lunes, 12 de febrero de 2018

Una vez más gracias a Elisa Beni por su lucidez y honestidad pedagógicas

Cuncta ferit, dum cuncta timet

Elisa Beni Follow @@elisabeni

Cuncta ferit, dum cuncta timet. “Todo lo golpea pues todo lo teme”, según dijo Claudiano. El miedo como organismo vivo que anima a una sociedad. Los que lo estimulan y lo utilizan. A eso asistimos. La venganza como castigo y el miedo como refuerzo. Van a golpearlo todo. Van a derruirlo todo. No en busca de un mundo mejor sino en busca de mantenerse en el poder. Vomitivo. Real. Peligroso. Masivo.
No voy a pedir ningún tipo de disculpa, casi obligada en estos tiempos, para afirmar que las víctimas no están facultadas para marcar los designios en materia criminal de una sociedad democrática. Más allá: son los menos facultados. Late en ellas un humano, lógico y normal sentimiento de resarcimiento que no queremos que anime nuestras decisiones. No lo queremos. La locura de los tiempos lleva a pensar que prestar oído a esos instintos, comprensibles pero superados, es una forma de empatía. No lo es. Es una forma de azuzar nuestros miedos más irracionales, más animales, más primarios.


Puedo comprender la humanidad del sentimiento pero no su sacralización. Tampoco voy a compartir la oleada de adhesiones que comporta. Yo no me adhiero, es más, voy a pedir a todos los que manejan como argumento la posibilidad de que ellos fueran los afectados por la violencia y el dolor que se aparten. Lo siento pero no están en condiciones de juzgar ni de decidir racionalmente qué barreras debemos franquear como sociedad. Cuando me inquieren: ¿qué pensarías si hubieran asesinado a uno de los tuyos? tengo la respuesta presta. No sé que sentiría. Puede que ganas de desmembrarlos, torturarlos y acabar con ellos, aunque quiero pensar que no. En todo caso  sé lo que tendría que hacer: apartarme de los juicios puesto que estaría invalidada para ellos.
Nadie puede ser juez y parte. Nadie puede ser víctima y juez. Tal posibilidad es un abismo de incivilidad en el que no queremos volver a caer. Los jueces están obligados a abstenerse de juzgar por 16 causas. Una de ellas, de las más claras, es su relación de pareja o cualquier otro parentesco por consaguiniedad o afinidad directa de hasta cuarto grado con cualquiera de las partes o el fiscal. ¿Por qué creen que hemos decidido que un juez está inhabilitado para serlo cuando tiene hasta un cuarto grado de proximidad con las partes en conflicto? ¿qué nos hace pensar que los parientes en primer grado de sufrimiento tienen la capacidad y el ánimo sereno para saber lo que debemos hacer? Ustedes mismos cuando toman partido pensando en la posibilidad de recibir tamaño sufrimiento, ven su juicio perturbado, carecen de imparcialidad y no deciden en torno a la razón sino al sentimiento. Todo lo temen y todo lo quieren golpear.
La postura más inane es la del gobernante que sabe que va a golpear los pilares que sustentan todo el sistema y aún así sigue adelante. Sí, ese sistema que les legitima para gobernar. Sin embargo, deciden pasar por encima. Esos son los más odiosos. Cuando el gobierno aprueba en Consejo de Ministros una reforma por la cual reforzaría el castigo -con una pena inhumana- para los procesados que no confiesen el lugar en el que escondieron el cadáver, sabe que está dinamitando principios tan sagrados que no quiere ni mencionar. Quiero pensar que en el fondo creen que esto les dará una tajada electoral pero que nunca será puesto en práctica.
En un Estado democrático decente, el acusado tiene derecho en todo procedimiento penal a no ser forzado a ninguna actividad humana que pueda provocar su auto incriminación. Amenazar con agravarle el castigo si no localiza el cuerpo del delito es cargarse de un plumazo la presunción de inocencia -pues supone afirmar que él es el autor de crimen y además que él escondió el cuerpo- pero no sólo este derecho sino también el principio de igualdad de armas y el principio del indubio pro reo.
Es evidente que el descubrimiento del cadáver ha sido siempre una cuestión relevante puesto que clarifica la situación policial y jurídica del acusado, ayuda sobre manera a la investigación y consecución de pruebas y da cierta tranquilidad y reposo en el duelo a los alcanzados por el dolor del delito violento. Tal necesidad se ha dado siempre y, aún así, nadie se ha atrevido a vulnerar los principios citados por ninguna de las dos razones primeras. Sólo la tercera, la que afecta a las  víctimas, es la esgrimida por el PP para cambiar las reglas de juego. Cuncta ferit...todo lo golpea.
Tampoco me extraña, puesto que fue el Partido Popular el primero que rebajó todos sus escrúpulos a la hora de confundir el obligado respeto y apoyo a las víctimas de delitos violentos con su sacralización y utilización política. Fue tras el atentado que sufrió Aznar en 1995 cuando la política del PP respecto a las víctimas varió. Su acercamiento a la AVT y el reforzamiento de ésta como lobby de presión política resulta históricamente evidente. De facto, sólo las víctimas asociadas en grupos de presión cuyos objetivos eran similares a los de los populares recibieron tan gran impulso económico y social.
Lo mismo sucedió tras el 11-M. Las diferencias entre las asociaciones de víctimas dispuestas a asumir el discurso de la conspiración que inspiraba al PP entonces y las que aceptaron el origen yihadista de los atentados fueron y siguen siendo claras. El trasvase político de víctimas a grupos de ultraderecha -como VOX- o a la proximidad de Partido Popular ha sido constante. Sólo el Partido Popular tomó una decisión tan controvertida como nombrar asesor para la reforma del Código Penal al padre de una víctima sin ningún conocimiento técnico, Juan José Cortés. No hay nada que rechine tanto como una víctima directa legislando. 
Hemos pasado del abandono procesal de las víctimas de los delitos violentos y sangrientos a su sacralización. Hemos pasado de un sistema que las obviaba, las abandonaba en los pasillos y no tenía en cuenta ni mínimamente su sensibilidad y su dolor, a un sistema que permite que la víctima intervenga directamente en facetas en las que su interés particular no permite la intervención imparcial. El Estatuto de la Víctima de 2015, además de trasponer las directivas europeas de 2011 y 2012, introdujo una figura de víctima que es parte siempre en el proceso, incluso sin personarse, y que puede intervenir en la propia ejecución de la sentencia y en el proceso de reinserción de los delincuentes. No se me ocurre nada tan poco apropiado.
El día de julio en que terminó el juicio que condenó a la guillotina al penúltimo ejecutado en Francia, un joven que había secuestrado y matado a una niñita española de ocho años, bajo las ventanas abiertas por el calor, la muchedumbre gritaba: ¡A muerte!, ¡a muerte! Francia tiene miedo, abrían los informativos. Una de las jurados dejó escrito: “Esa idea de venganza no alivia nada el sufrimiento. Es un sufrimiento suplementario el que se crea. Otro drama que se añade”. Los depredadores sexuales no desaparecieron en Francia. Ni lo harán con las medidas del PP, que está usando el miedo y la angustia y la falsa sensación de que algo nos puede proteger totalmente para cosechar un puñado de votos que se le alejan de una forma evidente. No hay mejor definición de populismo: un gobernante promete lo que el pueblo demanda aun a sabiendas de que es injusto y contraproducente porque sabe que eso le ayudará a conservar el poder.
Las víctimas sufren como ninguno podemos ni imaginar, pero eso no les hace tener razón. La razón está en el universo opuesto de las emociones, los sentimientos y las tripas. El PP está legislando para los instintos más primarios pero eso no nos hará mejores sino que nos emputecerá.
Cuncta ferit... Todo lo golpean, si les beneficia.  

