lunes, 1 de abril de 2019

Lúcida y grandes de verdad, Almudena. Gracias

Checa

La existencia de una policía política secreta no solo es abrumadoramente incompatible con las reglas del juego democrático. Supone una agresión gravísimo


El líder de Podemos, Pablo Iglesias, a su salida de la Audiencia Nacional tras declarar como perjudicado del caso de la guerra sucia de la 'policía patriótica'.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, a su salida de la Audiencia Nacional tras declarar como perjudicado del caso de la guerra sucia de la 'policía patriótica'. EL PAÍS
Recuerdo ahora a Esperanza, cuando relegada al ingrato papel de lideresa de la oposición municipal, alertaba de que Carmena quería convertir los distritos de Madrid en sóviets. ¡Qué tiempos aquellos, y cómo nos reímos! ¿Quién nos iba a decir que la astracanada soviética de Aguirre no era un delirio? Ahora sabemos que, solo un año más tarde, funcionaba en Madrid una versión cañí de la herramienta suprema del estalinismo. Félix Dzerzhinski, aristócrata de nacimiento, revolucionario de primera hora, fundó a finales de 1917 la temible policía política secreta que pronto fue conocida como Checá, versión coloquial de la abreviatura VCheKa, que condensaba su nombre oficial, Comisión Extraordinaria. La Checá de Dzerzhinski, que en español perdió enseguida el acento, tenía por objeto la eliminación por cualquier medio de los opositores políticos al Gobierno de la URSS. El Kremlin señalaba, la Checa ejecutaba. ¿Les suena? La existencia de una policía política secreta, se llame como se llame, no solo es abrumadoramente incompatible con las reglas del juego democrático. Supone una agresión gravísima, quizás la peor, que puede padecer un Estado de derecho. Al parecer, un buen día de 2016, en España ocurrió lo siguiente: en el Gobierno se comentó que habría que hacer algo para parar a Podemos, enseguida le robaron el teléfono a una colaboradora de Pablo Iglesias mientras iba de compras, su contenido se usó para elaborar informes falsos sobre la financiación del partido y un diario digital los publicó. Todo esto es alucinante, pero no tanto como que el director de dicho diario se pasee por los platós para contar su versión. Porque esto no es un escándalo, es un delito. Y aún más, una traición al Estado democrático.

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Hay al menos dos reflexiones adjuntas que  regala esta columna:

1) Que según lo vivido y soportado por la humanidad, las maldades son aceptables por y adaptables a cualquier ideología para convertirla en ideologismo ciego y perverso, especialmente cuando la conciencia de los seres humanos ideologizados y abducidos desde "fuera " de sí, por cualquier movimiento molón, está missing. Teniendo en cuenta que solo se nos puede manipular "por dentro" con nuestro consentimiento y por ello somos responsables de morder anzuelos o no hacerlo. 
Y así se explica que una ideología limpia, inteligente e imprescindible como la socialista marxista o el cristianismo evangélico, puedan llegar a permitir y a "disfrutar" una Cheká y una Inquisición o Santo Oficio, con todo el derecho más retorcido de este mundo. Para que existan Chekás e Inquisiciones hay que contar con la banalidad del mal asumida individualmente por los miembros de una colectividad, sin cuya devoción cómplice, miedo y obediencia ovejuna es imposible perpetrar. 
Me pregunto por qué si una sociedad está asqueada de tanta mugre, si sabe que periodistas y cadenas de información están descaradamente comprados y exhibidos para acosar y malversar la política, la economía y comprar voluntades, pensamientos e incluso votos, el seguimiento de la misma sociedad a base de camelos y corrupciones financieras, no es capaz de hacer una desconexión coordinada de semejantes infundios. ¿Qué haría, por ejemplo, el Ibex35 si de repente millones de ciudadanas se desconectasen de sus infundios cada vez que apareciese en pantalla un trilero periodístico como invitado o un presentador/a cómplice y manipulador/a?
No se puede pretender que nuestra libertad dependa de lo que los trust político-negociantes nos impongan con nuestra aceptación.

Si cada vez que encendemos la tele y nos aparezca un Inda, un Marhuenda o una Caponata, o un economista neocon terminator apagásemos la pantalla y leyésemos a Emilio Lledó, a Cervantes o a Antonio Machado, a Karl Marx o a Juan de la Cruz o a Omar Khayam, a  Varoufakis, Rilke, Orwell , Huxley, o Almudena Grandes, García Montero, es segurísimo que ninguna Cheká tendría hueco en la política ni en los gobiernos. Obviamente, porque no lo tendría previamente en nuestro pensamiento ni en nuestra voluntad ni en nuestras emociones, que son los ingredientes básicos de nuestros deseos, sueños y expectativas.

2) Otra conclusión que me inquieta un poco es el motivo desconocido por el que  el robo del teléfono de la compañera de Podemos en 2016, Iglesias no lo ha hecho público hasta el momento actual, tres años más tarde, y casualmente cuando, gracias a su especial carisma, el partido morado está haciéndose papilla a sí mismo por asuntos íntimos, y no porque nadie, mínimamente despierto, se haya creído los infundios de Inda & company, reconocidos vox populi, como mariachis del Ibex y del pp, que son capaces de cualquier cosa, desde montarse una emppresa pprivada con el Estado hasta adoptar y arropar Villarejos, condecorar y enaltecer Billys "el niño"(del exorcista), Bares España. Niñas de Alcácer y demás ocurrencias mix entre los prototipos de Nerón, Calígula, Hitler, Goebbels, Stalin, Franco, Banon, Trump, Bolsonaro, y la  Cheká. Un puzle terrorífico y a la vez tan descarado, como cínico, y literalmente, desalmado, para el que delinquir es jauja y la traición constante al estado democrático, el menú diario.

Las cloacas estatales ya están localizadísimas desde hace tiempo por  evidencias indiscutibles y ya conocidas hasta por las farolas, gracias a la prensa más independiente como Público, eldiario.es e Infolibre. Los dos primeros diarios han sido tan valientes y atrevidos como para denunciar lo más obsceno de la mafia gobernante. Otra cosa es que la peña se quede enganchada en La Razón, ABC, El Mundo, El País, Espejo Público, Ana Rosa, Ferreras y su rojo menos vivo que vivales, dispuesto a pasar por los baños en lejía que hagan falta para que el rojo solo se quede en alteración del sistema nervioso y de la mala leche mediática que tanto sube las audiencias para ocultar los verdaderos motivos del problemón: un estado podrido de origen ilegítimo, cuyos mantenedores chupopteros controlan la información y la "moderan" según sus cánones. Cómo olvidar al profesor Torres López y su salida escandalizada de una tertulia en la Sexta Noche...echando pestes del montaje. O como obviar esos momentos tan oportunos para irse a la publicidad cuando Paco  o Eduardo pierden los papeles y comienzan a sustituir argumento lógicos y evidentes, por sermones, peroratas y descalificaciones a lo bestia, cuando los de la banda izquierda aportan datos verídicos vergonzantes y razonamientos imbatibles por su realidad material comprobada.

Por todo ese mejunje, que el parecer pilla de sorpresa, resulta tan  conmovedora y entrañable, sin duda alguna, la inocencia benevolente de Almudena cuando comenta :
Al parecer, un buen día de 2016, en España ocurrió lo siguiente: en el Gobierno se comentó que habría que hacer algo para parar a Podemos, enseguida le robaron el teléfono a una colaboradora de Pablo Iglesias mientras iba de compras, su contenido se usó para elaborar informes falsos sobre la financiación del partido y un diario digital los publicó. Todo esto es alucinante, pero no tanto como que el director de dicho diario se pasee por los platós para contar su versión. Porque esto no es un escándalo, es un delito. Y aún más, una traición al Estado democrático.

