miércoles, 21 de febrero de 2018

Todo cambia...afortunadamente


Hoy quiero hacer un ejercicio de repaso. Y para ello cuelgo aquí un post de hace exactamente cuatro años. Podemos acababa de hacer su aparición en el Parlamento Europeo y la esperanza para el cambio se derramó por toda la sociedad española medianamente presentable. 
La vieja IU se lo tomó fatal, sobre todo el viejo comunismo. Era tremendo salir a la calle o ir a una asamblea de Yayosflauta en Valencia. No sé cómo andarían por el resto del País. Pero aquí era indescriptible, se hablaba continuamente "del enemigo", se salía los lunes a la Plaza del Ayuntamiento (que en aquellas fechas había sido trasladado a la calle Amadeo de Saboya) y toda la actividad era gritar improperios e insultos contra Barberá, que pasaba de todo y de todos.
Recuerdo que harta de estar presente en aquel circo, les presenté unas propuestas de trabajo, como por ejemplo, que la salida de los lunes no se quedara solo en los gritos y los megáfonos sino que además, mientras unas gritaban, otras y otros nos parásemos con la gente que se nos quedaba mirando, les comentásemos qué reivindicábamos y les preguntásemos acerca de qué problemas querrían exponer en el Ayuntamiento, y una vez recogidos los datos, presentarlos nostras mismas en el siguiente pleno municipal al mismo tiempo que les recomendaríamos que hiciensen lo porpio en las juntas municipales de sus distritos, para que de ese modo la base social se comprometiese en las tareas municipales y emèzase a controlar al menos un poco, el aparato del poder. Y, sobre todo, se crease conciencia. Otra propuesta fue la de cooperar en centros de enseñanza pública (escuelas, institutos y universidades) haciendo talleres y coloquios sobre la memoria histórica que le  tocó vivir a nuestra generación,  de pequeños y de jóvenes en pleno franquismo.
Otra propuesta fue la de dejar de ir al bar los lunes a consumir gastando y hacer la reunión en la plaza para charlar y debatir, sentados en sillas plegables que no pesan y se pueden llevar desde casa, y con el dinero ahorrado de los cuatros lunes del mes, ayudar en los bancos de alimento de los barrios.
Otra idea fue la de invitar a la gente del Psoe con más conciencia, a encuentros en la Izquierda, debates y diálogo en la diversidad, no para arramblar y sorpassar con votos y hundir partidos sino de cara a una evolución común que propiciase la cooperación amable y sana con la empatía política y no la rivalidad deshumanizada y propia del capitalismo, buscando lo que nos une  y comprendiendo y respetando lo que nos separa mediante la escucha y la cercanía.  Lo propuse al Psoe y ellos convocaron un encuentro, al que acudieron las bases hasta con autobuses de  las tres provincias, se hizo un debate intensísimo en la sede de Blanquerías, se cantaron las cuarenta al viejo Psoe, con una libertad, una transparencia y una determinación que ya me hubiese gustado ver en la durísima e impecable IU de entonces. Pero no asistió ni un sólo/sola yay@flauta que estaban invitados y con asientos reservados. 
Me pusieron verde. Me llamaron traidora a la causa cejijunta y encabotada en sí misma. Hasta el punto de que una de 'mis mejores amigas' advirtió al colectivo de la peligrosidad de mis propuestas y les aseguró que yo sería capaz de acabar con los yay@sflauta si me lo proponía. Nunca imaginé tener semejante poderío y a continuación comenzaron a llegarme e-mails de compañeras y compañeros llamándome de todo menos guapa y buena. Incluso haciendo un muestrario de mis criminales intenciones, que no sé de donde se lo sacaron, pero fue alucinante. Nunca imaginé que la fantasía humana diera para tanto  a la hora de implementar el darck side y las especulaciones más negras y enloquecidas.

En tales tesituras escribí el post que adjunto aquí debajo. 