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Comparto y agradezco por completo el argumentario de este artículo. Aunque deseo hacer alguna puntualización, que me parece necesaria para centrar la realidad en el lenguaje y ver con claridad en qué terreno psicoemotivo nos movemos y nos expresamos a la hora de comprender e integrar lo que vivimos -y así poder gestionar mejor esa realidad inevitable que  no tenemos más remedio que asumir-; esta puntualización no es acerca de los argumentos que son impecables, sino sobre la posible confusión de conceptos aparentemente iguales al considerar en el relato   instinto, emoción y sentimiento como frutos de la misma planta, que no lo son y es tan importante saberlo como lo es conocer nuestras limitaciones justas y necesarias a la hora de ejecutar acciones personales y colectivas, que pueden hacer mucho más daño que bien tanto a los demás como a nosotras mismas.
Nos conviene tener claras nuestras herramientas cognitivas y una idea sólida que nos permita no disolvernos en el aluvión de sucesos noticiables y dejarnos arrastrar por ellos sin poder colocarlos en una arquitectura íntima mínimamente entendible. A veces nos sobran  o nos faltan palabras para denominar conceptos-catarata, en ese cisco total con  que la actualidad que nos llueve encima nos inunda y nos ahoga en el barullo mental. Y en ésas corremos el riesgo de ser carne de cañón mediático. Es decir de que la misma información que pretende ponernos al día nos bloquee la percepción y los mecanismos de entender y nos quedemos peor que cuando estábamos in albis. 

Más valen pocos embolados  informativos que descifrar y desarrollar más capacidad con que enhilar y conectar causas y efectos cuando el orden  de factores sí que altera el producto  a base de bien y nos puede montar una empanada mental en cualquier momento, con el resultado de que más indefensos y desamparadas estaremos ante el ataque masivo de la manipulación orquestada por el sistema con tanta eficacia subliminal como pocos escrúpulos. En esa confusión y esa opacidad a todo trapo, que hoy es la bomba y manaña será olvido en cuanto lleguen de nuevo las notas y comunicados de las agencias cantando otras partituras donde las nuevas milongas suenan con otra música aunque con las mismas letras.

