Benedicto XVI destituye al obispo fotografiado con una mujer
Bargalló, presidente de Cáritas Latinoamérica, ha admitido mantener una relación sentimental con su amiga
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La moral católica hace honor a su costumbre: castigar " el delito" cuando la imagen lo hace público.
Sin embargo aún en esas condiciones Benedicto y su corte se despachan a gusto con las destituciones, si además hay alguna mujer de por medio. ¿Qué oscuros atavismos misóginos se esconden bajo las sotanas para considerar mucho más grave, condenable y destituible un baño cariñoso de un obispo en el mar en compañía femenina y adulta, que los miles de casos de pederastia y pedofilia, pillados con las manos en la masa y sufridos en silencio por miles de criaturas a lo largo y ancho de la catolicidad militante? ¿Qué es más grave, un baño compartido a plena luz entre adultos en pleno y libre consenso o la profanación de la inocencia y de la dignidad de un ser humano indefenso atrapado por la líbido enferma de un maestro o un "padre" espiritual (¡?)? Sólo una misoginia aberrante es la respuesta. El pecado, a los ojos de la curia ratzi-benedictina no es violar niños, sobre todo si son del mismo sexo, sino la posibilidad de enamorarse limpiamente de algún miembro del sexo opuesto. ¿Cómo es posible que todavía haya alguien que leyendo el Evangelio y viendo su " traducción" en las conductas de la iglesia católica, defienda, financie y esté de acuerdo con ese sepulcro blanqueado o con la raza de víboras que lo justifica y lo camufla, como lo hubiese llamado Jesucristo viendo el panorama actual, tan igual al de los fariseos de su tiempo? No sólo no dan a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, sino que además de no pagar impuestos por sus bienes incontables, le quitan al hombre la capacidad de amar sanamente para convertirlo en un tarado y en un enfermo sexópata, impidiéndole reconocerse tal como Dios le hizo: Hombre y mujer les creó pensando; no es bueno que el hombre esté sólo. Y cuando creó a la mujer y se la presentó al hombre éste exclamó:
-Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Su nombre será mujer y por ella el hombre abandonará padre y madre, se juntará con su mujer y serán una sola carne.
Los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza.(Gn 2, 18-25)
Qué distinta interpretación de la foto "pecaminosa" se des desprende de los textos bíblicos, ¿verdad? ¿Dónde está el pecado, en la foto o en los ojos y en la mente que ven y piensan suciedad donde sólo hay amor y cercanía?
Don Ratzinger, porfa, lávese la mente con la pureza real y los ojos con el colirio de la misericordia y la justicia. Y luego, cómprese también un billete para las Islas Salomón. Que si se suma al pp, les harán descuento por viajar en grupo.
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