jueves, 19 de septiembre de 2019

Ains!




"Cada uno juzga bien aquello que conoce y de ello es un buen juez: por eso en lo particular y lo parcial, lo será el hombre que está educado en ello, e igualmente  el hombre educado en lo general y más universal, que se ocupa de todos los temas también puede ser un buen juez. Por esa razón, el joven no es el alumno adecuado para la Política, porque carece de experiencia en las acciones de la vida, y los argumentos parten de éstas y versan sobre ellas. Aún más, el joven se suele dejar llevar por las pasiones y arrebatos del momento, porque aun no sabe escuchar, solo oye, sin obtener conocimiento ni provecho real en los plazos más largos, pues su finalidad no es el conocimiento, sino la aplicación inmediata de lo que oye, sin detenerse en el proceso entre causas y efectos. 
Y no hay diferencia alguna entre quien es joven por la edad y quien es inmaduro de carácter, pues el defecto no va con el tiempo y los años, sino que depende del modo de vivir persiguiendo deseos y pensamientos aplicados a cada cosa desde la pasión.Para ese tipo de personas lo mismo que para los incontinentes, el conocimiento no tiene aplicación ni provecho, en cambio para quienes realizan sus deseos obrando conforme a la razón, el conocimiento resulta siempre provechoso. Quede esto como prólogo sobre el alumno, sobre cómo hay que aceptarlo y cuál es nuestra propuesta."

Aristóteles. Ética a Nicómaco (Libro I)




Una entrevista muy completa a Alberto Garzón, en eldiario.es, nos permite reflexionar y analizar con detenimiento la situación política que padecemos y cuyo zénit a la inversa serán las enésimas elecciones en noviembre. 
No aprender de la experiencia repitiendo constantemente lo que nos impide avanzar es negarse al progreso cerrándose a la realidad. Si una clase política es incapaz de organizar el estado, como es su cometido, encargado en las urnas por la ciudadanía varias veces en poquísimo tiempo, y habiendo recorrido el espectro político desde varios horizontes ideológicos y desde propuestas que no pasan de ser teorías y que incluso cuando intentan cristalizar en la práctica el resultado es el agravamiento de los problemas, es una señal de alarma no sólo visible, sino escandalosamente agresiva y degenerativa para el conjunto del estado y del Planeta. Todo lo que hacemos bueno o malo en privado tiene cada vez más repercusión y trascendencia en lo común y en lo universal,deberíamos caer en la cuenta de esa evidencia, antes de que ésta nos aplaste sin remisión, como especie y no solo como capitalistas o comunistas. Los desastres no distinguen ni entienden de clases, por ejemplo, en el terremoto de Managua en 1972, desapareció la zona de los ricos y los ricos con ella. En las inundaciones de Levante, ricos y pobres se han muerto ahogados y lo mismo han acabado embarrados y hechos puré los chalets con piscina que las viviendas más humildes, los coches de tercera mano, que los mercedes en garaje superstar. El eterno retorno no es la solución, sino el agravamiento. Ni Lenin, ni Stalin, ni Hitler, Mussolini o Franco, resolvieron algo más que el exterminio y el bloqueo secular y hereditario colando los ideologismos en plan hooligans, que siempre acaban en dogmas y reacciones emocionales y en catástrofe social, mucho más que en justicia, igualdad, salud social, convivencia, conocimiento, escucha, comprensión, debate honrado y acuerdos prácticos desde la ética, para hacer posible el bien común, que ya se acerca y roza los confines de una verdadera necesidad para la supervivencia biológica y climática. 

