martes, 16 de julio de 2019

En este plan es imposible que se haga realidad el proyecto de una sociedad participativa y decisiva a la hora de la gestión del bien común. Critican al Psoe y pretenden los mismos objetivos: la maldita lucha ppor el ppoder y a años luz del SERVIR A TODA LA SOCIEDAD que les ha votado para ello y no para ellos. De otro modo no se entiende que estos anticapitalistas estén aun en Podemos y traguen quina con Iglesias y su imperio hacia "YO" tomando decisiones alucinógenas en plan Numancia-Gala-pagar y que ha liquidado y deglutido en sus dominios bulímicos el Anticapitalismo, IU y Equo. En fin, parece que el 'Ensayo sobre la ceguera' ,de Saramago, ha hecho el agosto entre nuestros últimos recursos decentes y el 'Ensayo sobre la lucidez' no les ha llegado a tiempo. Será culpa de amazón o de glovo, porque de ellos, no xd...Ains!


Sobre la investidura y los retos de la izquierda ecosocialista

Estamos convencidos de que es un error que la izquierda trate de cogobernar bajo las órdenes de un PSOE que se niega a pactar un programa transformador

El PSOE de Pedro Sanchez tiene una concepción patrimonialista del poder muy poco democrática y prefiere gobernar con la derecha a mirar hacia la izquierda



Sánchez se reúne con Iglesias para explorar posibilidades de entendimiento
Iglesias y Sánchez en la reunión que tuvieron en marzo de 2016. EFE
En el marco de los distintos procesos de investidura, el retorno a la política de bloques y del eje izquierda-derecha está siendo el elemento central de los rescoldos del ciclo electoral de los últimos meses. Unos bloques que, inevitables en su conformación en la política electoral y en la áspera aritmética parlamentaria, constituyen una auténtica bicoca para los partidos (de la izquierda y de la derecha) defensores del régimen del 78, bien en su forma más reaccionaria bien en su forma restauracionista y regeneradora. Y es que la forma en la que se desarrolla la dinámica política en el Estado español es totalmente ajena ya al ciclo impugnador y de horizonte constituyente que se abrió con el 15M. Retornó a los bloques clásicos del turnismo, a la primacía de los aparatos de partidos con lógicas e intereses propios, a la búsqueda de los consensos necesarios en el limitado y amputado horizonte que ofrece la actual Constitución. Del bipartidismo imperfecto al pluripartidismo para que nada cambie sustancialmente en el estrecho marco de la ortodoxia neoliberal dictada por la UE. La novedad, en todo caso, son las grietas,  dentro de esos bloques para dirimir la hegemonía dentro de los mismos. Política inter-bloques y política-intra.
Pero más allá de esto, a lo que asistimos estas semanas es al entierro definitivo de una perspectiva estratégico-constituyente por parte del "bloque del cambio". De existir esa opción, el debate sobre la propia investidura se habría planteado en otros términos, y no como una lucha de poder en el seno de la izquierda del Estado. Se pondría encima de la mesa, por ejemplo, la necesidad de vincular el programa a las respuestas también fuera del ámbito estrictamente parlamentario, retomar las movilizaciones como método para garantizar que las reivindicaciones populares se traduzcan en mejoras sociales, mientras se traza y organiza un rumbo diferente al neoliberal-progresista de un PSOE que no va a cuestionar en ningún momento los consensos sistémicos fundamentales. Pero esa opción no está encima de la mesa. Parece que Unidas Podemos está dispuesto a renunciar (¡todavía más!) a esa posibilidad estratégico-programática con tal de entrar a formar parte del núcleo ejecutivo del Estado y convertir así en realidad el objetivo último de su núcleo dirigente: formar parte del mismo Estado. O, sencillamente, también se trataría de reafirmar pedagógicamente la voluntad de constituirse en partido autónomo, manteniendo el compromiso con el programa y no subalternizado al PSOE. Es decir, sostener una lógica tanto de impugnación general como de garantía de dique frente a las derechas y frente a las políticas neoliberales y recentralizadoras, vengan de donde vengan.




Pero esta opción no ha sido ni contemplada por una dirección que ya solo contempla las conquistas y las reformas sociales desde el Gobierno, obviando o minusvalorando las concesiones de programa y de proyecto que supone el compromiso de gobierno con una fuerza como el PSOE. En este sentido, incluso parece extraño que no se haya podido incorporar al debate real (ni siquiera en la propuesta de referéndum interno planteado por la dirección de Podemos) una opción como la de un "gobierno a la portuguesa" en la que al tiempo que se acuerda un programa mínimo de gobierno las opciones políticas a la izquierda del PS mantienen su independencia y autonomía parlamentaria. En la práctica, la política de "o gobierno de coalición o muerte" no solo ha reducido las posibilidades existentes sino que ha obviado el balance de las experiencias que esta fórmula ha deparado en diferentes contextos, incluyendo el resultado de Podemos en Castilla La Mancha, por poner solo un último ejemplo.
Pero asistimos también estas semanas a una batalla real en ese duelo por el relato y más allá entre PSOE y Podemos. Una batalla táctica que se ha vuelto compleja. Con la mirada puesta sólo en formar parte del gobierno, la disputa se ha configurado como una "negociación" de desgaste entre un PSOE que trata de mantener su monopolio como la izquierda del Estado y un Podemos que no renuncia a entrar en este juego. He aquí una paradoja: el PSOE utiliza los mismos argumentos que usó la dirección de Podemos para cargarse la pluralidad en el bloque del cambio: necesidad de cohesión, monolitismo, negativa a repartir el poder. En su momento ya consideramos gravísima esta actitud de la dirección de Podemos y, por lo tanto, deberíamos considerar con la misma gravedad la forma en la que está actuando el PSOE en este caso. Una actuación que muestra tanto su obsesión monopolizadora del poder como un desfase entre su situación parlamentaria real y sus deseos. De hecho, aunque consideremos que la posición de Podemos es reflejo de su bancarrota estratégica, no debemos dejar de denunciar el giro macronista-bonapartista que se esconde tras la actitud arrogante de Pedro Sánchez y el PSOE. Un giro previsible hacia el centro, tratando de gobernar con manos libres a izquierda y derecha y aderezado con ocurrencias tan peligrosas como tratar de reformar la constitución (el famoso articulo 99). Una medida esta que, por ejemplo, anularía la capacidad de las fuerzas independentistas de hacer valer su fuerza en las negociaciones de investidura. 
Por tanto (y de forma un poco provocadora): Aunque no estemos de acuerdo con la orientación de Podemos en esta investidura, debemos ser capaces de defender el derecho a Podemos a formar parte de un gobierno. Su exclusión solo responde a una voluntad de sometimiento por parte del PSOE y a su deseo de gobernar desde un centro que las derechas han dejado vacío. Las apelaciones a los perfiles técnicos e independientes no son sino un salvoconducto con cierto tufo tecnocrático y macronista, tan del gusto últimamente del superviviente Sánchez.
Creemos que es necesario seguir defendiendo posiciones y estrategias políticas alternativas. Abrir otros caminos, explorar otras fórmulas de construcción organizativa y de estrategia política. Lamentablemente, estas posiciones han sido minorizadas y excluidas facilitando la hegemonía de las propuestas gobernistas y restauradoras. Estas últimas opciones han servido también, en la práctica, para reducir de forma notable las expectativas y los anhelos transformadores de amplios sectores sociales del pueblo de izquierdas. En el mientras tanto de la plasmación real a escala estatal de estas ideas gobernistas, ¿qué perspectivas puede ofrecer una izquierda que no se conforma con la subalternidad de proyecto y programática respecto al PSOE? En nuestra opinión, habría que preparar una estrategia de recomposición de un polo transformador basándose en la realidad: La mayoría de la gente de izquierdas, quiere un gobierno progresista frente a la derecha liderado por el PSOE pero participado por otras fuerzas. Es parte constitutiva de este final de ciclo y epílogo de un proceso transformista (que todavía está por ver si es orgánico o coyuntural), tanto de los partidos como de la base social que sostuvo el ciclo-pos-15M. En realidad, este movimiento de desplazamiento de las posibilidades de cambio entraña una posición paradójica y, a la postre, suicida: A medida que se aleja el horizonte de transformación radical de la sociedad, también se aleja la posibilidad de mejoras concretas. Pero así está la situación y es mejor no contarse cuentos. Toca  prepararse para la acción política, la rearticulación con y desde los movimientos y no lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue. En ese sentido, si el gobierno progresista se hace realidad, habrá que reconstruir el proyecto transformador en tensión con él, a partir de las luchas y de las demandas que este gobierno no va a ser capaz de hacer efectivas: la crisis territorial, las reforma laborales, la ley mordaza, el cambio climático, la inversión publica (que requiere de acabar con las leyes que imponen el techo de gasto), la necesidad de una reforma fiscal, vivienda, etc. Temas que han sido y siguen siendo clave, pero que ni el PSOE (por su naturaleza) ni Unidas Podemos (por su oportunismo de entrar en el gobierno a cualquier precio y el nivel de compromiso con el que anuncia que se mantendrá) están dispuestos a abordar en serio, tal y como está demostrando una negociación de investidura donde el programa es el elemento ausente de la misma.
La paradoja de la coyuntura es que Unidas Podemos está dando una batalla durísima en lo táctico contra el PSOE para conformar un gobierno de coalición, y que si la gana, va a ser a costa de renuncias estratégicas y programáticas. Lo fundamental no debería pasar desapercibido: El PSOE va a ser siempre un freno a las transformaciones profundas que nuestra sociedad necesita. Pase lo que pase, tendremos que prepararnos para construir una fuerza social y política capaz de llevar a cabo esas transformaciones. Estratégicamente, estamos convencidos de que es un error que la izquierda trate de cogobernar bajo las órdenes de un PSOE que se niega a pactar un programa transformador. Pero está quedando clara otra cuestión: que el PSOE de Pedro Sanchez tiene una concepción patrimonialista del poder muy poco democrática y que prefiere gobernar con la derecha que mirar hacia la izquierda.

