísimo en el tema fronterizo y que, a su vez ponen firme a esa otra Europa desnortada a la que jamás se le ocurriría promocionar candidatos en Bruselas a paradigmas como Reagan, Bush o Donald Trump, pero que convive tan educadamente con Rajoy, Guindos, Cañete y Loyola de Palacio y del Valle de Lersundi ( no es coña, se llama así de verdad, xd!), aunque sólo es puro protocolo y no por convencimiento, que hasta a la Merkel y a Junkers -que ya es, siendo como son y pensando lo que piensan- se les nota el rictus del esfuerzo que deben hacer para respetar la voluntad democrática de una minoría relativa convertida en mayoría absoluta por absentismo ciudadano y por la náusea política, muy respetable y legítima, sí, pero criminal para cualquier estado derecho que no quiera sucumbir cuesta abajo como el tango, en la reproducción en daguerrotipo institucional de la España de Godoy o de Espartero ...Vamos, una Europa muy estrambótica y destarifada, que se merece lo que le está pasando por blandengue y pasota, según los sabios diagnósticos del FMI y de Standard&Poors y los premios Nobel de pp.
Que aprenda Europa, en estos trances, lo que se juega en asuntos como el TTIP, en los criterios para financiar y sostener el rating asesor de crisis arruinadoras, confiando en el espurio sistema econo-ético de 'amigos' mercantiles New Deal a su puñetra bola, de tal catadura. Y linces de inteligencia global inconmensurable como puede verse en lo bien que funcionan, en el equilibrio social, en la autonomía entre política y enjuague financiador de candidatos y presidentes o de como pueden quitar del medio a un par de hermanos Kennedy sólo por acabar con el apartheid y permitir que negros y blancos fuesen juntos a la misma clase o se tomasen la cocacola en el mismo bar. Blanco es gallina lo pone. No escarmentar con lo que vemos de lejos nos hará tener que soportarlo al lado y encima de nosotros. Y no verlo, en este caso, es una sentencia asegurada de eurodebacle. Subirse al Titánic ilusamente pensando que jamás nada podrá hundirlo, cuando se ven y se sienten tan activas y destructivas las vías de agua y el pico del iceberg está delante de la proa, en las mismas narices del puente de mando.
Esa es, o debería ser, una de las lecciones básicas para soltar lastres y volver a retomar en serio lo que somos en realidad, desde Sócrates , Aristóteles, Platón, Alcuino de York, Hildegard von Bingen, Spinoza, Descartes, Montesquieu, Kant, Marx, Hegel, Concha Arenal, María Montessori, Adenauer, De Gasperi, Albert Sweitzer, Angelo Roncalli, Billy Brandt, Pertini, Camus, Vicente Ferrer, Petra Kelly, Mijail Gorbachov, Ignacio Ellacuría, Manuela Carmena, Emilio Lledó, Pérez Tapias, hermanos Gabilondo, Jeremy Corbyn ,Yanus Varoufakis, o Jose Luis Sampedro, Italo Calvino o José Saramago...Nos sobran las razones de la razón para poner en marcha lo que llevamos en la genética del alma y para aplicarlo en el presente que nos golpea la conciencia.
Que aprenda Europa, en estos trances, lo que se juega en asuntos como el TTIP, en los criterios para financiar y sostener el rating asesor de crisis arruinadoras, confiando en el espurio sistema econo-ético de 'amigos' mercantiles New Deal a su puñetra bola, de tal catadura. Y linces de inteligencia global inconmensurable como puede verse en lo bien que funcionan, en el equilibrio social, en la autonomía entre política y enjuague financiador de candidatos y presidentes o de como pueden quitar del medio a un par de hermanos Kennedy sólo por acabar con el apartheid y permitir que negros y blancos fuesen juntos a la misma clase o se tomasen la cocacola en el mismo bar. Blanco es gallina lo pone. No escarmentar con lo que vemos de lejos nos hará tener que soportarlo al lado y encima de nosotros. Y no verlo, en este caso, es una sentencia asegurada de eurodebacle. Subirse al Titánic ilusamente pensando que jamás nada podrá hundirlo, cuando se ven y se sienten tan activas y destructivas las vías de agua y el pico del iceberg está delante de la proa, en las mismas narices del puente de mando.