Parece que Aristóteles apunta muy bien a la valoración de la experiencia como una garantía para el conocimiento directo y un análisis acertado de la realidad y, por supuesto,  para una creación y aplicación de medidas políticas inseparables de la ética, básicamente para poder reconocernos, entendernos y desde ahí, coordinarnos cooperativamente desde una democracia imprescindible para seguir siendo humanos en pleno derecho y deber. Entenderse en grupo es imposible si no somos capaces de ser adultos uno por una. La juventud es estupenda como motor de arranque pero necesita sin la menor duda, el combustible ecológico y no contaminante de la experiencia pasada por el conocimiento y viceversa: el conocimiento acrisolado por la experiencia, por desgracia -dejando a un lado a la derecha, que ya sabemos lo que da de sí y lo que nunca podrá dar dada su tendencia incorregible por lo irreconocible como tal- no es el caso del Psoe ni de Podemos; lo de Unidas, hay que dejarlo aparte, porque más de un 50% de la formación morada no es Podemos ni se siente Unida al cambalache aunque en varias ocasiones haya ido a votar con la nariz tapada y solo para evitar, en teoría, algo peor, hasta que la realidad ha demostrado que no hay algo peor para un estado que el destarifo del vacío y el caos durante años consecutivos y sin solución de continuidad, votando más para que acabe de rematarse aquello que más se temía que para plantear con decencia responsable y solucionar los problemas más graves. 

No cabe duda de que Alberto Garzón es honesto y lúcido, al menos en lo que expresa. Porque en la práctica no se le ha dado la oportunidad de asumir ningún riesgo. Iglesias ha establecido el sultanato hegemónico y todo lo que no sea a su imagen y semejanza ni se ve, ni se siente. Simplemente no está disponible, nada más que en foto y en sumisión cuando hace falta publicidad. 

¡Claro que es urgente la unidad de la Izquierda! Pero no todo en lo que se autoproclama izquierda es sano ni recomendable como ingrediente del menú izquierdil, algo que no pasa en la derecha con los corruptos incontenibles a borbotones. Por muchos Borja Sémper que haya, nunca el pp ni C's, ni Vox, estarán en condiciones de afrontar un gobierno decente por su propia idiosincrasia natural, no distinguen decencia de filibusterismo politicante y populista en el más patético y cínico de los sentidos. La supremacía del pp es el banquillo en los tribunales y la reprobación estatal como agente político, al menos hasta que no se refunde en el plano de la ética y la imprescindible regeneración desde la médula hasta las gaviotas.
Como ex-voluntaria de prisiones, sé por experiencia que la rehabilitación siempre es posible y no deberíamos jamás dar por perdido a nadie que disponga de un mínimo albedrío y una mínima posibilidad de conciencia. Ni tampoco es muy oportuno que los ex-reclusos recién estrenados se reciclen inmediatamente como gestores políticos. Si durante años se ha delinquido sin el menor reparo, el arrepentimiento no es el Bálsamo de Fierabrás, sino el humilde y sabio comienzo de un ciclo nuevo muy largo y paciente, orientado al revés del anterior. O sea, que arrepentidos inmediatos en política no nos sirven tampoco, la convalecencia no es garantía de una salud a prueba de chanchullos, puede haber recaídas apoteósicas. Tampoco basta con  decir "nos hemos equivocado, lo sentimos mucho, no volverá a ocurrir", que significa nada cuando la conducta, el espíritu de la colmena y los métodos de acción siguen siendo los mismos que antes del alarde contricto, que nunca sabremos si es contricción o mera atrición sofista para salir del trullo. O sea, del trance difícil que amenaza con el si te he visto no me acuerdo, o lo siento se ha equivocado, yo no le conozco de nada. 

IU era una coalición muy interesante y necesaria para el equilibrio estatal, cuando ha gobernado en los ayuntamientos ha hecho maravillas: la primera, no gobernar solo para sus votantes y adeptos sino para el bien común sin preferencias ni prebendas. La segunda, quitar los cargos y hacer dimitir a los que no seguían las pautas de la ética (por ejemplo, los de las tarjetas black o Tania Sánchez en el ayuntamiento de Rivas). La tercera, no dejar a nadie necesitado en la estacada, siempre las personas más perjudicadas por delante de las normas meramente instrumentales al servicio de la justicia igualitaria. La cuarta, ser transparentes y humildes, accesibles y limpios de alma y acciones, buscando la justicia distributiva , la igualdad y la fraternidad de los seres humanos corresponsables y libres, antes que ganar votos ni escaños ni enchufes y la capacidad para escuchar también lo incómodo y comprenderlo. De este legado, en Podemos no hay ni rastro. Parece mentira que alguien tan lúcido como Alberto Garzón no lo haya detectado. Eso solo puede deberse a un motivo: que solo se trate de cerca con la cúpula-prótesis del podemismo y su maquillaje parlamentario. No creo que trate de cerca a las bases, sobre todo porque ya no las encontrará por ningún lado, salvo en Las Moradas varias , que no son bases sino casinillos de la oligocracia podemita. Las bases eran las asambleas de los círculos, que se disolvieron como azucarillos en el café , apretadas hasta la asfixia por las tuercas mediáticas. 