Entre el miedo de unos, el barullo mental de otros y la percepción periférica de una realidad cuyo núcleo se disuelve en las peroratas aleatorias y el agotamiento de la inmensa mayoría, que es el verdadero objetivo del sistem in falliure, y el barrer cada uno para su propio terreno, del resto, lo cierto es que se va la fuerza activa de cualquier buena iniciativa, por el desagüe del escándalo por el escándalo y todo, hasta lo más grave, como la petición de pasar por el Parlamento el asunto de los dineros pringados del anterior jefe del estado, o la razón verdadera de que el Open Arms no pueda salir a salvar vidas humanas en peligro de muerte segura, o que el problema catalán es la punta del iceberg del problema español, que el desempleo y los abusos de la reforma laboral, los privilegios de la banca privada y los desahucios, son incompatibles con la democracia, se va quedando en agua de borrajas cuando la doctrina del shock mediático lleva las riendas de la información a gusto del que la sostiene con su publicidad y sus donativos.
Las cloacas del Estado son un delito gravísimo, no cabe la menor duda, pero más grave delito aun es el maldito sistema que las implementa como 'legalidad' sui generis para beneficiarse de ellas, y las hace posibles sinque haya un control estatal y democrático sobre los partidos políticos que gobiernan o más bien desgobiernan a base de engaños y abusos inauditos, mucho más grave es que el estado que permite este basurero  impulse y ampare desde el gobierno semejantes lodazales,  sin que ninguno de los Tres Poderes se pregunte la causa de tal podredumbre ni la relación entre esa causa con sus consecuencias y efectos derivados. El mismo modelo de estado que permitió ser presidido for ever, por una monarquía refundada en una dictadura genocida, que permitió el GAL, es el que  permite las cloacas. Si el promotor del GAL es miembro vitalicio del Consejo de Estado y el profeta que nos metió en la Guerra de Irak y calumnió al Psoe de tramar nada menos que el Atentado de Atocha para echarle del poder, igualmente está en el mismo preminente lugar, no debería resultar tan tan alarmante y escandaloso que las cloacas sean una cosa tan natural para la seguridad de una pocilga semejante, lo raro sería que no lo fuese.

A estas alturas, si en este país y su régimen político hubiese un mínimo de sensatez y de fundamentos éticos básicos,   el estado actual debería reconocer su fracaso, y en consecuencia, disolver el parlamento, el gobierno y la jefatura del estado. Y que una comisión de juristas laicos en partidismo, profesores de derecho con un curriculum moral ad hoc, economistas decentes, profesores de ética, pedagogos, médicos, científicos y técnicos en diversas especialidades, como agricultura, ecología, reciclaje y lo más presentable en conciencia, si la hubiere, siguiendo la orientación axial de la República de Platón, pero esta vez, contando con las asambleas y comisiones sectoriales de la ciudadanía, bastante más lúcida que sus hasta ahora, representantes, se pusiera en marcha un  verdadero moviemiento social y político de transición de las cavernas a la era del pensamiento líquido, tratando de comprender y reorganizar el presente desde el eje del bien común, para que si es posible todavía, pueda haber algún futuro mejor que el desvarío y la degradación en picado , en todos los aspectos que nos arrastra como papelujos y hojas secas al viento del caos. Y a ser posible sin que los alienados por los empoderamientos repentinos y las ventanas del oportunismo se hagan los amos del proceso del cambio y aprendan a convivir en una pluralidad unida en los DDHH con sus deberes y sus valores. Y a continuación, una vez aclarados los entuertos de la historia y de las cavernas, convocar  un  referendum para elegir modelo de estado y una reforma a fondo de la Carta Magna, en cuya nueva performance puedan participar on line, todas las ciudadanas/os, (como se hizo en Islandia tras el hundimiento del estado y la economía) para tener en cuenta las verdaderas necesidades y aspectos de la vida real, siempre con la posibilidad irrevocable de poder modificar aspectos particulares que se queden al margen de la vida real al pasar los años y los cambios de un mundo en estado de licuefacción constante.

Y desde luego, con las mujeres en primera línea de aportación cooperativa. Bienaventuradas las hadas y las elfas, porque de ellas es el reino de los cielos. Qué haríamos sin ellas...

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