Afortunadamente al llegar otros aires renovados al aparato del partido, la vieja momia que todo lo bloqueaba se fue diluyendo ante la realidad impepinable: no se puede ni se debe convertir la evolución humana necesaria para la supervivencia, en todos los aspectos, en una colección de absolutos intocables si dichos absolutos nos están demostrando que ya no dan más de sí. Que renovar las herramientas y las Ideas, no significa liquidarlas sino adecuarlas, ampliarlas  y enriquecerlas con experiencias renovadoras que las actualizan, como cuando para bucear te pones un traje de neopreno que no usas para ir a clase o a la compra. Y no por eso dejas de bucear ni vas con el traje de buzo por todas partes. Se trata de madurar y no de despreciar y hasta combatir todo lo que no se comprende porque  ya lo heredaste formateado de un modo determinado, acerca de historias que nos han contado unos y otros, que seguramente, fueron verdad, pero que nunca sabremos hasta qué punto se ajustan a una realidad objetiva, el relato exclusivamente emocional no es garantía creíble al 100% y deberíamos tener en cuenta ese factor si de verdad queremos un mundo más habitable y hospitalario. Donde quepamos todas sin hacernos daño. Donde el 'triunfo' de unas no signifique la humillación y el ninguneo de las otras.
Si ese sistema de transmisión generacional nos saca del presente y no nos deja construir el futuro, encadenados al pasado, de poco vale nuestro empeño tanto para mejorar nuestro entorno político y social como a nosotras mismas. 

El recolmo era cuando pasábamps delante de las manis de estudiantes y el coro yayil soltaba su mantra favorito: "Nosotros pudimos, vosotros podréis" Eran incapaces de ver  la realidad, estaban convencidos de que nuestra generación había logrado conquistar el Himalaya del bienestar social, sin ser capaces de unir causas y efectos ni hacerse la más mínima autocrítica. Hay que aterrizar, y reconocer que si tuvimos un tiempo económicamente más propicio a causa de las reivindicaciones laborales de los sindicatos, fue porque al capitalismo le interesaba camelarse a la Izquierda con la chapa y pintura de la socialdemocracia, que mordiéramos el anzuelo del consumismo, que nos lanzásemos a la ratonera de las hipotecas que nos atarían para toda la vida tras dejarnos en la calle, una vez perdido el trabajo en una de sus innumerables crisis teledirigidas, y nos convertirían en los nuevos siervos de la gleba y que esa servidumbre va unida al miedo y a la sumisión, al bombardeo mediático y al lavado de cerebro que lo acompaña. 
¿Si hubiéramos "podido" de verdad, acaso estaríamos ahora como estamos, planetariamente y energéticamente en las últimas y gobernadas por un Rajoy? ¿Qué sociedad hemos construido y cambiado, y en qué dirección se ha hecho ese cambio, qué valores éticos, qué conciencia nos guía y nos sirve de soporte si un gobierno socialista nos deja sin soberanía frente a los abusos financieros de la troika y pone en marcha una ley de desahucios que alucinas y considera a su inventora, Carme Chacón, casi  una Rosa Luxemburg, sólo porque se ha muerto y eso da mucha pena, cómo si la muerte fuese una excepción para la peña con glamour? ¿Qué aspiraciones hemos desarrollado, además de conseguir salarios menos esclavistas, seguridad social que cualquier gobierno nos puede quitar a capricho de sus intereses, un Parlamento bloqueado por una panda de cenutrios y un Poder Judicial que ha rebasado todos los límites de la injusticia al servicio de los "padrinos" del Ejecutivo? ¿Era el objetivo de tanta lucha lograr que la clase trabajadora se convirtiera en clase pijodependiente, con sus chalets y un par de coches además del piso? ¿Era ésa la igualdad? ¿Hacernos todas depredadoras y consumidoras a muerte para ser iguales a lo peorcito de la epecie? ¿No podíamos haber ido descubriendo en paralelo que el bienestar humano no es compatible con el destrozo medioambiental ni  con la explotación y el exterminio programado de los seres humanos culturalmente distintos a nosotros para arrebatarles sus recursos naturales y esclavizarles con el mismo sistema que nos permite ilusamente vivir hipotecados a todo tren mientras ellos y ellas ya no tienen ni tierra que pisar que no sea la fosa común del exterminio? ¿Seguro que pudimos? Creo que nos hemos pasado de bocazas...

En fin, que las emociones más manipulables se hacen las amas del tingado y no se sabe como gestionarlas y son ellas las que se acaban empoderando de las personas en vez de ser al revés, como sería lógico y deseable. 
Es una barbaridad encarcelar y multar la libre expresión de los seres humanos, algo que jamás es delito, pero, aparte de esa evidencia ¿es necesario ser tan violentos y desagradables en el uso del lenguaje? ¿Qué beneficios aporta a la sociedad tener unas redes de hipotética comunicación, convertidas en cloacas 'suciales'? ¿Qué morbosidad hace posible que la basura y sus me gusta o no, se convierta en la reina del mambo de Internet? 
Pues algo parecido ocurre con las ideologías políticas cuando las convertimos en mercadillo donde cualquier medio justifica el teórico fin ideal. No es tan fácil y deberíamos entender que Macchiavelli no nos dejó un tratado de política inteligente y ejemplar sino una sátira camuflada en El Principe, para evitar que los friesen en la hoguera, donde hacía una crítica despiadada a Fernando El Católico y su fabuloso equipaje moral. Justamente el autor nos está advirtiendo entre líneas acerca de los peligros que conlleva una visión desalmada de la política. Tengo que decir también que algún que otro responsable de consejo ciudadano podemita -era o seguirá siendo no lo sé- también interpreta así a Macchiavelli.

Tras cuatro años  pasados en esa especie de penitencia incomprensible, ahora tenemos el privilegio de contar con una IU renovada e inteligente, ética y lúcida que sin dejar de ser Izquierda ha sido capaz de abrirse a la diversidad, no sólo de dentro, sino también de fuera. Y sin complejos de ningún tipo es capaz de trabajar constantemente a favor del bien común y que ese objetivo es para ella algo mucho más importante que ser la estrella de las urnas en plan arrasador. Cualquier persona de izquierdas de verdad, prefiere, por el bien de todas  que nunca se saquen mayorías absolutas, ni aunque sean "nuestras".
La política convertida en enfermedad y en mercadillo se ha empeñado en considerar que ganar elecciones es como ganar en el deporte, una competición que aplasta y ningunea a los que no han tenido el meritazo de engañar mejor a los votantes. Y no es así.
Si de verdad nuestro empeño es la democracia no es deseable nunca una mayoría aplastante de ningún partido por mucho que nos parezca el mejor, sino un Poder Legislativo plural donde todas las voces tengan iguales derechos y no sea el número, sino la igualdad, el valor que rija sus normas. Lo mismo estaría  genial un poder Ejecutivo plural donde todos los grupos parlamentarios tuviesen un portavoz en el el Consejo de Ministros. Hay que cambiar tanto y tantas cosas, sobre todo dentro de nuestros esquemas a los que la peña se aferra para no perderse, como si ya no estuviese perdida en el infierno de la manipulación consentida y hasta premiada con el aplauso y la fidelidad del borreguismo, siempre tan fiel a sus tópicos y letanías fatales.


