Esma Kucukalic, periodista de soluciones
"Los refugiados en España no tenemos una embajada, no tenemos voz"
Este artículo pertenece a la revista La España de los migrantes, de eldiario.es. Hazte socia ya y recibe nuestras revistas trimestrales en casa
Cuando Esma Kucukalic (Sarajevo,
1983) comenzó a escribir su diario con apenas dos años, nunca llegó a
pensar que sus páginas se convertirían en una suerte de crónicas de la
guerra. Mucho menos, que con veinte años ese instinto la acabaría
convirtiendo en periodista. Esma llegó a España en el otoño de 1992,
seis meses después del sitio de la capital bosnia. Llegó con nueve años,
acompañada de su madre, su hermana y "con la vida partida", cuenta. Su
padre decidió quedarse.
Las tres llegaron a Alicante
con el último contingente que pudo salir del país a bordo de un barco
fletado por una ONG. Fue, reconoce, pura suerte. Pidieron ayuda a la
ONG, que respondió que no había plazas, y a los tres días les
comunicaron que podían partir. "Era Navidad y había zapateros que nos
daban calzado, fabricantes de juguetes que nos donaron lo mejor que
tenían, jubilados que con su pensión nos compraban comida… El pueblo
entero se volcó con nosotros", relata, recordando sus primeros años en
Biar, el municipio de acogida. El Gobierno español nunca los reconoció
como refugiados, pero les concedió un permiso de residencia como
"desplazados por circunstancias especiales", que acabaría con la guerra y
complicaba algunos trámites, entre ellos el contrato de trabajo. Con 13
años, ante las dudas y el temor de su familia a ser expulsados, Esma
escribió en el colegio una carta al Rey preguntando por su situación. A
las semanas llegó la respuesta de Zarzuela, prometiendo que se
quedarían. Así fue.
Veinte años después, su experiencia vital la ha hecho
volcarse en un periodismo que va más allá de la perspectiva de derechos
humanos, el "periodismo de soluciones" una disciplina que exige al
mensajero posicionarse en los conflictos, elaborar un discurso que rompa
los tabús, que se acerque a los problemas con respeto, pero sin miedo.
Después de colaborar con numerosos medios de todo el mundo, es doctora
en derecho internacional y responsable de comunicación de la Fundación
ACM, que promueve el acercamiento entre los pueblos del Mediterráneo. No
le tiembla la voz al denunciar que "los refugiados en España no tenemos
una embajada, no tenemos voz" y, desde sus distintas facetas
profesionales, pelea por que la situación cambie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario