"Entonces,
urgida por un impulso irresistible, sin haberlo pensado antes, gritó
para aquellos ciegos y para todos los ciegos del mundo, Resurgirá,
repárese que no dijo Resucitará, el caso no era para tanto, aunque el
diccionario esté ahí para afirmar, prometer o insinuar que se trata de
perfectos y exactos sinónimos. Los ciegos se asustaron y se metieron en
sus casas, no entendían por qué fue dicha tal palabra, además no estaban
preparados para una revelación así, se veía que no frecuentaban la
plaza de las revelaciones mágicas, a cuya relación para quedar completa,
solo faltaba añadir la cabeza de la mantis y el suicidio del alacrán.
El médico preguntó, Por qué has dicho resurgirá, para quién hablas, Para
unos ciegos que aparecieron en los balcones, me asusté y debo haberlos
asustado. Y por qué esa palabra, No lo sé, apareció en mi cabeza y la
dije, Sólo te faltaba ir a predicar a la plaza por la que pasamos, Sí,
un sermón, sobre el diente de conejo y el pico de gallina, ven a
ayudarme ahora, por aquí, eso es, cógele los pies, yo la levanto por
este lado, cuidado, no te vayas a acaer dentro de la fosa, eso es, así,
bájala lentamente,más, más, he hecho la fosa un poco honda por las
gallinas, cuando se ponen a escarbar nunca se sabe adonde pueden llegar,
ya está...Resurgirá, preguntó la chica de las gafas oscuras, Ella no,
respondió la mujer del médico, más necesidad tendrían los que están
vivos de resurgir de sí mismos, respondió el médico..."
José Saramago, Ensayo sobre la ceguera
Quien
tenga ojos que lea y quien tenga conciencia, o sea, algo más que
circunvoluciones cerebrales, neuronas, neocortex y neurotransmisores,
que entienda, asuma y Resurja. Hay cegueras que matan. Sobre todo cuando se empeñan en gobernar sin pasar primero por el oculista del cada vez más urgente e imprescindible gnozi seautón
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