miércoles, 26 de febrero de 2014

El gran fallo de Izquierda des-Unida

Es una lástima. Y bastante triste, tener que elegir entre dos partes externas que en tu conciencia son una sola. En las dos últimas legislaturas  voté por ella: la izquierda unida que deseo de todo corazón. Sus ideas son las mías fundamentalmente. Mi sociedad "ideal" es la de Karl Marx, la de Sócrates, la de Kant, la Gandhi, la de Mandela y Robert Kennedy, la de Albert Camus y Ernesto Cardenal y la de Jesús de Nazaret unidos a la izquierda de Dios Padre para amar y reconvertir en humana a la hermana diestra, siempre tan tiesa y poseedora de todas las verdades, y de todos los dineros sobre todo, lo mismo que el hermano 'impecable' del hijo pródigo, plastificado y endurecido en su virtud intocable para la piedad y la compasión que superen la limosna al pobre mejor vestido y menos sucio. Yo votaba a esa mano izquierda del amor divino. Hasta que me acerqué a ella para trabajar en la sociedad y comprendí que no es el amor a la humanidad ni su confianza en ella lo que la mueve, sino "el odio de clases". El cainismo y la intolerancia que nos mata el alma y los sentimientos humanos para convertirnos en peones del fanatismo que ha hecho una religión y un dogma inamovible con sus fijaciones.
Es imposible que funcione un proyecto de mejoras para el bien común en un caldo de cultivo lleno de insidias, chismorreos miserables, rivalidades, envidia, murmuraciones, despellejes por la espalda y sonrisas a la cara, rechazo frontal a la más mínima objeción crítca aunque sea constructiva, imposiciones manipuladoras desde arriba con menosprecio de toda democracia interna. Intromisión y juego sucio en plataformas cívicas con el fin de apoderarse de ideas e iniciativas para controlarlas desde dentro. Exclusión de todo lo que no sea "puro". Un panorama oscurísimo, que más acerca a Lenin y a Stalin que al futuro sano de una humanidad plural y respetuosa donde el bien común sea la base y el resultado, que es lo que deseo para todos.
He terminado por comprender algo que no entendía: los pocos votos que nunca han permitido que esa formación llegue a la oposición y al gobierno; no me lo explicaba conociendo su estupendo programa de gestión política. La actitud combativa y violenta sin necesidad y excluyente en todos los proyectos, de todo elemento innovador "sospechoso" de ser socialista o demasiado independiente y dialogante, me ha terminado por convencer de que ese camino no lleva a ningún sitio, es un callejón sin salida, que nunca podrá alcanzar un quorum general, porque es mentira en realidad ya en su misma definición: izquierda unida ¿qué significa? ¿unida a quién y a quiénes, si rechaza a toda la izquierda que no se somete a su disciplina de partido rígido y petrificado? Incapaz de cooperar con otra izquierda aunque sí lo haga, paradójicamente,  ¡con el pp! pero no porque lo entienda y lo respete, sino para impedir que gobierne el psoe...por odio visceral puro y duro, aunque los ciudadanos se lleven la peor parte de tales asociaciones contra natura. Está lejísimos de la ciudadanía real, la desprecia si no está afiliada o es devota de su historia. Sale a la calle aprovechando el descontento y la indignación, sólo a gritar su rollo, a insultar y amenazar constantemente con un machismo que espanta ("si nos tocan las pensiones les cortamos...lo que rima" y no son las razones precisamente, "si esto no se arregla guerra, guerra, guerra", "esto pasa por no haber guillotinado nunca a nadie"); vive de segregar adrenalina contra todo, sin saber que esa hormona agota las defensas y la resistencia del sistema nervioso, además de producir confusión mental, pero es adicta a tal sustancia suprarrenal y tanto como a lo que sólo ella convoca y maneja para apoderarse de los motivos y la rabia en exclusiva, no para estar al lado de los demás sean quienes sean en su problema, sino para fagocitar lo que pueda en votos y militantes. 
No me extraña que no quiera asociarse con Podemos ni con nadie que proceda del 15-M y no haya cambiado el diálogo asambleario por la posición de "¡firmes, ar!", porque la libertad de opinión y el diálogo se le atragantan y los debates entre partes distintas entre sí, le parecen una innecesaria pérdida de tiempo, lo que suele demostrar cerrándose en banda y ninguneando con excusas irrisorias.  Y es una pena que programas tan coherentes y bien pensados no cuenten con la mediación y los recursos dialógicos del entendimiento y del respeto práctico por la diversidad, por  criterios que no son sólo el propio y que una soberbia ideológica de tal calibre, que sólo encuentra algo igual en la curia católica, nos prive de una gran riqueza operativa y estructurada.Ya lo dijo Boff hace muchos años en su libro Iglesia, carisma y poder, donde explica las similitudes funcionales indiscutibles entre el Vaticano y el Kremlin.
A pesar de ese mundo turbio, y aunque ya no les vote más si no hay cambios importantes, sigo asistiendo a cualquier movida ciudadana que salga de su iniciativa, como voy a cualquier otra, porque me he propuesto ir a todo lo que implique solidaridad con mi prójimo maltratado sea del color que sea. Y sigo pensando que me duele muchísimo renunciar al sueño de una sociedad de izquierdas a la antigua usanza, pero que sin democracia interna, sin acogida al otro cuando su mundo no coincide con el mío, sin consultar las decisiones importantes con las asambleas y sin ver un palmo más allá de la dictadura "del pueblo", -que luego se apunta al consumismo, al despilfarro insolidario, al chanchullo y a todos los vicios del capitalismo, pero con puño en alto y cantando a las barricadas- Todas las dictaduras son horribles. Las "del pueblo" también, porque un pueblo que madurando se ha hecho libre y cívico, no necesita ser dictador de nadie ni andar trampeando y viendo enemigos hasta debajo de las sillas.
De momento, Podemos . Y esperamos seguir pudiendo cada vez más, porque he visto y comprobado en la práctica de cada desahucio impedido, de cada iniciativa solidaria, de cada empeño que se logra y consigue triunfar sobre la mugre del borreguismo, de la resignación y del miedo, que el amor desinteresado y generoso por los seres humanos, cuando se une de verdad a la causa de todos, sin barreras ni divisiones, limpio, claro y directo, con escucha y entendimiento, consigue lo que se propone. Hasta organizarse y funcionar divinamente. Y SÍ SE PUEDE!

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