Para evitar efectos secundarios perniciosos, es básico que tengamos a mano la  sensatez y las herramientas necesarias de la reflexión y el análisis, no hecho solo por otros, por muy buenos que sean, sino especialmente por nosotras mismas, aunque no sea tan completo y perfecto como lo que nos llega. Una manufactura analítica y serena de nuestra capacidad de asimilación para que creemos nuestro criterio y nuestra autonomía del entendimiento es imprescindible para el empoderamiento social y político. Un aprendizaje constante y paciente desde nuestro campo cognitivo. Conocer los significados reales de lo que leemos y escuchamos. Para eso es bueno tener cerca un diccionario de la lengua en la que nos manejemos mejor, -se puede hacer también por internet buscando en el diccionario de la RAE, por ejemplo-. Y recurrir a él con tanta frecuencia como sea necesario. El caso es que ningún día nos vayamos a dormir sin haber comprendido el sentido lo más exacto posible de una información sobre la actualidad que padecemos, porque no hayamos sabido cuál era el significado de algún concepto. Nuestra educación y aprendizaje empieza en la escuela, pero no debe acabar nunca, sino acompañarnos mientras vivamos. Y hoy vamos a practicar con un  material excelente que nos proporciona este artículo magistral de Elisa Beni, del que he extraído términos muy interesantes para profundizar en ellos y poder intervenir en la realidad con el bisturí bien templado de un lenguaje imprescindible para aclararnos.
Empezaremos con tres conceptos fundamentales citados por la autora, para auto explorar nuestro mundo cognitivo personal.

1) Instinto
Del latín instinctus naturae. Complejo de reacciones exteriores determinadas, hereditarias, comunes a individuos de la misma especie y adaptadas a una finalidad, de la que generalmente el sujeto que obra no tiene conciencia. Algo tan natural y espontáneo, a un nivel sensitivo, como sufrir una descarga eléctrica si se meten los dedos en un echufe, algo independiente de la voluntad del sujeto.
Es un recurso mecánico de acción-reacción, que comparten el reino animal y el vegetal (éste último en un grado evolutivo no semoviente), una reacción de la bio-inteligencia, perfecta para el mundo animal y vegetal, pero insuficiente y a veces muy perjudicial para la especie humana, si afecta y anula  su capacidad intelectiva autoconsciente y todo el proceso se abandona en manos del automatismo instintivo, estupendo para la biología pero tantísimas veces letal para el resto de las funciones humanas personales y colectivas, de nivel cognitivo e intelectivo.

2) Emoción:
Es una deconstrucción derivada del concepto latino commotio/onis, -sacudida, impacto- sin especificar a qué nivel sensitivo tenga lugar el golpe, es decir, que puede ser provocada indistintamente por motivos externos o internos, tanto por una realidad objetiva como por el modo subjetivo de percibir una realidad ya sea  exógena o endógena: ahí ya aparece la diferencia con el instinto, que es una reacción biológica exclusivamente. 
Con el tiempo y el estudio, el concepto original ha terminado por aplicarse exclusivamente, y una vez 'podado' el prefijo "con", a las con-mociones afectivas,por sorpresa. Y podemos definirlo como el estado afectivo que modifica y transforma instantáneamente, y de un modo brusco, el equilibrio de la estructura psicofísica del sujeto. Un shock, inevitable como el instinto, pero más controlable  por parte del sujeto, porque la autoconciencia una vez despierta y entrenada puede gestionarlo mejor que las reacciones orgánicas puramente mecánicas desencadenadas por el instinto.
Hay un riesgo importante en la especie humana, tan poco autoconsciente en muchísimos casos, o sea auto-irresponsable, de que ambos fenómenos sean interdependientes y sincrónicos, por ejemplo tenemos los ataques de ansiedad, los bajones y subidones de adrenalina o el descontrol de las funciones neurotransmisoras, que a veces se producen por irregularidades bioquímicas y metabólicas, pero que también son inseparables de la autoconsciencia y la gestión instintivo-emocional por parte del sujeto, que cuanto mejor se conoce a sí mismo, más equilibrado y sano emocionalmente está, porque mejor reconoce  sus estados y sus recursos para armonizarse desde dentro con lo que acontece fuera de él.
Está claro que aquel gnozi seautón de los griegos antiguos dio de lleno en la diana antropológica. Lástima que la banalización de lo esencial sea una lacra para nuestra especie tan abducida por lo aparente que imagina y da por supuesto, y tan ciega para lo real que tiene delante pero no ve. 

3) Sentimiento:
Aquí entramos en un fenómeno muy difícil de definir y de clasificar. No es un instinto ni una emoción, tampoco es una mezcla de ambos porque no se limita a "sentir", además intuye, 'adivina', crea, no es ciego ni carece de ideas, ni de referencias inteligentes y posee una racionalidad emotiva, una inteligencia emocional más  una libertad para elegir cómo expresarse y actuar en consecuencia. El sentimiento puede elegir, pero la emoción y el instinto, no. El sentimiento pasa por el cerebro y el cerebro cognitivo para ser, además, humano necesita la ayuda imprescindible de crear el sentimiento a partir de los estímulos emocionales, para que la inteligencia evolutiva siga su curso. Sin quedarse bloqueado el pensamiento en el instinto ni en la emoción, sino dando  lugar al sentimiento como puente entre materia y forma, entre lo particular y lo universal, por eso el sentimiento verdadero nos agranda la comprensión, nos hace participar de nuevas dimensiones que catalizan lo que los taoístas llaman "el Maestro del Corazón", un punto energético clave para la plenitud de la especie humana, pues hasta fisiológicamente el corazón es el motor que permite la oxigenación circulatoria para el funcionamiento del cerebro, así como la  existencia del instinto y de la emoción, que sin el trabajo cordial (cor/cordis=corazón), no serían posibles. El cerebro puede quedar inutilizado por accidente o enfermedad, pero la vida vegetativa continuará, mientras no sea el corazón el que se pare sin remedio, entonces la vida se esfuma sin que lo pueda evitar ni el mejor equipo médico.