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Y ahora unas cuestioncillas que me parecen necesarias en medio de ese destarifo generalizado para hacer potable el mejunje terminal de cualquier viso de lucidez y sentido de la responsabilidad.

¿Cómo se os ocurre invocar ahora la presencia del 15M en vuestros afanes, si vosotros mismos cooperásteis con el clan de Somosaguas, a dejar en el chasis la fuerza autogestora y sectorial de la ciudadanía, igual que habéis hecho con IU y los Verdes? 
Recuerdo a Sergio Pascual, pobrecillo, al que apodamos Sergio Strogoff por ser el eficacísimo correo del zar, imponiendo por las tierras levantiscas los decretos imperiales con la amenaza de que si queríamos seguir siendo 15M en Podemos, Pablo se iría...dejándonos solitos y desolados con nuestra ignorancia y tontuna. Mejor dejarlo todo en sus hegemónicas manos todopoderosas y omniscientes, si en la cruda realidad nada ilusoria, los mindundis quincemistas que le habíamos hecho posible solo éramos abejitas obreras en su colmena, donde él reinaba como único zángano alfa a tutiplén. En realidad era transparente a tope al reducir la capacidad gestora de los círculos en globo. Sólo nos necesitaba como queroxeno  para su vuelo al asalto celestial. Todo lo demás eran bagatelas insustanciales y transitorias. La realidad es implacable en su puñetero realismo, ya lo podéis comprobar en vivales y en directo.

¿Cómo no os enterásteis de la aniquilación de aquellos círculos asamblearios primigenios y sustancia fundante de Podemos que fueron solo el anzuelo para la pesca manipuladora del cabreo civil contra la barbarie estatal?

¿Cómo, siendo anticapis a tope, callásteis y tragásteis inexplicablemente ante la barrabasada del casoplón iglesio-monteril con referéndum plebiscitario ad hoc, que se cargaba de plano los principios éticos cuyo preborrador original sin corregir se hizo ley programática, y no dijistéis ni pío? ¿Qué decir sobre la inclusión de Tania Sanchez -exnovia del imperator- como diputada podemita, después de ser suspendida por IU como concejala de Rivas por admitir como lo más normal la concesión de un proyecto municipal a su hermano, mientras ella misma aseguraba que algo así no es corromperse sino pura transparencia? Y tenía razón, porque si algo tiene Podemos es transparencia, esta clarísimo que su ética ha desaparecido de todas todas, en el caso de que alguna vez haya  estado presente, claro, y no considerada un signo de melindrismo tiquismiquis ante el poderío del especialista mayor del reino, capaz de hacer como nadie las mejores frituras de masas convertidas en churros. 