Esa es, o debería ser, una de las lecciones básicas para soltar lastres y volver a retomar en serio lo que somos en realidad, desde Sócrates , Aristóteles, Platón, Alcuino de York, Hildegard von Bingen, Spinoza, Descartes, Montesquieu, Kant, Marx, Hegel, Concha Arenal, María Montessori, Adenauer, De Gasperi, Albert Sweitzer, Angelo Roncalli, Billy Brandt, Pertini, Camus, Vicente Ferrer, Petra Kelly, Mijail Gorbachov, Ignacio Ellacuría, Manuela Carmena, Emilio Lledó, Pérez Tapias, hermanos Gabilondo, Jeremy Corbyn ,Yanus Varoufakis, o Jose Luis Sampedro, Italo Calvino o José Saramago...Nos sobran las razones de la razón para poner en marcha lo que llevamos en la genética del alma y para aplicarlo en el presente que nos golpea la conciencia.
Europa no puede ser indiferente, ni lo es, como ha demostrado desde el primer momento, a un dolor que ella misma ha padecido a lo largo de siglos y tiranías de toda laya. Europa lo sabe. Pero sus gestores, manifiestamente agobiados por una realidad que sobrepasa sus luces habituales, necesitan tomar aliento y organizar su intendencia, su complejidad política y su diversidad de soberanías que no sólo se conjugan en las horteradas de Eurovisión ni en las eurocopas deportivas, sino sobre todo en esa humanidad que ahora está en la cuerda floja, entre el temor de unos, el desconcierto de otros, el impulso sano y necesario de la justicia y el apoyo mutuo para asistir a los desvalidos y pisoteados, también por la complicidad irresponsable e interesada por parte de las finanzas y la happyflower opacidad de la política institucional comunitaria, que ha permitido a los EEUU hacerse los putos amos, el cacique global, de todo lo que se mueve en el Planeta, contagiando a tutiplén además la incultura humana de su 'cultura' pesetera y de una bajísima catadura moral, camuflada de casposa moralina tea party, bajo los juramentos en la biblia y la bandera de una libertad que consiste en ir creando ghettos por el mundo y convertirlos en tierra quemada y esclavitud a su servicio y beneficio.
Europa tiene una ciudadanía que supera a sus portavoces en calidad ética,en sentimientos humanitarios y en inteligencia emocional. Y eso no es una ilusión. Es una fuerza viva y activa en movimiento e in crescendo. Y en definitiva es la que elige. La que paga y sostiene los Estados. Los políticos elegidos en Europa ya van sabiendo que si quieren seguir donde están, van a tener que escuchar más y aprender que servir es la clave del buen gobierno y que mandar sólo es propio de ganaderos y pastores. De tiranos y dictadores impresentables, incapaces de ser seres humanos y que eso ya no cotiza en la bolsa de la sociedad civil ni en las tendencias políticas que se valoran y se valorarán cada vez más, debido a las convulsiones sociales de una época en cambios imparables y arrolladores. Donde los viejos esquemas se han desmoronado por sí mismos, demostrando que la evolución lleva su curso y aunque se interfiera en ella no se puede parar, y que, demás, intentar detenerla y ponerle palos en las ruedas sólo origina dolor y sufrimientos colectivos que acaban, antes o después, por arruinar el plan erróneo y las "seguridades" al uso, ya inservibles para tiempos y conciencias en otro nivel.