Ejemplo claro de lo que trato de explicar: la  psicopatía. Ahora es un término actualizado por los malos tratos de género y en especial por el caso Diana Quer y las víctimas del terror que el pp está utilizando con su ya habitual psicopatía política. Es una enfermedad -y a veces un hábito en el que mucha gente se ha educado y por eso es difícil distinguirla del delito-, que priva al ser humano de la capacidad de construir y manifestar el sentimiento. El psicópata piensa y elige los pensamientos que mejor le cuadran y puede hacer planes estratégicos con ellos para matar mejor, también tiene emociones porque reacciona y se anima o desanima,  se enfurece y golpea y distingue  lo que le interesa de lo que  no le mola. Tiene instintos, porque para matar y hacerse fuerte frente a sus víctimas, los necesita sin duda. Su problema es la incapacidad absoluta de conectar el mundo sensitivo con el mundo racional y crear así la inteligencia emocional que necesita para estar sano, el ecosistema racional-emotivo que nos permite ser humanos y no sólo  animales privados de conciencia, de pensamiento y responsablidad aunque no de instintos, o sencillamente quedar reducidos a máquinas de pensar semovientes que en nada se distinguen de la inteligencia artificial. Puros autómatas.

El instinto, la emoción y la mente, sin conexión entre ellos y por separado son como máquinas expendoras de flujos y reflujos energéticos, sólo reuniéndolas y equilibrándolas como sentimiento nos convertimos en humanos plenos. El sentimiento necesita a la razón, y la razón, la emoción y el instinto juntas mediante una voluntad natural tantas veces innata, son la síntesis que da lugar al sentimiento, que a su vez es el alimento y la base de la conciencia, y también la génesis de ese elemento escurridizamente humano en transición que llamamos alma desde hace milenios y que es según la experiencia intercultural el punto de encuentro con la energía universal, que da lugar y sostiene la vida: el espíritu, que nadie puede analizar, medir, contar o pesar, pero sin cuyo impulso la vida no es posible en ningún plano. Se le llama de muchísimas formas: Chi, Ki, Atma, Prana, Pneuma o espíritu santo, cuya 'esposa' para los místicos de todos los colores e inspiraciones, es el alma. Ese élan vital como le llama Hery Bergson, que pone en marcha la vida en todos sus registros, desde el más sencillo al más complejo y que los físicos de las partículas llevan años investigando y llamándolo "la partícula de dios" o bosson de Higgs, (un caso totalmente clarificador para demostrar a qué extremos se puede llegar cuando se ignora el significado del antiguo gnozi seautón: andar como locos gastándose un pastón que podría erradicar el hambre del nundo, para intentar inútilmente descubrir en un máquina lo que ellos mismos, como todos los seres humanos, llevan en su interior sin coscarse jamás porque las religiones les han enseñado que dios está por ahí danzando y lo controla todo con mando a distancia,que la mismo que los ama los tortura y sólo piensa en ellos como títeres de guiñol, para cuando se aburre de saberlo todo y necesita vidilla, delegando en poderes que han perdido la línea divisoria entre política y devociones dogmáticas y litúrgicas, pero que cuando viene alguien con la intención de demostralo, no sólo lo desprecian y lo aplastan, es que además lo matan, lo crucifican, lo queman y lo sepultan en el olvido, como vienen haciendo desde el Paleolítico Inferior por lo menos y que se sepa...Qué peña subrogada de lo peorcito del universo, ains!
No en vano a quienes, enredados y perdidos en obsesiones, instintos y emociones, y por ende sin capacidad para generar sentimientos se les llama desalmados. No es casualidad. Pero sí muy triste que el desalmamiento esté tan extendido en las clases y castas dominantes y que se esté convirtiendo en normalidad para el resto de la población global, y especialmente en la España de las banderas y del despiste ético aplicado como sistema educativo y conductual.

El alma inspira, el espíritu fecunda y  la conciencia materializa esa trinidad universal lo mismo en el Yinn y el Yang unidos en el Tao, que la paternidad/maternidad y la filiación en el espíritu, que en la psique el SuperYo y el Ello freudianos fundidos en el YO autónomo responsable de sí, como el Padre y el Niño de Berne se unen y maduran juntos en el Adulto, como los tres géneros femenino, masculino y andrógino, como los tres cuerpos: físico, emocional y mental, todos tienen su equivalencia funcional y simbólica en la trascendencia percibida desde una multitud poliédrica de aspectos con  dimensión y repercusión universal, como efecto cuántico entre mundus maior y mundus minor.
Pero todo ello sólo actúa y se manifiesta en nosotros si vamos siendo capaces de reconocer y de gestionar los elementos que tenemos a nuestra disposición para crear lo que vivimos asumiendo lo que percibimos y distinguiéndolo de lo que somos. 

