La investidura no es negociable
No podemos estar especulando con la posibilidad de celebración de nuevas elecciones, ni siquiera con la de agotar el plazo de dos meses desde la primera votación de investidura
Unidas Podemos no se encuentra en el mejor momento para formar parte de un Consejo de Ministros. La mejor prueba es la convocatoria del referéndum. No alcanzo a entender cómo se les ha podido ocurrir esa idea
La dirección de Unidas
Podemos debería haber entendido desde la noche del 28A, pero, sobre
todo, desde la del 26M, que la investidura de Pedro Sánchez no podía ser
objeto de negociación. Tenía que haber dejado claro desde el primer
momento que Pedro Sánchez contaría en todo caso con los 42 escaños de
Unidas Podemos. Esta era la condición previa de cualquiera de las
negociaciones posibles para fijar una línea de dirección política del
país a lo largo de la legislatura, en la que una mayoría clara de la
sociedad española integrada no solamente por el conjunto de la
izquierda pudiera reconocerse.
Estamos donde estamos y
venimos de donde venimos. La sociedad española el 28A rechazó con
claridad la alternativa del 155, que era el punto de encuentro de las
tres derechas para el futuro inmediato. Una suerte de estado de
excepción autonómico permanente era el escenario que se contemplaba por
Casado, Rivera y Abascal en el caso de que hubieran podido formar
Gobierno tras el 28A. Nada nos permite pensar que no sigue siendo una
alternativa en la que sigan pensando, aunque tras la decisión del
Tribunal Constitucional, los márgenes para su aplicación son algo más
estrechos de los que ellos tenían en la cabeza. La integración de
Catalunya en el Estado sigue siendo el problema más importante con el
que tiene que enfrentarse la sociedad española.
Quiero decir con ello que la amenaza del 155 sigue
estando ahí y que no hay nada más importante en esta legislatura que
crear las condiciones para que esa amenaza no forme parte del escenario
de la política española. Hay que formar un gobierno con el que puedan
tejerse las complicidades suficientes como para que no se pueda volver a
pensar que de esa manera se puede dirigir democráticamente la sociedad
española, en la que conviven "nacionalidades y regiones" muy diversas.
Para
eso es imprescindible que se constituya un gobierno ya. No podemos
estar especulando con la posibilidad de celebración de nuevas
elecciones, ni siquiera con la de agotar el plazo de dos meses desde la
primera votación de investidura. Tal como está el patio, la investidura
tiene que hacerse en la primera votación. Esta debe ser la prioridad no
solamente para la izquierda española, pero, en todo caso, para ella.
Como
lo único que está claro tras el resultado electoral del 28A es que el
Gobierno tiene que estar presidido por Pedro Sánchez, no debería haberse
condicionado su investidura a una determinada composición del Gobierno.
La investidura debería haberse planteado como algo incondicional por
Unidas Podemos. Cuente usted con 165 escaños y búsquese los 11
restantes, que pueden ser más a tenor del resultado electoral del 28A.
Lo importante es que el Gobierno deje de estar en funciones y que se
constituya uno con base en dicho resultado electoral del 28A.
Una
vez despejada esta incógnita, que no debería siquiera haber sido
necesario despejarla, sería el momento para pactar tanto el programa de
gobierno para la legislatura, como la forma en que se incorporaría
Unidas Podemos a la dirección del Estado. El Gobierno socialista va a
necesitar a Unidas Podemos no solamente para la investidura, sino para
la dirección del país a lo largo de toda la legislatura y, si las cosas
se hacen bien, con la mente puesta en un horizonte temporal más amplio.
Unidas
Podemos se encuentra ante una oportunidad única para entrar en el
Gobierno que no puede dejar pasar. Si no se constituye gobierno y hay
que repetir elecciones, entonces sí que es posible que Unidas Podemos
tenga que despedirse para siempre de formar parte de un gobierno de
España. Si no permite la formación del Gobierno ahora, es probable que
no sea parte del Gobierno de España nunca. Los dirigentes de Unidas
Podemos son muy jóvenes. No es razonable que piensen que este es el
último tren que no pueden dejar pasar.
Diría más bien
lo contrario. Unidas Podemos no se encuentra en el mejor momento para
formar parte de un Consejo de Ministros. La mejor prueba es la
convocatoria del referéndum. No alcanzo a entender cómo se les ha podido
ocurrir esa idea. En mi opinión, se trata de una forma de
inhabilitarse para poder formar parte del Gobierno. Ningún presidente
del Gobierno puede aceptar que la formación del mismo esté condicionada
por el resultado de dicho referéndum.
Sé que
rectificar no es fácil. Pero, cuando se yerra, no hay más remedio que
hacerlo, porque la alternativa es peor. Si estuviera en la dirección de
Unidas Podemos, propondría la desconvocatoria del referéndum, el apoyo a
Pedro Sánchez en la sesión de investidura de julio y el estudio
conjuntamente de la forma de colaboración entre PSOE y Unidas Podemos a
lo largo de la legislatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario