martes, 17 de septiembre de 2019

Novedades con pinzas y prisas en plan anábasis, pero sin Jenofonte y un salvavidas de plomo. Ya veremos en qué acaba esto. Poca esperanza producen estos personajes encargados nada menos que del rumbo político, económico y social del estado. Un gobierno de coalición entre todas la fuerzas políticas, como el que consiguió De Gasperi en la Italia hecha polvo de la posguerra, al final de los cuarenta del pasado siglo, sería lo más sensato, inteligente y civilizado pero ¿quién apuesta por el entendimiento entre incapaces, que en situaciones de "normalidad" no dan una en el clavo, si no es para ponerse zancadillas entre ellos, murallas y concertinas y olvido total de la ciudadanía? Ojalá la lucidez y la ética de los prebostes fuesen una realidad, pero hasta ahora no han hecho nada más que desbarrar, a derecha, a izquierda y a todo lo que se les pone por medio, nombrando como responsables a lo más inepto y vergonzante de sus partidos. No son creibles ni lo serán hasta que no lo demuestren con los hechos y comportamientos sensatos y acertados, no con el barullo, la chulería, la rivalidad, obedeciendo asesores destarifados y la estupidez.Son impermeables a las consecuencias de sus propias meteduras de pata ya convertidas en sistema.Una coalición de todas las fuerzas políticas sería el remedio, si la enfermedad solo fuese la economía y los problemas globales, pero ¿cómo curar los males patrios que producen los mismos partidos políticos podridos, rancios o llenos de odio, miseria de miras y malas prácticas amorales con tal de trepar y mandar en la misma basura que generan y amasan juntitos pero a la greña? Esas "buenas intenciones" riverísticas suenan bien de lejos, pero huelen fatal de cerca, como las de Sánchez, Iglesias o Casado. Ya no es posible creer en los milagros a estas alturas, cuando hemos sido estafadas en todos los registros partideros disponibles. Ahora si no cambian al borde del abismo, no habrá otra salida que unas elecciones con una cuota de abstención como nunca la ha habido. Los gobiernos caóticos y ruinosos producen caos y ruina, como las bacterias y los virus, producen anfermedades. De momento la realidad es esa...Autoengañarnos no tiene sentido si queremos que las cosas cambien. El pueblo debe intervenir y autoorganizarse, como ya había empezado a hacer antes de que se inventara un Podemos de confeti para que nada pudiera cambiar en realidad, y que las cosas se enredasen aun más, dando origen a un Vox fotocopia facha del Podemos blufff. En estos casos el optimismo no consiste en imaginar imposibles, sino en ver la realidad tal cual, por más dura que se presente, sin "ilusionarse" en plan peras al olmo, con la misma morralla que es incapaz de nada que no sea trepar, ganar y establecerse como negocio traficante de personas, derechos y falsas justicia y democracia, pagadas con la moneda del dolor civil y las desigualdades in crescendo. ¿Se puede hacer un guiso comestible con los ingredientes pochos, caducados, podridos y repugnantes, y pretender comérselo tan contentos sin acabar de urgencias en el hospital? De momento, no cuelan los mismos perros hasta con los mismos collares, ¡que ya es el colmo!. Esto lo curaría un referendum sobre el modelo es estado,en el que el pueblo elija entre ser responsable y libre para autogobernarse desde una Res Publica Federal Municipalista en una Democracia presentable y eficaz, o seguir apechugando con los mismos contenedores de basuras a rebosar, impuestas y heredadas para más inri. Las madres, padres, hijas e hijos, sabemos muy bien que una casa y una familia no funciona sin higiene, sin que por lo menos un par de veces al año se haga una buena limpieza general y entre todos se seleccione lo que hay que usar o tirar (para eso están las urnas y los votos y no solo para elegir gobiernos, también nos deberíamos interpelar sobre la orientación social y modelo de estado). El estado es la casa de todos y lo tenemos de un abandonao...En fin...



Rivera lanza un salvavidas

Humo y colorines, muy en línea con el papel que se adjudica de cancerbero del reino, guardián de las siete llaves de la unidad nacional


La voz de Iñaki Gabilondo | 17/09/2019 | Rivera lanza un salvavidas / VÍDEO: Pablo Palacios (CADENA SER)





A punto de agotarse los plazos, Albert Rivera lanzó un salvavidas. ¿Qué quería salvar? ¿La gobernabilidad de Estado? ¿ La estabilidad del país en un momento muy delicado? Por encima de todo, quería salvarse a sí mismo ante el temor de que unos nuevos comicios castiguen su insensata y errática estrategia política. Mi primera impresión es que es objetivo lo está cumpliendo porque he visto que sus seguidores aplauden la iniciativa y cierran filas en torno a su líder. Si es así,  enhorabuena. Misión cumplida porque para todos los demás ha sido un fuego artificial.
Humo y colorines, muy en línea con el papel que se adjudica de cancerbero del reino, guardián de las siete llaves de la unidad nacional y de su prosperidad y que planteadas en el último segundo después de haber roto absolutamente todos los puentes con Sánchez desde hace meses, no es propuesta sino trampa. Respuesta de Sánchez. De las tres condiciones de Rivera, una prejuzga, el indulto a los líderes del procés si son condenados. Otra exagera, generaliza una eventual subida de impuestos que solo afectaría a las rentas más altas; y la tercera miente: no ha habido pacto con Bildu.

Yo quisiera subrayar algo que late en esta última condición y que me parece muy irritante, esa antidemocrática insinuación de que es posible corregir la actual conformación del Parlamento Navarro desde Moncloa. No sé si los navarros no dan un puñetazo en la mesa porque están acostumbrados a que Madrid juegue a los dados con ellos o porque les dan mucha risa que alguien se crea de verdad que puede modelar el futuro de Navarra por encima de la voluntad de los navarros.
En fin, que reapareció el desaparecido Rivera. Nos ha alegrado saber que está vivo y en buena forma; y por lo demás nada nuevo. Nos vamos irresponsablemente elecciones, con la inestabilidad exacerbada mientras en el mundo todo se enreda. Atención al precio del petróleo.

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