Veamos el catálogo  de que disponemos a la hora de distinguir los ingredientes del menú, como dirían en Pasapalabra, la fase  "Qué es qué". 
Triunfan los señuelos  gastronómicos por todas partes mientras  la sociedad se olvida de la nutrición más importante de todas, o sea, de cómo nutrir la racionalidad-emotiva, la inteligencia emocional que sostiene en el fondo el sentido de la vida, porque sin ella sólo somos precarios animales de medio pelo que no dan la talla en ninguna especie, ni como protozoos, no como insectos, como cuadrúpedos, crustáceos, peces, aves o reptiles no valemos un real de antes ni un ridículo eurocéntimo de ahora, es más, como seres pensantes y sentientes, en el plan actual, somos una plaga letal para el Planeta con el que somos uno y del que para colmo dependemos nos guste o no.
Algo está fallando gravísimamente y es el conocimiento psicoemocional de nosotros/as mismas.

Vamos a ello, investigando en nosotros y desde nosotros el poder cósmico y terrenal del lenguaje que manejamos y que cuando no lo conocemos, acaba siendo la herramienta más eficaz de manipulación por parte de la perversión interesada de unos pocos y de la ignorancia y/o la negligencia de todos los demás.
Es historia real que con el  poder de la mentira mediática creadora de espejismos sociales se falseó y pulverizó el cristinianismo original (el emperador Constantino fue el Himler del momento) dando lugar  a sectas crueles y fanáticas enfermas de poder absoluto haciendo guerras entre sí para evitar cualquier atisbo de retorno al evangelio, y siglos depués en la misma onda, nació el nazismo que arrasó el mundo en seis años exterminadores, como en paralelo se falseaba el marxismo con el leninismo y a continuación brotaba la perversión completa del stalinismo. Lo mismo sucedió en España con el franquismo golpista y exterminador de todo impulso que no favoreciese a una oligarquía que ha llegado hasta hoy tan campante entre nosotros, que aun respira con el oxígeno prestado por el analfabetismo estructural de un pueblo que sabe distinguir las letras, juntarlas y separarlas pero desconoce el significado real de los términos lingüísticos que hacen de él un felpudo comodísimo para el feudalismo rampante que nos desgobierna en la actualidad.

El motor y la herrmienta multiusos de todos los procesos padecidos los más  y disfrutados los menos, de lo excelente y de lo pésimo, a través de los siglos, fue y sigue siendo el lenguaje, la palabra como portadora de la idea, secuestrada por la desconciencia, pocas veces vehículo de luz, y casi siempre de tinieblas y confusión estratégicas. Confunde que algo queda es el lema del tinglado jerifalte.

Comencemos el repaso:

Miedo, es una emoción ligada al instinto de supervivencia capaz de desencadenar lo peor en todos los aspectos.

Sumisión, represión voluntaria de la propia conciencia ante fuerzas que se consideran por encima de la propia libertad y dignidad, con el resultado de un deterioro de la voluntad, los derechos y el libre albedrío, a cambio de una falsa seguridad y de unas miserables ventajas, ya que todo aquello que nos impide la libre realización de nuestro ser es una miseria y una falacia.

Amor, es el sentimiento por excelencia, original y genuino, que supera instinto, emoción y pensamiento y los pule, los armoniza entre sí, los ilumina, los transforma hasta fundirlos en lo más elevado, inteligente y creador que podemos alcanzar como especie. Y sobre todo Se materializa en igualdad, en justicia, en empatía, comprensión sin barreras e inteligencia al servicio del bien común e individual. Fraternidad y respeto en las relaciones comunes.

Empatía, es un sentimiento que desarrolla la capacidad intelectiva y sensible de acoger a los demás como a uno mismo.

Compasión que equivale también a misericordia, es una emoción que surge instintivamente ante el dolor de los otros, y está unida a la cooperación biológica de la inteligencia natural en muchas especies vivas, que establecen el apoyo mutuo de la simbiosis.

Lástima, emoción para salir del paso ante uno mismo y ante los demás sobre todo, y no quedar como insensibles pero sin mojarse demasiado para que las cosas cambien  y ya no haya nadie que merezca esa lástima porque ya se hayan eliminado las causas que la producen.

Deseo, es una emoción ligada a la mente o/y al instinto.

Poder, es un instinto ligado al pensamiento.

Placer, es instinto emocional que a veces busca recursos y trucos poco inteligentes en el pensamiento.

Odio, es una emoción  que  nace espontáneamente del miedo.

Violencia, es la perversión del la emoción y del instinto que puede ser más perversa si también se instala en el pensamiento y al servicio del odio se convierte en estrategia.

Ambición, es un instinto que la mente adopta como tarea depredadora de bienes, status y recursos, méritos y prebendas, con el fin de acumular más que nadie.

