Público
“Creo
que es difícil explicar que lo que los socialistas han hecho en diez
capitales de provincia, diez diputaciones y en siete autonomías, que es
gobernar con Podemos, con sus confluencias y con partidos nacionalistas,
no lo haga en el gobierno de la nación. No entiendo qué dificultad
tiene ahora Pedro Sánchez en pactar con Podemos».
Como sin duda el lector conoce, el autor del entrecomillado del párrafo anterior es el mismísimo Pablo CasadoBlanco,
líder del Partido Popular, cuyo comedimiento durante los últimos días
confieso que me tiene bastante intrigado. No sólo empuja sin disimulo a
un gobierno de coalición de los socialistas con Podemos, sino que lo
hace sin proferir insulto alguno ni adornarse con invectivas sobre
Venezuela, Irán, ETA y demás muletillas a las que tan habituados nos ha
tenido durante tanto tiempo. ¿Qué estará tramando?
En Ciudadanos, tras la resaca del pollo de Arrimadas en el Orgullo y la gastroenteritis de Alberto Carlos,
la semana se les ha ido sin apenas entrar en harina en lo que concierne
al sinvivir de Sánchez. Esos dos asuntos les han venido de perlas para
dejar pasar los días a ver por dónde van los vientos.
Tras las calabazas de la derecha a su petición de abstenerse en la
investidura, al presidente en funciones se le agotan los cartuchos para
evitar lo que le provoca auténtico pánico: verse obligado a conformar un
gobierno de coalición. En Podemos han decidido conocer la opinión de
las bases, y si estas respaldan la opción, acabará produciéndose un
curioso fenómeno. Todos, hasta Pablo Casado, de acuerdo en que se deje
de milongas y tire para delante de una vez. Todos menos Sánchez, que se
resiste como gato panza arriba a remangarse antes de que le pille el
toro y alumbrar por fin el primer gobierno bicolor de la nación tras el
periodo histórico nacido en 1978. Me desconcierta también el momento elegido por Teresa Rodríguez y Ramón Espinar
para exponer al aire libre sus discrepancias con la manera de plantear
la consulta a las bases de Podemos. Es verdad, probablemente hubiera que
haber hablado de negarse a negociar para entrar en un gobierno con el
PSOE, pero en ese caso, ¿por qué no propusieron consultar tal opción a
las bases hace un par de meses, antes de que se iniciaran los contactos
entre Iglesias y Sánchez?
¿Es el empleo de twitter la mejor manera de ayudar a que
este país tenga alguna vez un gobierno que no sea monocolor del PP o
del PSOE? “Insulto a la inteligencia”, escribe Rodríguez; “no tiene un
pase”, remata Espinar. Y yo me pregunto ¿Es que no hay manera de lavar
los trapos sucios en casa? ¿No resulta que se nació para cambiar las
cosas, para modificar los usos y costumbres de los políticos de este
país y preocuparse por mejorar la vida de la gente?
Más vueltas le doy, menos le veo la parte positiva a los barrenos de
Rodríguez y Espinar ¿Por qué no dejan que los pollos los monten
Arrimadas y compañía y ahora que hay una oportunidad histórica, arriman
el hombro para, en la medida de lo posible, evitar que acaben gobernando
los de siempre una vez más?
Miedo me da como finalmente sea imposible el acuerdo y vuelvan a
convocarse elecciones. La derecha con los cuchillos preparados y la
izquierda con las facas ya llenas de sangre.
J.T.
Un artículo bien intencionado que sería muy sensato si la realidad no
fuese la que es. No, Tortosa, Teresa Rodríguez no es Arrimadas, ni
Espinar es Rivera. Y los trapos sucios que no ne se pueden lavar en casa
porque la lavadora nunca ha funcionado nada más que para centrifugar,
hay que lavarlos donde se pueda, porque lo peor para todos, no solo para
Podemos, es que se escondan y se guarden con toda normalidad en el
armario de la ropa limpia. Los trapos no se han dejado lavar y han
pringado todo el entorno, y llegados a ese estado, el silencio sería
fatal para toda España. Rodríguez y Espinar no son descerebrados sino
padecedores de lo que Iglesias representa y hace. Adelante Andalucía
perdió votos por un tubo, porque no se le permitió ir a las urnas sin el
lastre de Podemos. En Valencia ya no están en el Ayuntamiento, en
Castlla La Mancha han dimtido en blopque, en Galicia las Mareas se han
emancipado, en Catalunya se han destrozado, en Aragón, idem, y así,
podríamos llenar un post entero. No son trapos íntimos de
rifirrafes,piques y rivalidades, es que no hay nada debajo de la
hojarasca reseca, solo una hegemonía sin sentido en un partido ilusorio
de espaldas a la realidad, a su puñetera bola. Quien coloca a la misma
altura a Arrimadas que a Teresa Rodríguez es que no sabe quién es cada
una de ellas. Teresa tiene ética y su conciencia no puede permitir el
silencio de los corderos en un momento crucial para el estado. Claro,
que le iría mejor callándose, a la manera española, y dejando que las
cosas se aclaren solas dentro de diez años, cuando nada tenga remedio y
España esté peor que Grecia al paso que va. Ella seguiría en su partido
viviendo del escaño y ya está. Pero, por fortuna, ella es decente y no
puede ni debe callar y ser cómplice de un atropello indecente, como lo es esa
mascarada insultante de sacar a referéndum chantajista hasta los bocatas
de nocilla si es preciso, para arrimar el ascua a la sardina
demagógico-caudillil.
