lunes, 9 de septiembre de 2019

Es cada día más reconfortante comprobar que dentro del Psoe se cuecen habas de lucidez y clarividencia, que no todo es tacticismo de mercadillo, subasta de sillones y ceguera. En Nueva Tribuna, un diario digital de tendencia socialista bastante más sensata que la ejecutiva actual del invento, cada día queda más patente que la visión de Sánchez no es aceptada por una gran mayoría en las bases de su propio partido, y lo mismo pasa en Podemos...ergo, algo muy gordo se les ha ido de las manos a los dos águilas del tinglado; lo peor que le puede pasar a un águila, es creerse águila y ser un mochuelo y no digamos nada, si en vez de un águlia fake son dos en el mismo plan...No podemos consentir que esto tenga una segunda vuelta electoral y que en vez de ser dos Temístocles contra los persas en Salamina, sean dos Leónidas del Cottolengo a la greña entre sí en unas Termópilas demenciales, mientras los persas se ponen las botas sin siquiera combatir gracias a las facilidades de los dos esperpentos termopileros,y nosotras pagamos el pato de semejante pollo, como siempre, por no variar, mareando la perdiz de sus egos hiperventilados contra natura en el corral de la granja avícola españolona, eso sí, los dos se matan por ser la izquierda más izquierdosa, el postureo que no falte...Ains!

Efecto sensatez


Boris Johnson se las prometía felices tramando con los anti europeístas de su partido, con los partidos de extrema derecha y con los populistas sacar a Theresa May, sustituirla y –dado que las encuestas le favorecían- buscar una nueva cita electoral en el Reino Unido. Sin embargo, hecha la primera parte y teniendo el viento a favor apareció el “efecto sensatez”, que existe en la ciudadanía, y comenzó a fallar el plan de Johnson; veremos en qué y cómo acaba.
Matteo Salvini, otro gran estratega de la nueva época (fakenews y twitter), buscó su oportunidad en la crisis migratoria que todos los años padece la UE en verano. Apostó por una moción de censura para quitar a Giuseppe Conte como Primer Ministro, cargarse de paso a Luigi Di Maio del movimiento cinco estrellas –su ex socio- y ponerse él como primer ministro o, en su defecto, convocar elecciones ya que las encuestas le favorecían. Inició el proceso y todo se le fue al garete, pues nuevamente surgió el “efecto sensatez”, esta vez en la ciudadanía italiana, y ya tenemos un nuevo gobierno –inimaginable hasta hace un mes- del PD y Cinco Estrellas.
Trabajo es la palabra que se utiliza mal, pues trabajar no es enviar correos o hablar por intermediación de la prensa; es sentarse y currar…hasta que se termine aunque sea por cansancio
En España –a diferencia de Italia y Reino Unido- la izquierda obtuvo un éxito rotundo en las pasadas elecciones de abril. El PSOE ganó las elecciones de forma clara y el mandato de la ciudadanía (que nos votó) era sacar adelante un acuerdo (Con Rivera…no) y que el progresismo se pusiera a trabajar para ordenar y gestionar cuatro años complejos, pero sin más recortes y volviendo a mirar a la ciudadanía y nuestros derechos.
El “efecto sensatez”, en nuestro caso, es intentar llegar a un acuerdo por todos los medios, pues es lo que prácticamente el 90% de las personas con las que me he cruzado este verano me han hecho saber por activa y por pasiva. Pero al margen de lo que mucha gente dice y opina abiertamente, es que después del “con Rivera…no” de la noche electoral, parece ser lo lógico, o si se quiere, lo sensato.
Negociar por sms, e-mail, por intermediación de la prensa o a tan sólo tres días antes de la investidura es un error comparable al del los asesores de Matteo Salvini –que deben estar en busca y captura-. Negociar quiere decir eso, negociar. Hay que sentarse, empezar a las 08:00 de la mañana y no levantarse de esa mesa (con acuerdo o sin él) después de haber buscado todas las formas posibles de solución a lo que la ciudadanía nos mandata.
Desde aquí, quisiera hacer llegar a nuestros equipos negociadores el sentimiento –que es bastante amplio, por no decir mayoritario en el PSOE M- de que ir a otras elecciones es la peor de las salidas posibles
Es evidente que Unidas Podemos está en caída libre y que en Madrid los resultados casi les dejan fuera de la Asamblea.Pero el resultado es el que es y hay que contar con los actores que se tienen para hacer el trabajo.
Trabajo es la palabra que se utiliza mal, pues trabajar no es enviar correos o hablar por intermediación de la prensa; es sentarse y currar…hasta que se termine aunque sea por cansancio.
Con los ejemplos cercanos de Reino Unido e Italia debería ser más que suficiente para repensarnos muy bien la “estrategia”.
Desde aquí, quisiera hacer llegar a nuestros equipos negociadores el sentimiento –que es bastante amplio, por no decir mayoritario en el PSOE M- de que ir a otras elecciones es la peor de las salidas posibles.
Con el Brexit en ciernes, una ralentización de la economía y la guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China que tiene una gran repercusión en el comercio internacional –en el que algo tenemos que decir-; con unos presupuestos prorrogados –que son del señor Montoro- y con la extrema derecha por primera vez en las instituciones de España por obra y gracia de Ciudadanos y PP… ¿Me quieren decir que no hay forma de ponerse de acuerdo?.
Carlos Morales Sánchez | Secretario Ejecutivo de Análisis y Prospectiva PSOE-Madrid

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