Una era que se presenta con otro bagaje experiencial y en la que, precisamente, el afán por el dinero -el ídolo y el ojo avizor del dólar americano- está empezando a resituarse cada vez con una cotización más a la baja en las expectativas del verdadero bien estar humano. Aunque aún en el vértice de la pirámide todo siga igual, aparentemente, en la base y en el tronco las piezas se han movido y se mueven cada día mucho más rápido, precisamente, debido a la presión brutal de ese vértice hipertrofiado, bloqueado por su volumen pantagruélico e innecesario, un peso muerto, un montaje ineficaz, que debe deshacerse para poder adaptarse a las nuevas necesidades si no quiere desaparecer en el tsunami del acontecer diario. Es lo que hay. Y Europa lo está comprobando cada día mejor. Saldrá de ésta mucho más sabia y señora de sí misma. Para ser un punto de apoyo fundamental en el desarrollo de una civilización planetaria mucho más humanizada, mucho mejor avenida y más feliz.
Una era que se presenta con otro bagaje experiencial y en la que, precisamente, el afán por el dinero -el ídolo y el ojo avizor del dólar americano- está empezando a resituarse cada vez con una cotización más a la baja en las expectativas del verdadero bien estar humano. Aunque aún en el vértice de la pirámide todo siga igual, aparentemente, en la base y en el tronco las piezas se han movido y se mueven cada día mucho más rápido, precisamente, debido a la presión brutal de ese vértice hipertrofiado, bloqueado por su volumen pantagruélico e innecesario, un peso muerto, un montaje ineficaz, que debe deshacerse para poder adaptarse a las nuevas necesidades si no quiere desaparecer en el tsunami del acontecer diario. Es lo que hay. Y Europa lo está comprobando cada día mejor. Saldrá de ésta mucho más sabia y señora de sí misma. Para ser un punto de apoyo fundamental en el desarrollo de una civilización planetaria mucho más humanizada, mucho mejor avenida y más feliz.
Es un antes y un después. En el que nos jugamos todo lo que llevamos vivido como UE y como estados cada vez menos soberanos en lo pequeño, es cierto, pero más interesados en compartir soberanías de mayor fuste ético en favor del bien común, por encima de la banca y del mercado de la engañifa oligárquica, que hasta ahora han sido los directores de una representación teatral ya agotada por tantas temporadas en cartel y sin cambiar de programa ni de autores ni de intérpretes. Haciendo competencia desleal a La Ratonera de Agatha Christie.
Afortunadamente el egoísmo y su crueldad perderán la batalla final, la suya, porque están cada vez más solos en su esterilidad y en su bulimia por el poder y la avaricia, mientras la humanidad que despierta por contagio obligatorio y capones a mogollón, aspira a sobrevivir construyendo en común un mundo acogedor, más grato y afable y a ser higiénicamente más feliz en lo que se va consiguiendo. Europa lo hará. Lo haremos. Ya lo estamos haciendo, de la mano de los refugiados, de los olvidados, de los maltratados. Ellas las refugiadas de cualquier género, son ahora las que están rescatando en nosotras, la europeas, lo mejor que tenemos. El lado maternal y generoso sin condiciones de nuestra especie. Sólo hay que dar un poco de tiempo al lado viril y controlador del mismo espacio, al siempre mal pensado por "prudencia" y afán de controlar lo incontrolable, para que se adapte al nuevo tiempo y a las sorpresas de cada día. Para que logre soltar amarras pesadas y amistades peligrosas, y aprender a fluir como la vida. Como el tiempo. Como el agua y el aire. Como la ternura y la libertad. Como la inteligencia del amor y la belleza, sin cuya base radical nada cambia ni prospera. Más claro, imposible. A la vista está.
La solución y el uso de los recursos en las situaciones graves y urgentes pasa por dos niveles: uno inmediato y otro de estructura a largo plazo. Lo que no se puede dejar esperando demasiado tiempo es la emergencia, la hecatombe terrible de los que llegan y no disponen de agua ni de comida ni de ropa para cambiarse, ni de aseo ni de techo en las inclemencias de una climatología cambiante y descontrolada por los excesos y abusos del mismo sistema terminator, ni de una cama para dormir ni de una atención sanitaria para sus heridas y su agotamiento extenuante.
