miércoles, 13 de junio de 2012

LA CARTA DE MARIANO O UN HABEAS CORPUS INSEPULTUS


Rajoy pidió sin éxito que actuara el BCE tres días antes del rescate

El presidente envió un texto a Van Rompuy planteando ceder soberanía para resolver la crisis de la deuda



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¿Qué se puede hacer cuando quien te está gobernando con un respaldo trufademocrático mayoritario se cuenta a sí mismo y pretende contar a Europa los cuentos de Calleja? Si leeis la carta de Rajoy a  los líderes europeos, mareando la perdiz y sin concretar datos, ni cifras ni proyectos, y el relato que hace de sí mismo y de su maravillosa gestión, os quedareis de piedra. Entre la indignación y el estupor. Ya no es la mentira demagógica pensada y urdida con malicia, para salir del paso, es el convencimiento de que sus fantasías son realidad. Es que ve algo que sólo él puede ver, suponemos que animado por el retablo ejecutivo (de ejecución sumarísima) de las maravillas que le regala la oreja para manipularle con más destreza y de paso sacar tajada de la situación. Por eso se aísla y "descomparece" constantemente y cuando comparece en público es para repetir el mismo disco rayado. O sea, que sufre un proceso alucinatorio. Por eso cuando el domingo fanfarroneaba y se iba de varas en la rueda de prensa y no sabía responder a los periodistas, no era a causa del cinismo ni ganas de mentir, ni por ser descortés ni por escaqueo. Lo grave de Rajoy es que es sincero, que se cree lo que imagina. Y que vive fuera de la realidad común, sumergido en "su" realidad particular, de espaldas a la evidencia. Por eso, cada vez que abre la boca o se calla como una tumba,  tenemos esta sensación de caos y de desprotección absoluta hacia las instituciones que él maneja. No sabemos qué es peor, si su silencio o su discurso 
¿Cómo se puede afirmar que se está reformando una educación y una sanidad públicas que están abocadas a desaparecer como derechos cívicos y constitucionales? ¿Cómo se puede creer que se está reinventando el sistema de pleno empleo, cuando en cinco meses la lacra del desempleo no sólo no ha disminuído sino que ya afecta y supera a un 25% de la población activa, con la consiguiente ruina para la Seguridad Social, cuando el dinero del rescate que debería emplear el Estado en sanear y curar el paro se va a ir derechito a reforzar a los de siempre: la banca privada y su pozo sin fondo? Porque ha quedado clarísimo, por parte de Europa, que el dinero del rescate será para la banca y no para el Estado, pero, que de todas formas el Estado es y será  el último responsable de como se emplee ese capital prestado, o sea, que pintan bastos y espadas oxidadas, en lo que Rajoy pretende vendernos como oros y copas de relumbrón. Tras el cuento fantástico de los perros envueltos en salchichas de Frankfurt no hay transparencia alguna y a  los ciudadanos - no sólo al Parlamento a puerta cerrada- nos urge conocer dónde caerá la responsabilidad material y contante de la solvencia de ese débito monstruoso. Cienmil millones de euros. La hipoteca impagable sobre nuestro futuro civil, sobre nuestro nietos, bisnietos y tataranietos ,que nos dejará en la misma situación del franquismo en la posguerra, con racionamiento de trabajo, de remuneración, de derechos, de recortes y miserias añadidas, con colas para comprar el pan a cuentagotas a base de cupones reguladores, pero con el estraperlo bajo cuerda, para lavar la cara a los excesos millonarios y evasores de una  banca absolutamente corrupta y espesa, salvaje y fuera de todo control, que como un narciso tonto y suicida, se gasta sus propios fondos en acicalarse y compararse trajes forever young , cuando está suspendido en el abismo. 
¿Cómo confiar en un sistema de "crédito" que se basa en vender el alma al diablo para poder subsistir miserablemente y trabajando como acémilas? ¿Cómo cooperar con un sistema que exige todo a los que dependen de él, pero da carta blanca a los que se llevan el dinero a espuertas a los paraísos fiscales, en las mismas narices de la "autoridad", por ejemplo del FMI, más entretenida en reunirse para espiar a Strauss Khann que para replantear la inmoralidad del peso insostenible de una deuda que asfixia  a las economías del mundo y pone de manifiesto  una fiscalidad inexistente ante  la estafa impune que está liquidando la civilización humana para implantar matrix? 
¿Cómo creer a este Mariano y su relato de gobierno-ficción, después de escucharle y leer su carta, en la que sólo se dedica a echarse incienso, mientras la sombra del desastre sobrevuela España y Europa? ¿Cómo creer a este Mariano, más preocupado por no perderse un partido de fútbol en olor de  autoridad, que en emplear plenamente todo su tiempo en arreglar lo que se le está escapando de las manos cada vez más rápido? 
No puedo evitar el recuerdo de Berlusconi, cuando en medio del caos creado y aumentado por él mismo, sólo pensaba en el bunga-bunga, en el de Paco Camps cuando en medio de la ciénaga de su corrupción se iba a los carnavales de Río o el de Nerón, cuando con las legiones de Galba en la puertas de la Domus Aurea, su palacio, sólo se lamentaba de tener que morir sin dar un recital en el Coliseo. No sé si es que el poder vuelve idiota e inmoral a quien lo alcanza o es que sólo los idiotas e inmorales se interesan por él. Creo que sería un buen tema para una tesis doctoral. O para un tratado de psicopatología de la función pública.

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