¡Tirad la llave!
Elisa Beni
Follow @@elisabeni
¡Encerradlo y tirad la
llave! ¡Que no cause más daño! ¡Tirad la llave, que se pudra en la
cárcel! Son ciudadanos de bien los que se enganchan a este discurso que
les parece humanitario, empático y, sobre todo, protector. Ya expliqué
en La ineficaz venganza los
argumentos por los que esta campaña oportunista y manipuladora sobre la
prisión permanente revisable no es necesaria, ya que nada va a
solucionar. Quiero ir un poco más allá. Quiero ir a la hipocresía
social, a la falsedad argumentativa y al fraude político que supone
liberar las emociones colectivas y luego pasar la urna a hacer colecta.
Voy a hablar hoy de los guardianes de la llave. Esa llave que se quiere
perpetua no irá al fondo del mar, sino que simbólicamente colgará del
cinturón de funcionarios públicos que tendrían que hacer frente al
problema de manejar a internos sin esperanza a los que la actitud
positiva en prisión no les supondría mejora alguna, a los que cometer
nuevos delitos no les perjudicaría nada. Trabajar con presos sin
horizonte, ya lo ha dicho la ex directora general de Instituciones
Penitenciarias, es un escenario que en nada se parece al existente
actualmente. Y, a pesar del oscurantismo gubernamental, sabemos que el
índice de agresiones sufridas ya por los funcionarios de prisiones sigue
aumentando y se sitúa en torno a las 3.000 en los pasados diez años.
No crean que ese es un problema que parezca relevante
para ese Partido Popular que tanto cree en el endurecimiento del ya
severo tratamiento penal en España. Si piensan solucionar todos los
problemas enviando a más gente a prisión y con penas de duración casi
indefinida, podían al menos ocuparse de las condiciones con las que el
sistema penitenciario pueda hacer frente a esa mano dura que presuponen
tan rentable electoralmente.
Debe ser que lo que no
da votos es solucionar el envejecimiento de los funcionarios y la falta
de personal para atender a las prisiones existentes y a aquellas que
mantienen módulos cerrados por falta de quién los atienda. No debe dar
votos aumentar el número de psicólogos y psiquiatras que puedan dar un
tratamiento adecuado al cada vez más ingente número de número de
enfermos psiquiátricos que se encuentran recluidos en lugar tan poco
apropiado para ellos como una prisión. ¿Qué más da? Están vendiendo una
falsa sensación de aumento de la seguridad con la aplicación de una pena
inhumana. Tan falsamente disuasoria como que Diana Quer fue asesinada
cuando tal castigo ya existía. Están vendiendo con las tripas a sus
electores que con esa pena van a asegurarles la integridad de sus hijas y
les están mintiendo porque irremisiblemente van a producirse más
agresiones sexuales en España. Y lo saben. Sin embargo, no les preocupa
la inseguridad añadida para las personas encargadas de esos presos sin
futuro. Eso tampoco da votos.
Y no es la única
hipocresía. Esa sociedad que clama por la mano dura, sin más argumentos
que las emociones, es la misma que se manifiesta y protesta cada vez que
la construcción de un nuevo centro penitenciario se les acerca. A la
alcaldesa de Zurgena le costó perder las elecciones proponer a su
municipio para albergar una nueva prisión. Quieren tirar la llave, pero
tirarla bien lejos de sus casas.
Tampoco es mucho
problema puesto que los gobernantes actuales no están por la labor de
invertir en nuevas prisiones, a pesar de basar su política criminal en
aumentar las penas de cárcel -incluso para los que opinan, tuitean o
crean- a golpe de titular y de represión. España es el sexto país del
mundo en porcentaje de población reclusa y, sin embargo, uno de los que
registra menor número de delitos graves. El primero en número de penados
es Estados Unidos, pero entre los americanos y España sólo encontramos a
Ruanda, Rusia, Brasil y Australia. De seguir así les adelantaremos en
tan dudoso indicador. El PP ha cortado el grifo a la construcción de
nuevas prisiones desde hace años y tiene sin terminar la de Siete
Aguas-Valencia II y a Gipuzkoa sin iniciar la construcción del prometido
recambio de la vetusta Martutene y hasta 50 módulos cerrados por falta
de personal. Un personal cuyas retribuciones también han perdido poder
adquisitivo, a pesar de trabajar cada vez en peores condiciones.
Lo que sí han hecho los populares en este tema es lo que tan bien han
sabido hacer en todos. En cuatro años han dedicado 175 millones a
privatizar la vigilancia exterior de las prisiones españolas,
consiguiendo así duplicar gastos dado que, por ley, son los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado los únicos con competencias para
hacerlo. Claro que para algo están los amigos. Empezaron diciendo que
iban a colocar a los ex escoltas sobrantes en el País Vasco, pero ya no
queda casi ninguno trabajando allí y, sin embargo, las contratas siguen y
se amplían.
¡Tirad la llave porque no son
reinsertables! pero tampoco gastemos un duro de más en intentarlo.
Existe un programa de control de la agresión sexual en las prisiones
españolas que tiene probado estadísticamente el descenso de la
reincidencia en estos delincuentes. Está basado en el modelo explicativo
de la delincuencia sexual de Marshall y Barbaree y trabaja de forma
individualizada en torno a la respuesta fisiológica-emocional sexual
relacionada con los delitos cometidos, la creación de habilidades para
enfrentarse al medio y de autocontrol en situaciones de estrés y la
modificación de los patrones cognitivos de los delincuentes sexuales.
Evidentemente es el camino para que una sociedad moderna y democrática
de respuesta a hechos que nos estremecen a todos. Incrementar los medios
y la inversión destinadas a ello ofrecería mucha más seguridad que la
que prometen, pero quizá menos votos y en eso es en lo que están. No se
confundan.
Deseo que los partidos que han puesto
nuestros principios constitucionales y nuestra dignidad como sociedad
por encima del electoralismo sigan adelante con la derogación de esta
medida populista e indigna. Estoy convencida de que el Tribunal
Constitucional no la ha analizado aún en dos años porque está obviando
darle un varapalo de tamaña magnitud al Partido Popular. Para eso sirve
sentar a quien te gusta en los órganos constitucionales.
Y me empeño, y no cejaré en ello, en que comprendan que algo tan
sencillo como arrojar la llave no va a resolver nada. Ni siquiera su
miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario