ExclusivaLa verdad sobre el imán de Ripoll (3)
La verdad sobre el imán de Ripoll (3) | EXCLUSIVA El CNI fichó a Es Satty en 2014 a cambio de no ser deportado y le ayudó a ser imán en Ripoll
La trayectoria de Abdelbaki
Es Satty como confidente policial es muy larga y culmina con su
captación como informante por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a
cambio de no ser expulsado de España después de cumplir su condena de
cuatro años de prisión tras ser detenido en 2010 conduciendo una
furgoneta (Mercedes Sprinter) con 136 kilos de hachís que pretendía
embarcar en el ferry Ceuta-Algeciras.
En realidad, este fichaje por el CNI no es nada
extraordinario, ya que Es Satty había alegado en su defensa que fue
obligado a transportar ese alijo bajo las amenazas de un grupo islamista
–con lo que adquirió interés como posible fuente sobre planes
terroristas– y lo de intentar captar a un miembro de una célula
yihadista en prisión, bajo la amenaza de ser expulsado a su país –donde
se arriesga a penas mucho peores–, es una actuación de captación de
manual: Satty es un objetivo con probadas relaciones con la amenaza
que se quiere extirpar (el yihadismo) y se tiene el elemento de coacción
para obligarlo a colaborar (la deportación).
Lo realmente extraño es el empeño que puso el CNI en
negar que se le hubiera querido captar, en sostener que sólo se le
interrogó y en afirmar que no llegó a trabajar para ellos; porque lo que se quiere esconder es el dato verdaderamente relevante: hasta cuándo fue confidente suyo.
De hecho, no reconoció haberlo entrevistado en prisión hasta que se
filtró en prensa –probablemente como coletazo de la guerra entre el
comisario Villarejo y los servicios secretos–, y entonces "La Casa"
(como se llama internamente al CNI) adujo que se había limitado a
interrogar a alguien que decía haber estado en contacto con islamistas,
algo rutinario en las labores de inteligencia.
El informe sobre Es Satty preso cuya existencia se negó
Pero resulta que los agentes del CNI no fueron a
verlo hasta que le quedaba muy poco tiempo para salir en libertad –en
vez de hacerlo en cuanto se conocieron sus alegaciones sobre las
supuestas coacciones de yihadistas que le habrían forzado a hacer de
“mula”–, y luego negaron haber estado vigilando su radicalización islamista en prisión, cuando lo normal es que lo hicieran. Incluso
filtraron a los medios que durante su estancia en prisión “nunca se
realizó un informe sobre él”, pese a tener cierta ascendencia sobre la
comunidad musulmana del centro, porque “no estaba dentro de los patrones
de vigilancia”.
La verdad es bien distinta. Público ha tenido
acceso a la nota confidencial facilitada a los cuerpos policiales por el
Centro Nacional de lnteligencia en los días posteriores a los
atentados, en la que se hacía un resumen general sobre lo que se sabía
de Es Satty. Y uno de sus pasajes explica (como se puede ver en el
fragmento reproducido al inicio de este artículo):
• A la llegada de Es Satty al C.P. [Centro Penitenciario] Castellón I, otro preso denominado Abdellatif Sif era el líder de las oraciones de la comunidad musulmana interna en prisión. Abdellatif Sif exige
al resto de presos musulmanes el cumplimiento ortodoxo de los preceptos
religiosos, tiene capacidad de liderazgo y posteriormente junto con Abdelbaki Es Satty, lideran un grupo de presión que realiza actividades proselitistas sobre otros internos musulmanes. Ambos han mantenido un proceso de radicalización en la cárcel y Sif comenta abiertamente su apoyo a los talibanes en Afganistán, manifestando que de este conflicto sólo son culpables las fuerzas de ocupación, incluidas las españolas.
• Satty fue considerado por IIPP [Instituciones Penitenciarias] como islamista, mostrándose radical desde el principio de su estancia en C.P. Castellón.
Realizaba acciones de proselitismo sobre otros internos, cumplía un
seguimiento exhaustivo de los preceptos religiosos y exigía, junto con
Sif, el cumplimiento del Ramadán al resto de presos musulmanes.
• No hablaba con los funcionarios. Era extremadamente reservado y actuaba como líder secundario de Sif en el grupo de presión establecido en la comunidad musulmana del C.P.
Las filtraciones a los medios afirmaron que "jamás dio signos de radicalización", pero el informe del CNI dice todo lo contrario
Es decir, todo lo contrario de lo que se filtró a medios como El Confidencial.
De hecho, cada vez que aparecían en prensa nuevos datos sobre la
radicalización de Es Satty en prisión, surgía de inmediato una nueva
filtración desmintiendo lo evidente. Por ejemplo, al difundirse que su estancia en la prisión de Castellón coincidió con la del yihadista Rachid Aglif, en ECD (elconfidencialdigital.com) se publicó lo siguiente:
"…estas noticias sobre Es Satty han provocado gran
indignación dentro de Instituciones Penitenciarias, y más concretamente
en la cárcel de Castellón, donde no dan crédito a lo leído: “Nada de lo
que se ha contado es verdad y existen informes que confirman lo
contrario”.
"Los funcionarios y técnicos de prisiones
consultados por este diario explican que el imán de Ripoll estuvo
ingresado en el módulo 3 de la cárcel y en ningún momento tuvo “siquiera
opción” de hacerse amigo de Aglif" [Rachid, uno de los autores del
11-M].
"Su comportamiento en prisión fue “normal” y jamás
dio signos de radicalización: “Ni dirigía los rezos ni tampoco se
dedicaba a reclutar futuros yihadistas”.
Pero la realidad era otra totalmente diferente,
según los informes reservados del CNI a los que este diario ha podido
tener acceso:
Integrista, desafiante y admirador de los talibanes... hasta que entendió que acabaría deportado a Marruecos
• Abdelbaki Es Satty mostró según los funcionarios el perfil de islamista radical por su comportamiento,
calificándolo estos como un interno distante y generador de conflictos,
desafiante ante requerimientos de los profesionales del Centro, con los
que mantenía escaso trato. Se relacionaba de forma casi exclusiva con
reclusos musulmanes.
• Manifestaba verbalmente cercanía a los postulados del extremismo islamista, ya que en alguna conversación indicó que los talibanes son los verdaderos musulmanes que cumplen con la palabra de Allah y con los principios del Corán, debiendo respetar el mundo todas las tradiciones árabes.
• En marzo de 2012, después de regresar de un
traslado a Ceuta para asistir a juicio, Es Satty cambió de actitud a un
perfil de actividad muy bajo, no destacando por ningún motivo
especial, manteniendo a partir de aquí una actitud completamente
distinta. Según se valoró en ese momento este cambio podría estar
motivado por el temor a ser expulsado a Marruecos.
Y este último párrafo es crucial.
Para empezar, según el propio informe reservado del
CNI, Es Satty muestra todos los indicios posibles de radicalización
islamista: comportamiento radical, ortodoxia religiosa, problemas con
los funcionarios de prisiones, apoyo explícito a los taIibanes, etc...
Es interesante que ni los testimonios aparecidos en prensa de
funcionarios de prisiones reconozcan cómo era Satty en verdad, ni lo
admita tampoco el CNI. Puede que nadie quiera relacionarse con el
intento de captación de un auténtico yihadista para trabajar como
confidente del Estado.
La Guardia Civil lo visitó por primera vez inmediatamente después de su juicio en Ceuta, que le hizo cambiar de actitud
Pero
lo más interesante para cualquier investigador es el cambio de actitud
que sus controladores notan en Es Satty en marzo de 2012, tras ser
trasladado a Ceuta para asistir a la vista oral y comprobar que sería
deportado a Marruecos tras cumplir la pena. Sin duda, sabía también que
sólo con su cambio de conducta no iba a evitar esa expulsión. Y la
primera visita que recibió por miembros de la Guardia Civil fue casi
inmediata: el 5 de abril de aquel mismo 2012.
¿Casualidad? Es altamente improbable. O en el traslado a Ceuta ya se le tanteó la posibilidad de trabajar para el Estado o a la vuelta de la vista,
viendo efectivamente que podía ser expulsado del país, la Guardia Civil
(que tiene buenas relaciones con el CNI) empieza enseguida a negociar
acuerdos de colaboración con Es Satty.
