miércoles, 24 de julio de 2019

Por si alguien duda de la calidad humana, médica e intelectual de los doctores homeópatas, aquí dejo este testimonio original de uno de ellos: el maestro de vida y doctor en poesía medicinal, José Ignacio Torres y cómo no, hablando de homeopatía, esta vez, a la cervantina. Mil gracias, querido amigo, de todo corazón y con toda el alma.



En un lugar de la Mancha… Hablando de homeopatía


La nueva frontera de la humanidad, a finales del siglo XX no es tanto el desarrollo científico o tecnológico como la comprensión de los sistemas sociales complejos.
Jay Forrester. 1986
Han pasado pocos días, pero sigue siendo un placer rememorar esa mañana de desayuno con zumo de naranja y bizcocho en la plaza de aquel lugar de la Mancha.
Acuden a mí los olores de aligustre, los cielos límpidos y rasos, los pocos niños jugando y los ancianos buscando la sombra en un banco.
Pasear por Villanueva de los Infantes una mañana de lunes viviendo las actividades del pueblo mientras contemplo admirado los palacios de siglos atrás que aún se conservan en su mayoría como residencias particulares es un echar la vista atrás en busca de Quijote y Sancho.
Precisamente los últimos días de junio y primeros de julio he tenido la fortuna junto con mi amigo Gonzalo de compartir con gentes diversas, distintos saberes, tiempos, conocimientos y afectos que han llegado como soplos de aire fresco inesperados en el II Congreso Internacional Sistémico sobre los valores del Quijote.
Economistas, sociólogos, periodistas, lingüistas, filólogos, empresarios, biólogos de nuestro país y de otros lugares como Rusia, Estados Unidos, Italia o Marruecos han debatido sobre la Gobernanza mundial y gobierno de Sancho Panza.
Y en este interesante marco, en un ambiente de camaradería y de humildad con personas llenas de sabiduría, dos homeópatas hemos tenido la oportunidad de compartir inquietudes y propuestas sobre la medicina y la homeopatía en la actualidad.
Pueden servir de ejemplo, algunos de los temas que se trataron que utilizaré como hilo conductor para este artículo, de modo que desde una perspectiva sistémica quede todo enlazado en nuestra propuesta homeopática.

La confusión entre lo real (Sancho) y lo irreal (Don Quijote) en la segunda digitalización.

Adolfo Plasencia en su interesante exposición planteaba que la distancia entre lo real y lo irreal es cada vez menos nítida, y que existe el peligro de perder la perspectiva de lo que sucede aquí y ahora.
Mientras escuchaba sus palabras y los vídeos en el que una cantante virtual era un auténtico fenómeno de masas entre los adolescentes japoneses pensé que también sucede de alguna manera en el ámbito de la medicina en el que la técnica y el espectáculo están sustituyendo a lo que realmente importa; la relación entre sanitario y paciente.
La medicina en el siglo XXI es algo diferente de lo que la percepción de la sociedad y los medios de comunicación tienen.  Distinta de lo que las redes nos hacen pensar. Diferente incluso a lo que los políticos y las autoridades sanitarias nos quieren vender. Y es así, porque a pesar de los indudables avances tecnológicos y terapéuticos la realidad es que el médico sigue trabajando en condiciones de gran incertidumbre, y la percepción de que toda queja lleva a un diagnóstico y a un tratamiento científicamente contrastado es una falacia que entre todos hemos contribuido a crear.
Como bien dice Abel Novoa, “La medicina es una práctica que utiliza hechos (datos de los experimentos científicos o tecnologías) y valores (de pacientes y profesionales) y por eso nunca podrá estar totalmente definida por “lo científico”.
Es por ello, necesario en la era de la segunda digitalización una vuelta a la realidad de las cosas, un tener los pies en el suelo en nuestro presente (como durante gran parte de la novela nos enseña Sancho), sin perder la soñadora visión de futuro (de Don Quijote) de una práctica clínica mejor. Una medicina en la que se conjuguen el conocimiento científico-técnico avanzado, con la comunicación y humanización de la asistencia.

El gobierno de la empresa según Sancho Panza.

Hay varios modelos de empresa, pero en el centro de cada actividad humana están las personas.
María Escat propuso una empresa centrada en las personas, como estrategia idónea para la consecución de objetivos de productividad, efectividad y satisfacción de los trabajadores. Y es que este último objetivo conduce a los anteriores.

Estaríamos de acuerdo en que hay varios perfiles de médicos, desde su principal ocupación en el quirófano, el laboratorio o la clínica, pasando por su formación y maestría hasta sus diferentes valores. Y todo ello influye en el modo de relación con los pacientes.
Mientras María exponía su tesis me vino a la mente la idea de que hace varias décadas que se ha demostrado que una medicina centrada en el paciente mejora los resultados y la satisfacción de médicos y pacientes.
Mucho tiempo atrás William Osler precursor de la medicina moderna decía que el buen médico trata la enfermedad, mientras que el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad y en ello muy probablemente estaríamos de acuerdo muchos médicos de familia y también los homeópatas.

Un modelo sistémico para la transformación de las organizaciones mediante la Gobernanza, la gestión de riesgos y el cumplimiento.

Cuando Inmaculada Puebla y Rafael Rodríguez comenzaron a hablar en su interesante mesa redonda, ya el título me hizo pensar en modelos asistenciales, en las dificultades de gestión y de cumplimiento por parte de los agentes sanitarios implicados.
Pero más allá de todo ello, mi mente clínica me llevó a la consulta y al método homeopático, ya que desde la perspectiva de la complejidad del ser humano el método reflexivo que propone la homeopatía permite el entendimiento de los diferentes contextos de un sistema complejo
En los sistemas complejos adaptativos se producen interacciones entre los organismos y su entorno siendo los determinantes la genética, la interacción con el entorno, y la resiliencia como capacidad de adaptarse a los cambios del ambiente favoreciendo la toma de decisiones.
El ser humano es sin duda un sistema complejo. Por ello, como bien dice Antonio Damasio es habitual el fracaso de los médicos y de la medicina cuando se dirige al síntoma. Es necesaria una aproximación holística que considere todos los factores causales y su respuesta adaptativa para valorar la enfermedad y su tratamiento.
Es fácil entender el método homeopático en un modelo en red sistémico en el que cada ser vivo es importante y único. Modelo en el que hay que reconocer esta individualidad vital, poner la atención en su desarrollo personal, respetar los espacios y tiempos de crecimiento y crear un puente sanitario educativo.
En este modelo el terapeuta actuará como acompañante, con respeto, reconocimiento, cooperación y trabajo en equipo, sumando ideas, entusiasmo, asombro y creatividad. Ayudando en definitiva al paciente a valorarse y valorar a los demás.
En el modelo triangular de los sistemas complejos adaptativos el pasado estaría representado por el determinismo genético, el presente probabilístico como un sistema de defensa y ataque en el que se lleva a cabo la interacción y adaptación al entorno a través del metabolismo y la resiliencia y el futuro siempre marcado por la incertidumbre en el que la gobernanza desde la inteligencia, concienciación y aprendizaje busca conseguir los objetivos del sistema.
Sin duda uno de los principales objetivos de un sistema como el ser humano es conservar la salud. Por ello, todo lo que se dirija a favorecer la resiliencia a través de métodos de terapia que busquen el equilibrio parece al menos una aproximación lógica, individual y segura. Y en ello, la homeopatía, suma.

La macrobiótica como sistema universal de alimentación y su potencial impacto en una estructura mundial axiológica.