Si hay dinero para mantener el CERN y los vuelos a Plutón, si hay dinero para pagar sueldos de 100.000 euros y mucho más a los políticos, que pueden vivir de maravilla con la mitad y hasta con la tercera parte de lo que cobran de nuestros impuestos, sin perder lustre ni glamour, está claro que lo hay también para dar atención y espacio a los desterrados, negociando con los países que reciben las olas humanas, para que acondicionen lugares en los que los refugiados encuentren un refugio temporal adecuado y de urgencia, mientras se les va haciendo hueco y se reparten en los distintos puntos de llegada estable. Y para ello, además de Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, Caritas y tantas ONGs ¿qué mejor gestor que esas "naciones unidas" que se inventaron y redactaron la Declaración de los Derechos Humanos en 1947? Es una vergüenza que ACNUR, una organización de la ONU, en teoría, vaya pidiendo y mendigando dinero y suscripciones por las calles de países como España, donde la pobreza general crece cada día sin parar, los salarios son una miseria que no alcanza para comer, donde los pensionistas que deben mantener a sus hijos y nietos mantienen también a los delincuentes millonarios que gestionan las empresas de energía eléctrica y suministradoras de combustibles y agua y a la tramas corruptas de los políticos que nos gobiernan. ¿Cómo es posible que los gobiernos de todo el mundo no se hayan planteado siquiera en sus convenciones interestelares mantener ACNUR mediante una cuota global consensuada, como se pagaría un seguro a todo riesgo, pero con transparecia y responsabilidad política, no en manos de alguna empresa aseguradora -que se intuye en lo que puede derivar cualquier sugerencia ética en esa banda de filibusteros mundiales- según los recursos de que disponga cada país, para hacer frente a estas situaciones extremas causadas por los poderes más injustos del mundo? ACNUR, como brazo social especializado de la ONU para momentos como estos, sería la mejor organizadora y coordinadora especializada en el tema, amparando y orientando a las víctimas desde el mismo lugar donde viven y del que desean salir, poniéndose en contacto con los gobiernos directamente para informar ambas partes del problema, de la situación, preparar el éxodo adecuadamente y ayudar durante el desplazamiento con protección, recursos, puestos de cogida itinerante y una guía, para que los refugiados no sean, también, víctimas de mafias y desaprensivos buitres que se enriquecen mediante el horror, cobrando una fortuna y si se tercia, y además son racistas como en el caso de Eslovaquia y el camión de los pollos lleno de refugiados muertos, y tantos otros que no nos han contado las noticias, hasta llegar al exterminio por el camino. O rechazarles a patadas y coces tal que la periodista húngara, que nos avergüenza como miembros de la misma especie.
Es una cuestión de inteligencia práctica y básica. Si se ha globalizado el poder financiero que está generando esta situación, hay que globalizar también la responsabilidad de los países que están en el ajo, y la compasión y la atención a las víctimas de esa bárbara y desalmada globalidad de los mercados y sus mastines depredadores. Y tomar nota para que la nueva treta yanky del TTIP no se firme ni se ampare en la complicidad de la UE, porque aumentaría la miseria del mundo con el recrudecimiento de la injusticia, con el resultado en cadena de revueltas sociales, la guerra represiva para pararlas y la emigración subsiguiente para escapar de la trampa.
Nadie emigra si puede vivir con dignidad y justicia en la tierra donde nació, se crió, donde tiene sus lazos afectivos y sus raíces. Como dijo un niño sirio a la prensa: "No me quiero ir de Siria. Pero paren la guerra para que me pueda quedar en mi casa". Pues eso mismo.
La solución y el uso de los recursos en las situaciones graves y urgentes pasa por dos niveles: uno inmediato y otro de estructura a largo plazo. Lo que no se puede dejar esperando demasiado tiempo es la emergencia, la hecatombe terrible de los que llegan y no disponen de agua ni de comida ni de ropa para cambiarse, ni de aseo ni de techo en las inclemencias de una climatología cambiante y descontrolada por los excesos y abusos del mismo sistema terminator, ni de una cama para dormir ni de una atención sanitaria para sus heridas y su agotamiento extenuante.
Si hay dinero para mantener el CERN y los vuelos a Plutón, si hay dinero para pagar sueldos de 100.000 euros y mucho más a los políticos, que pueden vivir de maravilla con la mitad y hasta con la tercera parte de lo que cobran de nuestros impuestos, sin perder lustre ni glamour, está claro que lo hay también para dar atención y espacio a los desterrados, negociando con los países que reciben las olas humanas, para que acondicionen lugares en los que los refugiados encuentren un refugio temporal adecuado y de urgencia, mientras se les va haciendo hueco y se reparten en los distintos puntos de llegada estable. Y para ello, además de Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, Caritas y tantas ONGs ¿qué mejor gestor que esas "naciones unidas" que se inventaron y redactaron la Declaración de los Derechos Humanos en 1947? Es una vergüenza que ACNUR, una organización de la ONU, en teoría, vaya pidiendo y mendigando dinero y suscripciones por las calles de países como España, donde la pobreza general crece cada día sin parar, los salarios son una miseria que no alcanza para comer, donde los pensionistas que deben mantener a sus hijos y nietos mantienen también a los delincuentes millonarios que gestionan las empresas de energía eléctrica y suministradoras de combustibles y agua y a la tramas corruptas de los políticos que nos gobiernan. ¿Cómo es posible que los gobiernos de todo el mundo no se hayan planteado siquiera en sus convenciones interestelares mantener ACNUR mediante una cuota global consensuada, como se pagaría un seguro a todo riesgo, pero con transparecia y responsabilidad política, no en manos de alguna empresa aseguradora -que se intuye en lo que puede derivar cualquier sugerencia ética en esa banda de filibusteros mundiales- según los recursos de que disponga cada país, para hacer frente a estas situaciones extremas causadas por los poderes más injustos del mundo? ACNUR, como brazo social especializado de la ONU para momentos como estos, sería la mejor organizadora y coordinadora especializada en el tema, amparando y orientando a las víctimas desde el mismo lugar donde viven y del que desean salir, poniéndose en contacto con los gobiernos directamente para informar ambas partes del problema, de la situación, preparar el éxodo adecuadamente y ayudar durante el desplazamiento con protección, recursos, puestos de cogida itinerante y una guía, para que los refugiados no sean, también, víctimas de mafias y desaprensivos buitres que se enriquecen mediante el horror, cobrando una fortuna y si se tercia, y además son racistas como en el caso de Eslovaquia y el camión de los pollos lleno de refugiados muertos, y tantos otros que no nos han contado las noticias, hasta llegar al exterminio por el camino. O rechazarles a patadas y coces tal que la periodista húngara, que nos avergüenza como miembros de la misma especie.
Es una cuestión de inteligencia práctica y básica. Si se ha globalizado el poder financiero que está generando esta situación, hay que globalizar también la responsabilidad de los países que están en el ajo, y la compasión y la atención a las víctimas de esa bárbara y desalmada globalidad de los mercados y sus mastines depredadores. Y tomar nota para que la nueva treta yanky del TTIP no se firme ni se ampare en la complicidad de la UE, porque aumentaría la miseria del mundo con el recrudecimiento de la injusticia, con el resultado en cadena de revueltas sociales, la guerra represiva para pararlas y la emigración subsiguiente para escapar de la trampa.
Nadie emigra si puede vivir con dignidad y justicia en la tierra donde nació, se crió, donde tiene sus lazos afectivos y sus raíces. Como dijo un niño sirio a la prensa: "No me quiero ir de Siria. Pero paren la guerra para que me pueda quedar en mi casa". Pues eso mismo.
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