Lo tienes super fácil, Cristina
Le basta con presentar el registro de entrada del depósito del
Trabajo de Fin de Máster, así como los registros de salida tanto del
nombramiento de los miembros del tribunal, como de la convocatoria del
acto público de defensa del trabajo

Si Cristina Cifuentes
quiere empezar a recuperar su credibilidad perdida hay algo que no
debería hacer al dar explicaciones ante la Asamblea madrileña: escudarse
detrás de la Universidad Rey Juan Carlos. Por mucha culpa que la
institución pueda o no tener, sólo a ella le corresponden las
explicaciones políticas por lo que, a todas luces, ni se corresponde con
un trato ordinario a un alumno, ni responde al comportamiento normal de
un alumno a la hora de cursar sus estudios y obtener un título
académico.
Igual que la Universidad Rey Juan Carlos
nunca debió trasladar un problema generado por su propia mala gestión al
conjunto de la universidad española, solicitando de manera totalmente
inconveniente y frívola el concurso de observadores externos solo para
que le sirvan de parapeto y coartada, la todavía presidenta de Madrid
debería ahorrarnos más excusas y asumir en primera persona la defensa de
su caso. Además, lo tiene muy fácil, no es ni mucho menos una misión
imposible. Pan comido para alguien que consiguió el milagro de que le
cambien una nota por email.
Si algo produce la universidad pública española es papel
oficial, toneladas de papeles y documentos oficiales y registrados para
acreditar sus procedimientos. No lo hacemos porque tengamos alma de
burócratas, o nos guste especialmente el papel oficial, sino porque así
se garantizan los derechos de los alumnos a recibir una calificación
justa e imparcial y el derecho a reclamar sin creen que no ha sido el
caso.
Ya no tiene siquiera que buscar más el famoso
Trabajo de fin de máster. No despejaría las dudas. Hay varias webs en
internet donde se pueden conseguir TFM instantáneos y listos para
entregar a precios muy asequibles, por eso las universidades llevamos
tiempo invirtiendo en programas antiplagio. Por suerte, le basta con
presentar el registro de entrada del depósito de dicho trabajo en el
departamento responsable del título, así como los registros de salida
tanto del nombramiento de los miembros del tribunal, como de la
convocatoria del acto público de defensa del trabajo. Esas anotaciones
han de figurar en el libro de registro del centro y encontrarlas no
debería llevar más de cinco minutos. No lo tienes fácil, Cristina, lo
tienes súper fácil. Sólo puede haber una razón para no hacerlo; que no
se pueda porque no constan tales registros.
En cuanto
al régimen especial de su asistencia a clase en un máster presencial o
al sistema de evaluación seguido en su caso, al parecer diferente al del
resto de los alumnos, la acreditación de que el máster había reconocido
la singularidad de sus circunstancias resulta aún más fácil: basta con
aportar el acuerdo de la comisión académica del propio máster donde se
haya autorizado y fundamentado esa excepcionalidad, debidamente
justificada conforme a la normativa universitaria.
Porque en la universidad pública española no se obtienen títulos “yendo a
clase cuando podía”, ni las notas las ponen los profesores “llegando a
acuerdos informales” con los estudiantes. Cuando Cristina Cifuentes
alega eso para explicar las peculiaridades de su caso se equivoca de
país y se equivoca de universidades.
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