Con este complejo título desarrolló sus ideas Vivian Idreos, considerando que la teoría de sistemas también puede ayudar a la convergencia cada vez más necesaria de la filosofía occidental y oriental en busca de un mundo más solidario y responsable con la humanidad.
En el campo de la salud, esta complementariedad hará posible una mayor creatividad, tolerancia y fusión de diversos campos del saber médico en beneficio de la salud de los individuos y la sociedad desde una perspectiva de responsabilidad y autocontrol de los individuos sobre su propia salud, una mayor seguridad de los recursos terapéuticos, de respeto al medio ambiente y de búsqueda de un equilibrio de las personas y las comunidades.

Del Bálsamo de Fierabrás a la actual polémica medicina oficial-medicina homeopática. ¿Es posible una posición integradora?

Franciso Parra introdujo el debate sobre la posición de la homeopatía en la actualidad desde la perspectiva de una posición integradora.
En este sentido, Gonzalo Fernández Quiroga propuso como tema la curación homeopática como sistema integral de vida: su origen, concepción sistémico-cibernética y críticas actuales mientras yo lo hice desde la visión de un clínico que incorpora los medicamentos homeopáticos (con el soporte de las bases científicas de la homeopatía) en la práctica habitual con la presentación bases sistémico-científicas y problemas de presentación académica de la homeopatía.
En mi presentación quise enfatizar que disponemos de información científica suficiente de la eficacia, efectividad y seguridad de los medicamentos homeopáticos para integrar su empleo en la práctica médica actual como una herramienta más que aporta valor añadido y no representa pérdida de oportunidad.
Allí estuvimos los dos, confiando en aquellas palabras de Cervantes de que el crédito debe darse a las obras no a las palabras, presentando datos contrastables.
Después de nuestras presentaciones tuvo lugar un rico debate, en un clima de respeto y cordialidad no exento de escepticismo crítico que continuó en el comedor haciendo más fuertes los lazos entre personas de distinta formación académica e ideas mientras compartíamos una sencilla comida.

Conocer al hombre y sus necesidades para poder actuar como sanador

Pareciera que la medicina actual se centrara en lo biológico olvidando lo biográfico y el desarrollo personal de cada vida. La complejidad del ser humano expresado en el modelo triangular de pasado, presente y futuro se llena de sentido en sus necesidades, pero también en sus valores.
Desde una perspectiva filosófica y sociológica Francisco Parra en su exposición ¿Qué es gobernar?: la aplicación de un silogismo propuso una actualización de la pirámide de Maslow considerando que los valores universales del hombre son la salud, la riqueza, la seguridad, el conocimiento, la libertad, la justicia distributiva, la conservación de la naturaleza, la calidad de las actividades que lleva a cabo y el prestigio moral.
Olvidar estos valores universales y los valores personales de cada paciente es una de las frecuentes causas del fracaso de los tratamientos. Piensa el médico en la salud, considerando que es el único valor en juego. En su concepción de salud, que no tiene porqué ser la misma que la del paciente, y muy posiblemente sea incluso diferente en función de la especialidad que ejerce y sus propios valores.
Simplemente escuchando en la consulta nos encontramos con biografías en las que la resiliencia está comprometida por la autoestima o las dificultades de afrontamiento a diversas situaciones vitales estresantes propias de nuestra sociedad occidental. Estas dificultades, a veces inherentes al aprendizaje o la genética y en muchas otras ocasiones por las interacciones con el medio ambiente tan frecuentemente hostil que genera respuestas tan personales son más fáciles de comprender desde la perspectiva de un método de terapia holístico como es la homeopatía.