Orgullo, una emoción muchas veces "razonada"  y justificada por un pasaporte o una partida de nacimiento o una bandera o un equipo de fútbol, que se convierte casi siempre en un grave obstáculo del ego muy mal interpretado por sus fans, entendido como dignidad y satisfacción por algo que se ha hecho bien a juicio de uno mismo, y muchas veces sólo en apariencia. Ejemplo: estar orgullosos de pertenecer a una casta, a un estamento institucional o a un país determinado por el hecho de haber nacido ahí o de haber obtenido reconocimientos y títulos hasta por parte de otros paisanos mientras uno está repanchingado en un sofá, birra en mano, sin considerar qué cualidades reales y decentes nos aporta de verdad ese hecho, aparte del maquillaje, la fanfarria  y la encuadernación a cara vista. Cuántas veces habremos oído salidas como "Qué orgulloso estoy de ti" "Qué orgullosa estarás de tus hijos", etc, etc...La verdad es que lo que se siente, -si es que no se vive parasitando las vidas ajenas ni vampirizando los méritos de otros como propios-, es una gran alegría por el bien ajeno que nada tiene que ver con chupar rueda ni ponerte medallas por aproximación, parentesco o amistad, por lo que tú no has hecho. Mal asunto la españolísima trampa del orgullo generalizado. Luego, en ese plan todos se escandalizan de Puigdemont en Bruselas prisionero en libertad, no  solo del pp sino de su orgull català ya paralizante y testarudo per collons y olvidado, a estas alturas, del bien común que es el de Catalunya, en un callejón sin salida que ya a nadie beneficia y a todos perjudica. Sólo se explica desde el orgullo insostenible y la obcecación del desesperado institucional, pero fracasado práctico haga lo que haga el Consell, que sea incapaz de reconocer en público lo que piensa en privado y los medios del régimen han utilizado contra él.
Lo mismo es aplicable a la dosis de ego del falso constitucionalismo cerrojil usado como cruel y sucia herramienta electoralista tan ramplona como cansina e insoportable. Como ese pp super satisfecho del desastre en que ha hundido, entre torpeza y maldad, el estado desde el atraco al Estatut en 2010, hasta la fecha. Un lamentable y vergonzoso récord histórico en el reino de Ostialand. Y para más inri manipulando sin parar leyes, tribunales, selfies de eccehomos , jueces, crímenes, psicópatas, delitos, víctimas, rencores homeopáticos, vengazas de Don Mendo y lo que se les tercie. Qué alucine...

Egoísmo, es un total instinto básico, mucho más calculador que emotivo, adaptado por la mente reptiliana, alérgica al neocrotex cerebral y que lleva en sí como mater et magistra y agenda laboral, en plan coach y hasta como gurú compiyogui. Ah, y  a la mariconada del sentimiento blandengue y feminstoide ni agua, por su(s)puesto(s) o sea, of course...

Alegría, es una emoción provocada por estímulos apacibles y agradables.

Pena, otra emoción opuesta a la alegría pero que responde a estímulos sombríos e ingratos.

Felicidad, es un sentimiento que nace del encuentro entre la alegría y la mente creadora. Y que se diferencia de la emoción en que no es tan breve como ella, sino un estado en el que descodificar la existencia y que no depende ya del estímulo temporal sino de la conciencia gestora que se hace responsable de sí misma y de la proyección vital de esa experiencia, por encima, por debajo y por el medio de lo que pueda suceder. Se convierte en una opción para vivir serenamente con una misma y con los demás.

Tristeza, es el sentimiento que deriva del encuentro entre la pena y la mente. Y como tal sentimiento, significa que su duración y su intensidad ya no dependen tanto del estímulo emotivo que lo produce, como de la volutad consciente de mantenerlo en activo afianzado en nuestro ser como si fuese parte de él, cuando en realidad los sentimientos son creaciones nuestras y de nosotros dependen su poder y su fuerza interventora en nuestras vidas.

Dolor, es un trauma que puede proceder del exterior y de nuestro interior, y muchas veces es dificil separar lo uno de lo otro; hay dos tipos de origen del dolor: el físico y el psicoemocional. Los dos tienen a la emoción como madrina de honor. El físico lo cura la medicina y sus remedios. El psicoemocional depende de nuestra lucidez y honestidad para focalizar la causa y de nuestra voluntad y determinación depende fabricar el remedio y curarlo para que no se nos transforme en lo siguiente que es el :

Sufrimiento, un sentimiento potentísimo, arrasador y torturador muchas veces, que procede el dolor mal curado o no curado en absoluto, que se convierte en obsesivo monotema enfermizo y machacante desde el pensamiento unido a los indicios somáticos unas veces y produciéndolos otras. Puede acompañar al dolor físico incurable como es el de las enfermedades crónicas y degenerativas, que tiene una lógica aplastante en la fisiología, pero además puede convertirse en una variante patológica de todos los males y trastornos e incluso, acabar produciendo y perpetuando los síntomas en la vertiente psicosomática, en ese terreno donde entra el poder enorme del sentimiento.
Ahí es donde podemos intervenir desde la voluntad y la toma de conciencia de nuestra participación directa en el proceso en que el sufrimiento se  convierta en un estado general patológico que se apodere del sujeto y cuya sintomatología no se cura a base de medicamentos sino a base de cambios de vida serios y pertinentes.
El autotratamiento de atención al interior es fundamental para cambiar la fijación de la mente presa de y conectada con el sentimiento de sufridor-víctima especialmente de uno mismo, y colocarla a trabajar para fabricar la salud mental y emocional necesaria, que con la mejoría in crescendo que se produce y se nota, irá transformando ese sentimiento frustrante y demoledor, -convertido en hábito de enfermedad-, en hábito de salud.