Público tiene fuentes de la inteligencia española, cuyo anonimato debe proteger,
que afirman que en la visita de agentes del CNI que recibió Es Satty en
2014 –muy poco antes de su puesta en libertad, en abril de ese año– se
cerró un acuerdo con él para que actuase como confidente del servicio
secreto al salir de la cárcel. A cambio, le garantizó que no sería
deportado tras cumplir condena, tal como ocurrió.
La Subdelegación del Gobierno en Castellón decidió
deportar a Es Satty al final de su pena, pero los abogados del yihadista
recurrieron y el magistrado del Juzgado de lo Contencioso Nº2 de esa
ciudad resolvió en 2005 que el delito por el que fue condenado no
suponía “una amenaza ni para el orden público ni para la seguridad
ciudadana” por haber sido cometido cinco años antes, sin que le
hubiera sido comunicado al juez que ya había sido condenado
anteriormente en Ceuta por tratar de introducir por la frontera a un
ciudadano extranjero con un pasaporte falso.
Un certificado de 6,5 años de alta en la Seguridad Social
Pero lo más curioso fue que sus abogados presentaron
al juez un certificado de vida laboral que acreditaba que llevaba de
alta en la Seguridad Social desde hacía más de seis años y medio, así
como un contrato de trabajo en vigor, lo que para el magistrado constituyó un “arraigo laboral” suficiente como para que pudiera permanecer en España como residente. Extraño privilegio para un reincidente.
¿De dónde sacó Es Satty los recursos y contactos
como para desplegar esa defensa letrada y demostrar al juez ese
currículum laboral? Y ¿por qué el juez se avino a considerarlo un
“residente de larga duración en España”, cuando la mayor parte de esa
residencia era en una celda, preso por narcotráfico?
No cabe duda de que recibió ayuda extraoficial para
evitar su expulsión –como además aseguran fuentes de la inteligencia
cuyas revelaciones a este medio siempre han resultado ser auténticas a
lo largo de esta dilatada investigación– a cambio de convertirse en
confidente de los servicios secretos. Más aún: dichas fuentes
sostienen que el CNI arregló las recomendaciones y avales que abrieron
las puertas a Es Satty para que fuera admitido como imán del oratorio de
Ripoll, utilizando para ello los servicios de otro informante
musulmán en Girona –que después del atentado se fue a Francia–, con el
fin de que desde ese puesto se infiltrase en redes yihadistas europeas.
Es Satty ya colaboró con las fuerzas de seguridad durante la Operación Chacal
Porque,
además, el imán de Ripoll ya había colaborado años antes con las
fuerzas de seguridad con motivo de la llamada Operación Chacal, que se
desarrolló durante 2005 y terminó con un desastre procesal (por unas
escuchas telefónicas sin suficiente motivación judicial). Esta causa
investigó los nexos existentes entre tres hechos diferentes: los
atentados en Casablanca en 2003, la ayuda a terroristas huidos de los
atentados del 11-M, y el ataque a una base de Carabinieri italianos en
Nasiriya (Irak). Es Satty ya era islamista entonces y por eso asistía
a las reuniones de captación y radicalización del yihadista Mohamed
Mrabet Fhasi en su piso y en su carnicería de Vilanova i la Geltrú (provincia de Barcelona).
En septiembre de 2005, la Policía Nacional pidió
permiso al entonces juez de la Audiencia Nacional Fernando
Grande-Marlaska para pinchar el teléfono de Es Satty como sospechoso de
ser “intermediario en el apoyo logístico” para el terrorismo. Varios
testigos del caso lo señalaban como estrecho colaborador de Mrabet, en
cuyo domicilio se hallarían después transferencias de dinero a nombre de
Es Satty y una fotocopia de su documentación.
Pinchazo telefónico anulado en sólo un mes
Extrañamente, al mes de iniciar la intervención
telefónica, la unidad policial instructora solicitó el cese de la
escucha y observación de este teléfono, argumentando que no tenía
ninguna actividad y que seguramente empleaba “otro número, sin que por
el momento se tenga conocimiento del mismo”. Pero ni se localizó este
otro ni se volvió a pinchar el primero, pese a que en la motivación de la petición de intervención telefónica de Es Satty se argumentaba su pertenencia al núcleo de confianza de Mrabet
y su participación en las reuniones de captación, así como su relación
telefónica con miembros de la organización terrorista Ansar al Islam,
otro grupo terrorista. Todo ello debería haber situado a Es Satty en el
centro de la investigación.
