El nuevo rescate de Médicos Sin Fronteras, primera prueba del nuevo Gobierno italiano sobre el cierre de puertos
La primera operación de salvamento de ONG con Matteo Salvini fuera de Interior dejará en evidencia si el nuevo Ejecutivo italiano apostará o no por perpetuar el tira y afloja con las organizaciones humanitarias
Hasta ahora, cada vez que una ONG notificaba un rescate, Salvini respondía en cuestión de horas ordenando la prohibición de entrada en aguas italianas
De momento la tripulación no ha pedido puerto seguro a las autoridades italianas, pero les ha informado de la operación de salvamento
Primera prueba para el reién
estrenado Gobierno italiano del Movimiento Cinco Estrellas y el Partido
Democrático sobre la política del cierre de puertos a los migrantes
socorridos en el mar. Este domingo, el barco Ocean Viking, operado por
las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin fronteras (MSF), rescataba a 50 personas, 12 de ellas menores, de una embarcación en peligro frente a las costas de Libia.
Tras
el rescate, la tripulación de la nave ha solicitado por correo
electrónico a las autoridades libias que coordinen el desembarco en un
lugar seguro e informó de ello a los centros de coordinación marítima
italiano y maltés. Llevar a los supervivientes de vuelta a Libia no es
una opción para las organizaciones humanitarias por los numerosos abusos
que pesan sobre la población migrante, por lo que si no se les indica
un puerto seguro para los náufragos –esto es, fuera de Libia–,
el Ocean Viking lo solicitará a Malta e Italia, los más cercanos. De
momento, no ha recibido respuesta y ha reanudado la navegación en busca
de posibles embarcaciones en peligro.
La nueva operación de salvamento, la primera con Matteo
Salvini fuera del palacio del Viminale, dejará en evidencia si el nuevo
Ejecutivo italiano apostará o no por continuar con el cierre de puertos y
perpetuar el tira y afloja con las organizaciones humanitarias que, a
lo largo del último año, ha dejado durante días a cientos de migrantes
en alta mar sin una solución.
Hasta ahora –desde la entrada en vigor del decreto impulsado por Salvini–,
cada vez que una ONG notificaba que había completado un rescate en
aguas fronterizas, el exministro del Interior italiano respondía en
cuestión de horas firmando una orden de prohibición de entrada en aguas
territoriales. Es el caso del Open Arms, que permaneció durante 19 días
sin puerto seguro hasta que un fiscal ordenó el desembarco o la nave
Eleonora, de Mission Lifeline, cuyo capitán decidió desafiar el veto y
entrar sin permiso en aguas territoriales. El viernes, la ONG alemana
denunció que les habían impuesto una multa de 300.000 euros por violar
la prohibición.
La pelota está ahora en el tejado de
Luciana Lamorgese, sustituta de Salvini al frente de Interior, que según
los analistas cuenta con un perfil más técnico y está llamada a traer
cierta normalidad a la cartera tras más de un año de decisiones
polémicas. Pero las órdenes que han vetado la entrada a las ONG no
llevaban solo la firma de Salvini, también la de los exministros del M5S
Elisabetta Trenta (Defensa) y Danilo Toninelli (Transporte). Ahora,
estos ministerios están liderados por miembros del PD, Lorenzo Guerini y
Paola De Micheli, respectivamente.
Antes de
marcharse, Salvini dejó firmada su última prohibición de entrada contra
el buque Alan Kurdi, que continúa desde hace 10 días en aguas
internacionales frente a Malta a la espera de instrucciones para
desembarcar a los 5 migrantes que permanecen a bordo tras tres nuevas
evacuaciones. La organización sigue insistiendo en la responsabilidad de
La Valeta en la operación de salvamento, alegando que la operación tuvo
lugar en aguas de su competencia.
Sin embargo, en
todo este tiempo, la tripulación de Sea Eye también ha continuado
llamando a la puerta de Italia sin éxito. El pasado jueves por la
mañana, el mismo día que Lamorgese juró el cargo, el capitán del Alan
Kurdi preguntaba al Ministerio del Interior si el llamado 'Decreto
Salvini', por el que se arriesgan a multas de hasta un millón de euros
si entran en aguas italianas, seguía estando vigente. A las 12:26 horas,
el ministerio confirmó que seguía en vigor: "Le informamos que el
decreto n° 53/2019 sigue siendo válido".
Una de las
primeras condiciones del Partido Democrático para sentarse a negociar
con el Movimiento 5 Estrellas fue abolir los dos decretos en materia
migratoria impulsados por Salvini. En el caso concreto del 'Decreto de
seguridad bis', en el que se basan las órdenes de prohibición de
entrada, otorga a Interior la potestad de impedir la entrada de barcos
de las ONG en aguas italianas e imponía multas a estas organizaciones de
hasta un millón de euros si incumplen la orden. Fue aprobado el pasado 6
de agosto, hace algo más de un mes.
Entre los 26
puntos acordados en el pacto de Gobierno entre el PD y el M5S, ambas
formaciones se comprometían a "actualizar" la normativa en materia de
seguridad en virtud "de las recientes observaciones del Presidente de la
República". Tras promulgar el texto, Sergio Matarella envió una
carta al primer ministro y los presidentes de las cámaras italianas
donde recordaba la obligación internacional de rescatar a los náufragos
en el mar y expresaba su preocupación por sanciones de "tal gravedad",
en referencia a las elevadas multas para los barcos de las ONG.
Este
lunes, el primer ministro Giuseppe Conte ha asegurado que el Decreto de
seguridad bis será revisado durante la presentación ante la Cámara de
Diputados de su programa de Gobierno. "Ya no podemos hacerlo sin una
solidaridad efectiva con otros países europeos", ha dicho Conte.
De momento, los Estados miembros de la UE no se han puesto de acuerdo
para la creación de un mecanismo estable que permita el desembarco y
posterior reparto de los migrantes rescatados para evitar situaciones de
estancamiento.
Durante las negociaciones, el Partido
Democrático pidió a su socio de Gobierno, a golpe de expresiones como
"discontinuidad", que se desvincule de las políticas migratorias de sus
15 meses con la ultraderechista Liga Norte. Durante más de un año, el
M5S ha aprobado los decretos migratorios de Salvini y ha aceptado el
cierre de puertos. El PD tampoco ha dicho claramente que vaya a
abrirlos.
En su última misión, MSF y
SOS Méditerranée completaron cuatro rescates sucesivos entre el 9 y el
12 de agosto de 356 personas. Ante la "incapacidad de Libia" para
ofrecer un lugar seguro y la negativa de la ONG de devolverlas al país
vecino, el 13 enviaron su solicitud de puerto seguro a Italia. No
recibieron respuesta hasta el 21 de agosto, cuando el centro de
coordinación marítima de Roma reiteró que el Ocean Viking no estaba
autorizado a entrar en aguas territoriales italianas. Finalmente fue
Malta, 14 días después, la que aceptó abrir los puertos.
Pero
esta vez el contexto político ha cambiado y, tras el nuevo rescate de
MSF y SOS Méditerranée, se comenzarán a despejar las primeras incógnitas
sobre cuál será la postura del nuevo Gobierno italiano ante las ONG que
salvan vidas en peligro en el mar.
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