Hay momentos en que es necesario cortar por los sano el hilo del autosuplicio, como es cambiar los pensamientos tóxicos en cuanto se detecten ciertos síntomas recurrentes como por ejempo mensajes del tipo: "esto solo me pasa a mí. ¿Qué estaré haciendo mal para merecer este castigo?, cómo se han ensañado conmigo, yo no merezco algo así, esto es injusto, la culpa es del estado horrible que tenemos, la culpa es de la mala educación que nos han dado, la culpa es del sistema, la culpa es de mis padres, la culpa es la voluntad de dios, la culpa es del disgusto que me llevé con la separación o con los cuernos de mi pareja , o el despido del trabajo, o es de mi familia que no me entiende, de los amigos que no ayudan y sólo me recuerdan lo mal que está todo, del clima que no aguanto ya sea por el frío o por el calor...esto no puede salir bien porque es imposible, nada sale bien nunca a los pobres desgraciados...la culpa es mía porque soy torpe y un mindundi al que nadie toma en cuenta"

En fin, que el sufrimiento deformante de experiencias y percepciones es capaz de hacer estragos y mucho más daño que el peor de los dolores físicos siempre remediables o al menos atenuables. Y ese sentimiento demoledor sólo lo puede erradicar nuestra conciencia lúcida, nunca las barbaridades repetitivas, inexactas, exacerbadas, autocompasivas o autoflageladoras que el sujeto afectado se aplica a sí mismo.

Por esa razón es tan importante dejar de ser analfabetos racional-emotivos (o sea, dejar de creer que se tiene toda la razón del mundo mundial y que ya se sabe de antemano y por escarmiento imaginario todo lo malo que va a pasar) y que desconociendo la sustancia esencial de lo que se dice, y sin saber las consecuencias de tanto despotrique muy legítimo pero estúpido y fatal, se está decretando contra sí mismos, y que con un cambio adecuado se consiga manejar y aprovechar la riqueza saneadora del pensamiento y del sentimiento, y que no sean los instintos ni las emociones primarias siempre irracionales pero convertidas ya en fijacion perenne que invade la mente y la llena de respuestas justificadoras prêt-a-porter, del estado patológico  en proceso de cronificación psicoemotiva.
No olvidemos que para bien o para mal, la palabra se hace carne y se queda a vivir dentro y entre nosotros sí o sí, y tiene consecuencias palpables. Y que ese concepto no es sólo un mantra cristiano, ni cosa religiosa ni filosófica ni de lingüistas obsesivos, sino una realidad antropológica y palpable que no deberíamos dejar en el arcén mientras el cotarro va de cabeza  hacia la destrucción de nuestra especie como si no hubiese mañana ni un después.

Ilusión, ah, con el flipar hemos topado, familia buscadora. ¿Qué es la ilusión? ¿Instinto, emoción, pensamiento o sentimiento, manipulación inoculada o rollo inventado por uno mismo para escapar de la realidad imaginando callejones con salida más que dudosa a juzgar por los resultados subsiguientes?

Ya he comentado varias veces en este blogg su etimología que habla por sí misma. Illudo, illudere, illusi, illusum, es el verbo latino que da origen a la expresión y cuyo significado no es precisamente montarse historias bonitas ni "soñar" despiertos que la vida será  Jauja cuando menos te lo esperes o que van a gobernar "los nuestros" por mayoría absoluta dentro de nada. No, ni hablar del peluquín. Su significado es mucho más dramático que gozoso: ser burlados, ser engañados con triquiñuelas y motivo de pitorreo por ser tontos y gilimoñas.

La ilusión en nuestra cultura ha ido perdiendo su significado original, debido a la normalización del engaño, ha perdido su esencia de origen y se ha convertido en lo más normal del mundo, por eso el término se nos ha quedado en algo muy ligth, nada digno de atención, y se reduce a un supuesto imaginario que aparece en la mente humana sin que tenga una correspondencia en la realidad tangible y experimentable, y mucho más próxima a los divertidos trucos de un ilusionista que a otra cosa.
Se define como la expectación  sin fundamento acerca de la realización de un deseo bastante alejado de la realidad y con pocas posibilidades de realizarse, pero cuyas hipótesis animan un poco la desolación del desierto personal o social, según el caso, además de convertirse  en tema de conversación cuando las elecciones se aproximan. Por ejemplo, para los niños la existencia de Papá Noel o de los Reyes Magos por las fiestas navideñas, la creación de empleo estable por la demanda turística de temporada, la solidez de las pensiones en manos de Montoro y Fátima Báñez o la decencia y la justicia en un gobierno del pp. O confiar en el talento político y en la ética de Donald Trump o en llamar democrático a un régimen político  cuyo jefe de estado no es elegido por el pueblo sino por el dedo de un dictador fiambre con el único apoyo institucional de peso  y mérito sublime de un apellido dinástico y un toison de la familia y, por supuesto, volver a votar constantemente a los mismos incluso coloreados de naranja (amarga, claro) para disimular la azulada sustancia de siempre. ¿Se puede ser más ilusos, a que no? Pues así nos va.
Encantados con no reconocer ni de coña que si la Transición hubiese sido lo que sus paladines afirman que fue, nunca estaríamos como estamos hoy. Se habría educado este país de países, se conocería la historia reciente, no habría los baches vergonzosos de la memoria que hay llenos de cadáveres sin reconocer, sin pedir perdón, sin hacer justicia, como un fomento escandaloso del rencor que está convirtiendo a las víctimas en verdugos sin conciencia ni compasión ni sentido común para ver el daño que están haciendo a la colectividad restregando sus pérdidas irreparables, de las que la sociedad española de hoy ni de ayer es responsable. Lo son quienes no supieron afrontar la solución del terrorismo y se encerraron en su bunker de espaldas a la realidad política y plurinacional e hicieron de su capa y los votos un sayo inicuo.

