Vox está en su sitio
La extrema derecha lo asesinó, pero no pudo acabar con sus ideas. Por eso, incluso después de quitarle la vida, lo siguen odiando; no le perdonan su vida
Vox no ha participado en la conmemoración que cada año se lleva a cabo en el Parlamento de Andalucía con motivo del aniversario del nacimiento de Blas Infante.
Son coherentes, era de esperar. Aunque parece que sus socios,
Ciudadanos, no se lo esperaban y han criticado por su desplante a la
formación de extrema derecha con cuyos votos mantienen estable y
duradero su Gobierno de coalición.
Blas Infante fue
fusilado en la madrugada del 11 de agosto después de haber sido
retenido ilegalmente desde el 2 de agosto, cuando fue arrancado de su
domicilio en Coria Del Río delante de sus mujer e hijos. Sin juicio.
Posteriormente hubo una sentencia, por llamarla de alguna manera, que
aclaraba que fue ejecutado en aplicación de bando de guerra por haber
fundando un partido andalucista. Infante fue ejecutado por un grupo de
falangistas en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona por orden del general Queipo de Llano. Sus últimas palabras fueron: "Viva Andalucía Libre".
No le perdonan la vida
La extrema derecha lo
asesinó, pero no pudo acabar con sus ideas. Por eso, incluso después de
quitarle la vida, lo siguen odiando; no le perdonan su vida. Tiene
motivos: el autogobierno de Andalucía, su Estatuto de Autonomía,
no se podría entender sin la lucha de don Blas y muchos andaluces desde
su más temprana edad. Nuestros símbolos fueron defendidos con tesón por
el notario de Casares.
Blas infante era andalucista,
federalista, demócrata, de izquierdas y republicano. Cómo lo van a
querer. En las primeras elecciones constituyentes, tras la proclamación
de la República, se presentó con una candidatura federal, andaluza y
revolucionaria. Su aspiración era que Andalucía formara parte, en
igualdad con los demás pueblos de España, de una República federal. Cómo
lo van a querer.
Formó parte de la comisión técnica
para la Reforma Agraria de la que salió pronto por su desacuerdo con la
lentitud y poca profundidad de los trabajos. Antes de ello, afirmó que
"todo latifundio en origen es un robo". Mientras, pedía a voces la
separación Iglesia-Estado y acabar con la corrupción en la justicia.
Blas Infante se partía la cara, siendo abogado y notario, por los
jornaleros y marineros de Andalucía, sumidos en el hambre y la miseria.
Cómo te van a querer.
Junto con su compadre Antonio Ariza,
médico -murió también ejecutado junto a su compañera- impulsó las
sociedades protectoras de animales. Aún se ven por los colegios de
Sevilla azulejos pidiendo a los niños que no maltraten a los pájaros.
Infante, cuando se encontraba con una jaula, la abría. Su mascota, el
Zorro Dimas, lo acompañó después de que lo rescatara de unos cazadores.
Pensaba que los toros estaban mejor en la dehesa, sueltos, sin estar
sometidos a ningún tipo de crueldad. Cómo te van a querer, don Blas.
Para
Infante, en Andalucía no había extranjeros. Todos los que aquí vinieran
eran uno más de nosotros. Soñaba con un abrazo entre oriente y
occidente, entre el norte y el sur. Tanto que pensaba que los ciudadanos
de la otra orilla del Mediterráneo, bajo el Protectorado español,
tenían derecho a un estado propio en la futura República federal
española.
Blas era abierto, respetuoso con todas las
culturas, dialogante, con un afán sin freno porque su país, Andalucía,
fuera una tierra de justicia e igualdad en que se pudiera convivir con
todos los pueblos en paz y fraternidad. Vox tiene motivos para no
asistir a su conmemoración. Son la antítesis.
Blas Infante versus Queipo de Llano
Blas
Infante nunca hubiera pactado con la extrema derecha de entonces ni con
la de ahora. Representa lo contrario; era un hombre de valores y de
palabra. Sabía perfectamente quiénes eran los enemigos de Andalucía, de
la libertad y de la democracia.
Aquel día de agosto,
cuando miles de sevillanos y andaluces caían bajo las balas fascistas,
murió Blas Infante a manos de la extrema derecha liberticida, traidora
al orden constitucional y golpista. La orden la dio el general Queipo de
Llano. El virrey está enterrado en la basílica de La Macarena,
a escasos cien metros del Parlamento de Andalucía, donde un busto nos
recuerda la estatura moral y cívica de Infante. Sus restos yacen en la fosa común de Pico Reja, camino arriba en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Queipo de Llano sigue en La Macarena a pesar de las leyes de la Memoria Histórica,
que hoy sus indignados socios (PP y Ciudadanos) ayudan a desmontar e
incumplir. Los suyos lo protegen y veneran. Blas Infante está enterrado
en una fosa común sin restitución legal ni perdón público por parte del
Estado. Sólo en Pico Reja reposan los restos de otros más de mil
sevillanos asesinados por la horda fascista. Blas Infante está con los
que se mantuvieron firmes en defensa de la legalidad constitucional
republicana y por eso dieron su vida. Don Blas está en su sitio, con los
suyos: con quién mejor. Cómo te van a querer.
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