miércoles, 11 de septiembre de 2019

Más claro agua. Y además, que dimitan, dada la incapacidad absoluta para gobernar algo que sobrepase sus egocentrismos transplantados a sus siglas respectivas. Lo pagaremos todas, una vez más, con el aumento seguro de la abstención en las urnas, más que justificado


Acabemos con esa farsa

Iñaki Gabilondo asegura que PSOE y Podemos "no tienen derecho a prolongar la farsa ni un día más", porque la ciudadanía lo que percibe de las negociaciones para desbloquear la situación política es que "no hablan de nosotros, hablan de ellos"




No tienen derecho a prolongar esta farsa ni un día más. Y además, están haciendo un negocio pésimo porque el enésimo fracaso de las negociaciones entre PSOE y Podemos no está siendo entendido por nadie como un forcejeo de alta complejidad, no recuerda para nada a los vaivenes habituales en todos los procesos negociadores con sus regates, sus órganos de mentira que se dan 100 veces por muerto y otras tantas veces resucitan. No, esta vez suena a estafa. Suena a estafa porque se ha adulterado el objeto de la negociación.


Lo que la mayoría votó en las elecciones de abril, lo que se supone que ha de ocupar a los representantes de dicha mayoría, versa sobre cosas como empleo, pensiones, desigualdad, emergencia climática, reforma del sistema eléctrico, reforma de la reforma laboral del 2012, un nuevo estatuto de los trabajadores, diálogo social, eutanasia, impuestos, educación, etc.
Pero si todo esto pasa a segundo plano y desaparece porque lo instrumental, gobierno de coalición o no, se impone a lo fundamental, lo que la ciudadanía percibe es que los negociadores no hablan de nosotros, hablan de ellos. Es lo que Churchill señalaba como un problema muy serio cuando los políticos no quieren ser útiles sino importantes. Suena a estafa, sí, porque la negociación está muerta de cuerpo presente y ellos fingen que aún respira. Acabemos con esta farsa de una vez.

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