Don Quijote y Sancho en el sistema

José Manuel Martín Morán, un español en Italia y presidente de la Asociación de Cervantistas planteó una interesante visión de los dos personajes en el sistema y Carolyn Nadeu vicepresidenta de la Cervantes Society of America una no menos brillante exposición sobre las lecciones de Sancho Panza sobre el privilegio nutritivo, la estabilidad alimentaria y el movimiento slow-food.
Ambos, junto con la visión de la farmacéutica Paloma Ruiz Vega de Sancho Panza y el bálsamo de Fierabrás, de pócima milagrosa a fármaco industrial, me llevan a reflexionar sobre la capacidad para sanar como parte de la leyenda que Don Quijote transmite a su escudero cuando le informa sobre el bálsamo.
Pero también a pensar que podemos interpretarlo en el contexto de la necesidad de los personajes de deshacer los entuertos que en el mundo hubiere desde la perspectiva del servicio a los demás. Y en ese sentido en cada intervención en sus aventuras la misión de los personajes es balsámica para los que sufren las injusticias.
El propio Miguel de Cervantes tuvo que luchar contra la injusticia en muchos frentes en su vida. Dificultades como la escasez de recursos y la envidia de los escritores contemporáneos que intentaron poner todas las trabas y dificultades posibles para la difusión de sus obras son algunas de las que se tiene conocimiento.
De ello dieron fe en sus presentaciones muchos de los cervantistas que allí estuvieron como Felipe Moreno, Manuel Fernández Nieto y también en el transcurso de la interesante hipótesis de Antonio Sánchez Portero con su Cervantes y Avellaneda, autores de la trilogía.
Quizás sea por ello, que a través de la lectura de la obra quedan reflejados vicios tan actuales como el egoísmo, la corrupción, la hipocresía y la necedad; pero también virtudes como la autenticidad, la sabiduría, el desprendimiento y la honradez.
Virtudes que marcan el devenir de los personajes. Y es que como decía José Manuel Martín, a lo largo de la novela Sancho se va haciendo más Quijote, y Don Quijote más Sancho.
Quisiera pensar que ambos personajes en los que Cervantes pretende reflejar la búsqueda de la verdad y la justicia en un mundo complejo entenderían nuestros esfuerzos, ilusión y pasión por defender una terapia tan cervantina como la homeopatía.

En busca de personajes. De Sancho a Don Quijote. De Lope a Quevedo. De Avellaneda a Cervantes.

Después de tantos paseos cervantinos, visitas y frugales comidas y bebidas en buena compañía no queda más que recordar lo vivido en Villanueva de los Infantes y Fuenllana.
Rememorar su arquitectura, sus paisajes y su paisanaje. Personas que dejan huella. Desde el concejal de cultura a la alcaldesa de ese hermoso pueblo, pasando por el alcalde de Fuenllana y todas las personas que allí nos acompañaron y atendieron.
Y con ello esperar repetir en un futuro. Porque quedan los nombres, las caras, las sonrisas y las voces de todos aquellos que pasaron a nuestro lado en este singular congreso.
Si Cervantes quiso inventar un género como la novela para hacer algo único que uniera relato, filosofía y poesía en uno con una clara intención moral, al buscar paralelismo homeopático no puedo dejar de pensar que el objetivo del médico homeópata es la busca del mejor tratamiento: un tratamiento personalizado.
Porque en la individualización está una de las virtudes de la homeopatía, ya que el médico homeópata persigue sintonizar la música de cada paciente e intenta ver lo que los demás médicos deciden no ver por temor, conformismo o pereza. Ver el mundo de forma nueva cada día.
En ello estamos amigos. Y para poder ver el mundo de forma nueva cada día no hay mejor tónico que la voluntad de aprender y compartir con la mente abierta permanentemente.
No puedo terminar sin agradecer de corazón a mi amigo Gualberto Díaz que como siempre fue de gran ayuda con sus conocimientos y documentación sobre investigación en homeopatía (mis diapositivas fueron deudoras de su trabajo), a todos los ponentes por sus enseñanzas e ideas que han favorecido este artículo y muy especialmente a Francisco Parra Luna y Vivian Idreos Ellul por su amable invitación a este congreso que quedará para siempre en nuestros corazones.
Gracias a todos ellos por ser sabios, humildes y generosos.
Y por el regalo de antiguas y nuevas amistades.

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