Teresa sabe muy bien lo que sería un gobierno de
coalición en semejantes tesituras y que lo pagaríamos todos los
españoles. Si Juan Tortosa cree de verdad en lo que ha escrito es que no
conoce lo que se cuece en Podemos ni el desastre que podría causar algo
así en un gobierno. Cuando Sánchez se niega a que Iglesias, no otro del
mismo partido, co-gobierne, no lo hace por animadversión ni
cabezonería, es que está, ciertamente, viendo lo que hay y no se atreve a
contarlo por no ofender ni montar un pollo de dimensiones descomunales y rollos malísimos. Y espera que sea Iglesias quien se retire prudentemente y
sea sustituido por alguien capacitado para una tarea que requiere sobre
todo madurez, sensatez, escucha en limpio, humildad y una actitud tan
responsable y generosa como altura moral y política. En este caso es
pedir peras al olmo. Sánchez debería ser transparente y contar a la
ciudadanía lo que está pasando y los verdaderos por qués de su actitud.
Entonces se vería que Teresa Rodríguez no es una destarifada sino una
mujer responsable que no está dispuesta a seguir callada ante un juego
suicida para la estabilidad y la gobernanza democrática, no para un partido sino para los seres humanos cuya estabilidad, derechos, dignidad y libertades sin trampas, dependen de que gobiernen personas con capacidad para el servicio mucho más que para buscar tres pies al gato de los triunfos camelantes por goleada. En este caso,
el pretendido remedio de una coalición tan precaria como débil, desigual
y disparatada debido a la actitud imposible de Iglesias, a sus ínfulas y
desajustes imprevisibles, sería mucho peor que unas nuevas elecciones,
con todo lo desesperante que pueda resultar volver a las urnas por el aparente capricho de dos niñatos, que seguramente solo es de uno. Creo que algo grave que desconocemos, y no solo una falta de voluntad para negociar, debe estar pasando. Y creo que tenemos todo el derecho a que se nos explique lo que pasa por parte del Presidente en funciones.
Quizás la solución sea
hacer dimitir a Iglesias en su propio referendum y que Sánchez pacte con
otros representantes más equilibrados y dignos de confianza, que no
hagan de su mesianismo destarifado un dogma axial para Podemos, que por
lo que se ve es Iglesias, como si fuese Luis XIV o una divinidad viviente, cual
imperator romano. Si Anticapitalistas, IU, Equo, Mareas y Podem, se
empeñan en liberarse del marrón, seguramente habrá diálogo y cooperación
mucho más centrada en el suelo de la realidad que en el asalto a los
cielos de un alucinado en la parra de su ego, que ha hecho de su desorientación una melopeica filosofía a la medida de su obsesión, se ha perdido por el camino, no sabe por donde anda
y puede hacer papilla toda posibilidad de gobierno tanto si se le permite meter baza como si no se le deja
gobernar a él sin haber ganado elecciones e incluso habiendo perdido
casi la mitad de escaños, gracias a su habilidad seductora en el
wonderland de la ilusión, como si fuese la Abeja Maya o Pipi
Calzaslargas en el reino de Galapagar, su domus aurea, con Galba y las legiones a las puertas de la Urbe y él con la lira cantando las glorias de su imperio imaginario hecho cenizas gracias a sus ocurrencias, como pegarle fuego para reconstruirla a su divino gusto y hacerla más bonita, y echando la culpa del incendio a los demás...en fin la historia que no se corrige se repite. Es lo que tiene.
Podemos debe liberarse del imperator, antes de que éste deje para el arrastre del todo al pobre Podemos que tiene la negra, como España. Y quede totalmente irrecuperable como proyecto político. Cuando todo arde, de nada sirve negar el incendio, hay que extinguirlo antes de que no quede nada. No criticar a los quieren apagarlo. Y por lo menos salvar los muebles de la decencia coherente, de la democracia interna, de los principios éticos ya descaradamente en estado gaseoso y de la cordura más elemental.
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