¿Cómo no pusistéis en claro ya en 2015/16, en ese democrático Podemos módelico y maravilloso la nulidad e incapacidad psicoemocional del cheff a la hora de pisar el suelo, si una vez dinamitada, gracias a la  ya recurrente y emblemática imprudencia de Iglesias y sus antológicas meteduras de pata se reventó cualquier posibilidad de entendimiento en la izquierda, dejando al pp gobernar otra vez ya sin mayoría? Hizo lo mismo que está haciendo ahora: presionar, retorcer e impedir que nadie de la izquierda pueda acceder al gobierno si no es él el que lo permite y controla. El resultado de esa torpe y egocéntrica actitud es el mismo de ahora: con el riesgo de que habiendo ganado las elecciones la izquierda acabe gobernando la derechona. Como ha pasado en Andalucía, en el Ayuntamiento de Madrid y va a pasar en La Rioja. 
Está claro, que si Iglesias y "su" Podemos están aun cagándola sin parar, en momentos cruciales, los anticapis tenéis una gran responsabilidad en semejante fiasco, porque vuestra incapacidad para resolver este cubo de Rubik político y social es evidente, si aun apoyais a un incompetente muy listo, muy liante, muy confuso y muy teórico, muy retórico, pero inútil y lo inútil en los peores momentos puede ser letal, sin duda. Que vuestro ciego ideologismo os impida ver los problemas reales y no relacioneis causas y efectos tan evidentes, es muy triste, muy grave y demuestra lo lejos que estáis del pueblo llano que en definitiva es el que vota. 

La investidura será un fiasco. Pero os queda un mes y medio para dar un giro limpio y proponer un cambio, en el que vosotros, anticapis, IU, Equo y el 15M , sin el peso muerto de un Podemos autoliquidado por sus propios inventores, tomeis  el relevo de la izquierda y la hagáis real. En ese caso hasta contaríais con las bases de izquierda socialista, que tampoco quiere más Pedro Sánchez, ni más Susana Díaz, pero no encuentra otra cosa mejor y no confía tampoco en el destarifo podemita, por eso eligen el mal menor sin poder evitarlo. Y tendremos más de lo mismo si no lo evitais, rompiendo ese círculo de tiza hegemonista e ilusorio, muy chuli y divertido como un juego on line, pero fatal para la población española que necesita gestores éticos, responsables y más humanos que partidócratas, fanáticos y fascistas. Ojo, repito una vez más, que el fascismo no es ideología, es comportamiento cerril e inabordable por la razón y el conocimiento y plagado de hechos sin conciencia, en donde más que la finalidad del bien común, cuenta el egocentrismo compartido de salirse con la suya, aunque eso se cargue la democracia, los mejores logros, las libertades, los derechos, la igualdad  y, en los casos más desmadrados y perversos, hasta a las mismas personas. Recordad que a Hitler, Mussolini, Franco y a Stalin les igualó el mismo terror, las mismas justificaciones enloquecidas, la misma represión y la misma maldad. No importa el color ni el acento del verdugo, sino las vidas y el bien que masacran en nombre de sus prejuicios y dogmas inamovibles. 
Primero las personas, el bien común, derechos, deberes y el Planeta como Madre Naturaleza, luego las ideas, leyes, religiones, usos y costumbres, que hagan de la vida de todos un proyecto digno de ser valorado y compartido.  Luego, si eso, los viedojuegos del poder ilusorio para adolescentes treintañeros y cuarentones. Sin que ello implique el convencimiento estrafalario de que la vida y la política son series Netflix.

Lo dicho, hermanas y hermanos, tenéis la responsabilidad de aparcar fijaciones y manías preconcebidas, para hacer posible el bien común. Si no sois capaces de ello, dedicaros a otros empeños y dejad la política para quienes no se sienten políticos profesionales sino solo  servidores del pueblo, atentos a sus necesidades prioritarias y al crecimiento en limpio y sano de la conciencia colectiva. Los partidos por sí mismos son solo el brik del contenido humano. Si el brik se rompe hay que cambiarlo para que el contenido no se pierda. Podemos se ha roto. Hay que aceptarlo. Os toca, si queréis, fabricar un envase nuevo, más seguro e higiénico, en el que el contenido no se infravalore dentro del  brik y el brik sepa valorar y respetar al contenido, que es su razón de ser. No os enamoréis narcisamente de las siglas, enamoraros de la responsabilidad, de la democracia que consulta los valores y decisiones trascendentes y de las mejores capacidades para el diálogo y la escucha. Y practicad esa energía que enriquece y libera. Todas y todos os lo agradeceremos en las urnas especialmente. Pero ese merecimiento hay que ganárselo a pulso, no con publicidad y sermones sin aterrizar, o que cuando aterrizan son bombas de relojería.

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