viernes, 1 de junio de 2012

EL CAMBIO ES IMPARABLE. TODOS DESPIERTAN


Valencia no se calla ni se para. Cada día de la semana los ciudadanos que la injusticia y la corrupción maltratan, trabajan para el cambio. Sin descanso. A tiempo y a destiempo.




Guardias civiles critican el Día de las Fuerzas Armadas

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La Asociación Unificada de Guardias Civiles pide la supresión del homenaje a la bandera por considerarlo un "despilfarro innecesario".


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Ayer Valencia volvió a la calle. Los sindicalistas de todos los gremios y colores, más todos los ciudadanos    con dos dedos de frente, se agruparon y alzaron su voz para denunciar al caballo Atila de una administración que más bien parece una cuadrilla de sociópatas adiestrada por Jack el destripador, que un gobierno democráticamente elegido en un país del Occidente libre y civilizado. 
El clima, como siempre, fue animoso y optimista dentro de la catástrofe provocada por esas oscuridades indefinidas que van detrás de bildelbergar el mundo a su estilo y conveniencia. 
Una sorpresa estupenda fue encontrar manifestándose junto a una de las batucadas y sus tambores de paz,  a un grupo grande de personas que llevaban chalecos de identificación como POLICÍA  y debajo, UGT.
Me emocioné. Secillamente, Me conmovió el significado profundo de aquellas voluntades cívicas unidas. Primero les pregunté si de verdad eran "polis" o aquello era sólo una performance irónica para criticar los métodos represivos. Pero no lo era. Eran ciudadanos, servidores del orden público, que comparten los mismos valores, indignación, preocupaciones y esperanzas que sus conciudadanos. Que desean un cambio radical en la desvergüenza dominante. Y ahora veo que la Asociación Unificada de Guardias Civiles pide la supresión del día de las fuerzas armadas por considerarlo un despilfarro innecesario. Es maravilloso sentir como la indignación que impulsó los primeros pasos del despertar cívico, justo hace un año, está fructificando en reflexiones muy serias y transformadoras. En pasos decisivos y sin marcha atrás, porque cuando se despierta por dentro y se contempla el disparate inhumano en que la sociedad se ha convertido, ya no hay nana que te vuelva a dormir. Y una vez más me siento orgullosa de mi abuelo Guardia Civil, una de las personas más honestas y decentes que ha conocido en toda mi vida. Él y mi abuela, su compañera y su réplica exacta de humanidad genial, fueron los responsables de que mi conciencia, desde niña, aprendiese a ver la realidad con los ojos justos de la ética y de la misericordia. Y creo que hoy, si ellos estuviesen aquí físicamente, me acompañarían en cada manifestación y serían unos yay@flautas impecables. Estoy segura de que mia abuelo habría suscrito la petición de sus compañeros del siglo XXI para suprimir el despilfarro sin sentido del "día de las fuerzas armadas". Cuando se celebraban estos mismos desfiles en la dictadura, mi abuelo nunca quería verlos en la tele. Y decía "¿ a caso se celebra por todo lo alto el día de los pobres y de los abandonados y de los olvidados y de los huérfanos y viudas? Pues mientras no se celebre, que no cuenten conmigo para este carnaval". Salvó, junto a mi abuela, a  presos políticos de la cárcel y de la pena de muerte. Y compartieron lo que tenían, -hasta su casa- para salvar del hambre y de la ignorancia a los más machacados. Santos y bienaventurados naturales, 15M anticipados, que sólo Dios y los que sufren o son igual que ellos, reconocen como algo suyo y que quienes tuvieron la suerte de encontrarles en esta vida, nunca podrán olvidar. La mejor herencia que me dejaron, fue su ejemplo transparente como la luz.




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