Y hay una cosa superclara: la misma vida y su curso está llevando forzosamente al protagonismo social y político a la ciudadanía (dos realidades inseparables), debido al crecimiento exponencial de conciencia colectiva, derivado a su vez de varias causas que actúan sincrónicamente, entre ellas los problemas de la globalización del desbarajusta,  del desastre climático y la cobertura en la comunicación constante, más allá de las redes informáticas, como despertadores de ámbitos cognitivos nuevos, personales y comunes. Aunque esa innovación conlleve también el control del poder en plan Orwell, Gran Hermano vigilante, también despierta y genera otras formas de entender la libertad y el albedrío, el pensamiento autónomo y la responsabilidad ineludible sobre los cambios que solo dependen del alma humana y su naturaleza cósmica, como derivación del "padre" espíritu y la "madre" materia, un punto de fusión, que ni la más alta tecnología puede alcanzar de verdad, aunque lo intente en plan cyborg y teledirección ya sea mediática, 'filosófica', religiosa, tecnológica, comercial, política o 'artística'. 
Es decir que, nos guste o no, esencialmente se ha terminado el tiempo de las oligocracias "representativas" de cualquier signo, que al final se acaban representando sólo a sí mismas en modo sigla y prebendismo elitista manipulador, aunque en principio manaban, al parecer, de unos deseos la mar de participativos, que en cuanto han pillado las mínimas cotas de poder han desaparecido y mutado por arte de birlibirloque. Y solo nos ha quedado como rastro, la zurrapa. Los posos del café, que resultó no ser café, sino un pastiche negruzco que nadie se molestaba en analizar en el laboratorio de la autonomía consciente. Cuando esa autonomía ha empezado a soltar prenda colectiva, se ha roto el cántaro de la lechera, la puñetera "ilusión" con la que la izquierda es experta en tejerse la venda con que se tapa los ojos para seguir dando saltitos alrededor del precipicio, un juego que, por lo que se ve y se hace, a los prebostes zurdos les debe molar mogollón, pero que a la ciudadanía además de agotarla, la pone de malísima hostia.
Y eso solo significará que, por más que se gaste un pastón en ir a las urnas cada dos por tres,  el caos irá en aumento, aunque la derechona se frote las manos con las expectativas imaginables, también lo va a tener imposible, porque contra lo que en ella se cree, los ricos también lloran cuando a los pobres ya no les quede ni una lágrima, ni un trabajo, ni una salida digna por ningún lado. Los pobres sostienen a los ricos y no al revés, y si los millonetis y sus huestes políticas, ganan, los que son su sustento se irán al paro, en España y en el mundo, riqueza financiera en solitario no puede nada más que convertirse en pobreza sistémica y contagiosa. Que se sepa, el dinero ni las posesiones se comen por mucho que valgan. Solo se compra lo que los trabajadores y los pobres producen. Por mucha demanda, si no hay lugar para la oferta productiva, ni siquiera robotizada (los robots necesitan el trabajo humano para existir, mal que le pese al sistem in faillure), no habrá nada que rascar. Y no va a tardar en manifestarse ese terrible tiempo, que nadie ha querido ver ni prevenir y que solo nuestro cambio de actitud y de entendederas podría desacelerar e incluso, regenerar para bien.
Pero si esto no cambia dando un giro total, y sin remilgos autocomplacientes, la historia puede acabar así: estaban tan sumergidos en sus egos, que no se coscaron de nada hasta que la nada convertida en máquina autodestructiva fue, de repente, el único todo disponible para aquella civilización de esperpentos...Como en la última escena de 2001 Odisea en el espacio, de Kubrik...Ains!

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