Si aquella transición modélica en su momento no se hubiera degenerado, hoy por hoy, el pp ni siquiera existiría. No habría vuelto a gobernar la derecha jamás tras la dictadura y sus crímenes, y no por el encerrinamiento de la gente sino porque no habría habido ocasión de asquearse de las izquierdas-paripé que gobernaron sin cesar la friolera de 14 años, tras los cuales hasta los comunistas votaron a la derecha para que no gobernase más un Psoe corrupto hasta las trancas, no en la base sino en una cúpula cada vez más extensa y mutante.
Socialistas de pegatina y Roldanes, de polis y fuerzas de seguridad implicadas en asesinatos y torturas. Robos al por mayor y detall. Caciques hoy subidos a los altares socialdemócratas, que usaban los aviones del estado para evitar las colas en la carretera de Portugal a Sevilla. Socialistas, menos mal. Y la cagaron pero bien. No se privaron de corrupción en red, igual que ahora, ni de terrorismo de estado, como ahora, aunque esta vez es un terrorismo disimulado con el difumino de los tribunales a las ódenes de la tiranía legalísima y la víctima no es el cuerpo físico de nadie, sino los derechos, libertades y justicia del pueblo español.
Ilusión...Ilusión...Ya basta de ilusiones vacuas y estúpidas. Y de defender lo indefendible. ¿Acaso no ha sido la ilusión independentista que no es mayoritaria, sino parcial (2 millones frente a 7) llevada al extremo del destarife hasta tener presos políticos como en el franquismo, la causa de que Catalunya esté siendo machacada, asaltada y lacerada por la barbarie del pp y sus sicarios que no saben cómo se negocia ni cómo se solucionan los problemas políticos creados por ellos mismos, sin enredar a los jueces ni apalear ciudadanos y arruinar la economía?  ¿Acaso con una Transición capaz de cerrar costuras y eliminar los flecos de las tensiones pendientes hubiéramos llegado a este estado de hecatombe? Si la transición ha producido un Felipe González, un Aznar, un Zapatero en las nubes, un Rajoy y un Rivera,un Rato o un Camps, un Fabra, una Castedo, una Susana Díaz y un Pedro Sánchez...y tramas de corrupción en ristras interminables como los ajos, qué clase de transición ejemplar ha sido ese fenómeno polstergeit, más digno de Cuarto Milenio que de escaños repetidores en ningún Parlamento? Y todo, todo  llenito de ilusión a tutiplén...Transición, ilusión, qué sentido del humor y qué cinismo eufemista cuando solo se habla desde el imperio del tópico y no se conoce la realidad de la base social de los barrios y municipios que no se llamen Madrid, Barcelona o Valencia, esa gente desconcertada que no necesita más ilusiones sino soluciones políticas a problemas políticos y menos juegos malabares en su nombre. Ilusión no es instinto, ni emoción, ni ideales ni sentimiento,es simplemente el timo estatal de la estampita, que no queremos ni en broma.

Os invito a que sigáis clasificando, poniendo nombre, localizando y analizando la lista de todo aquello que sea susceptible de aparecer e influir en nuestra/vuestra esencia humana con el poder de modificarla a mejor, a regular, a peor o a fatal.Que serenamente os vayáis empoderando de lenguaje, no para manipularlo sino para liberarlo de las cadenas del poder, sin crear otro poder encadenante, sino el derecho a expresar libremente la libertad sin amordazar. La conciencia no puede ser amordazada, como el perfume y el aroma de los buenos guisos, se escapa y  aromatiza todo aunque puertas y ventanas están cerradas a cal y canto.
No perdamos de vista de vista que somos responsables de lo que elegimos pensar, sentir y realizar, o sea, del ambientador y la colonia que utilizamos y dejamos en el aire.
Y que en definitiva, todo depende de cómo vivamos e integremos lo que nos sale al paso en la vida en cada momento, sin confundir lo irremediable que haya que asumir sin más con lo remediable que podemos cambiar, tratando de simplificar en lo posible las gestiones y de no amargar la vida propia ni la del prójimo metiendo las narices (como en un Sálvame controlador de todo menos de sí mismo) en los instintos, emociones y mentes ajenas y mucho menos obligando a nadie a pensar y a sentir lo que a nosotros nos conviene por el  motivo que sea.
Os aseguro que es un camino muy práctico, ético, lúcido, sencillo y con buenos resultados, por lo pronto para sí mismos y en consecuencia para todos y todas.

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