Un testigo del sumario incluso señaló que Es
Satty convivió con Bilal Belgacem, el muyahidín que cometió el atentado
suicida de 2003 en Nasiriya contra las tropas italianas desplegadas allí, asesinando a 19 soldados y 9 civiles iraquíes.
La Policía y los servicios de inteligencia tienen
múltiples medios y sistemas para identificar el número de teléfono de
una persona sobre la que se quieren intervenir las comunicaciones. Pero en
este caso, en el que se había descubierto a uno de los principales
miembros de una célula terrorista relacionada con lo ocurrido en
Casablanca, Madrid y Nasiriya, se decidió no intervenir ningún otro
canal de comunicación de esta persona. Francamente sospechoso, sobre
todo cuando años después se dio la versión de que eso se explicaba
porque la Policía pinchó por error un móvil que no era suyo.
Este extraño hecho está claramente relacionado con la declaración del “testigo protegido B-05”, del mismo sumario, quien describe el funcionamiento de las reuniones de captación e identifica a todos sus integrantes; es decir, a todos menos a uno: el propio Abdelbaki Es Satty.
Y son precisamente en esas mismas reuniones donde muchos otros testigos
del caso, que no tienen la consideración de “protegidos”, identifican a
Es Satty como participante.
La Guardia Civil descartó en un breve informe a Garzón que Es Satty tuviera relaciones islamistas
Sin
embargo, la Guardia Civil dirigió un informe en 2008 al juez Baltasar
Garzón, que llevaba la causa y lo había solicitado, en el que en sólo
cinco párrafos cortos sostenía que, pese a que "existe relación directa
con algunos de los integrantes de la célula desarticulada, no se ha
observado que existiera vinculación con la red de reclutamiento de
muyahidines". Sorprendentemente, y contradiciendo los testimonios de
tres imputados clave (Boudame, Bensaliman y Karakoc) que lo habían
identificado como integrante de la célula e incluso miembro de la cúpula de la organización yihadista.
Así que el juez le excluyó del auto de procesamiento
contra los 22 imputados por presuntamente captar yihadistas que
quisieran ir a inmolarse en Irak o Siria, e incluso ayudar a escapar a
algunos terroristas del 11-M. Pero más raro todavía fue que tampoco lo
citase como testigo… ¿O sí lo hizo?
¿Era Abdelbaki Es Satty el testigo protegido B-05?
Jamás fue oficialmente identificado –incluso declaró en el juicio
ocultando su rostro tras un biombo– pero es inexplicable, si no, el
hecho de que al ejecutarse la operación policial que conllevó la
detención de más de 20 personas investigadas, justamente Es Satty no
estuviese entre ellas.
Si no fue el misterioso "testigo protegido B-05", habría sido ilegal que no se le llamase a testificar en el juicio
Y no sólo eso, sino que ni siquiera consta que se le tomara declaración al menos como testigo de los hechos,
en el caso que no se hubieran hallado indicios de culpabilidad contra
él. Esto es absolutamente contrario al procedimiento policial y judicial
más elemental (incluso es una violación de la ley)… a no ser que en
realidad ya hubiera declarado, pero en secreto y como “testigo
protegido”.
En resumen, es perfectamente normal que una
persona que ha participado como testigo protegido en una importante
causa judicial, y que tuvo probados contactos tanto entre grupos afines
al yihadismo como como con bandas de narcotraficantes a gran escala, sea captada como informante por los servicios de inteligencia españoles, a cambio de no ser deportado e incluso (según dicen algunas fuentes) de ser remunerado con fondos reservados, algo que Público no ha podido verificar.
Así pues, ¿por qué se empeña el CNI en ocultar esa relación con Es Satty?
¿Es por miedo a que se destape alguna posible vinculación con los
atentados de Barcelona, como que se pudieran haber financiado
–involuntariamente– con fondos reservados, o que Satty jugó un doble
juego y engañó a los servicios secretos, o incluso que el CNI llegó a
tener indicios de la futura comisión del atentado y no fue capaz de
evitarlo?
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