Catalunya en Comú opta por un tándem hombre-mujer para dirigir el partido
Arturo Puente
Catalunya en Comú subirá este domingo un peldaño
más en su construcción como partido iniciada hace ahora 12 meses. Un
agitado año después de que nacieran como formación, los comunes
aprobarán ahora tanto los estatutos como los reglamentos para elegir
nuevos órganos, en un proceso interno que acabará antes de verano. A
partir de entonces la dirección de la formación no descansará solo sobre
Xavier Domènech, como hasta ahora, sino que se optará por la fórmula de
la bicefalia, con un hombre y una mujer al mismo nivel.
Se da por hecho que Xavier Domènech continuará siendo parte de esa dirección. Más dudas hay sobre la mujer que debe acompañarle en la posición de máxima responsabilidad del partido. El nombre de Elisenda Alamany, la portavoz del grupo parlamentario y número dos en la lista por Barcelona, suena con fuerza para hacerse con la plaza de coordinadora general junto a Domènech, pero aún no hay nada decidido. Tratándose de los comuns, el nombre de Ada Colau nunca puede descartarse, aunque en la confección de los actuales órganos, la alcaldesa ya prefirió quedarse en su segundo plano como miembro de la Coordinadora, que ahora pasará a llamarse Consell Nacional.
La decisión de a quién colocar en la cúspide de la formación la acabarán tomando las candidaturas que se presenten a las primarias. En el proceso de selección, que se llevará a cabo antes del verano, se elegirán al mismo tiempo la máxima dirección y la ejecutiva, formada por 30 miembros, además de un amplio Consell Nacional de 200 personas. Este Consell incorporará criterios territoriales y de genero, y será el encargado de tomar las principales decisiones de la formación entre asambleas.
Respecto a la articulación territorial, la apuesta es desplegar el partido desde los municipios en los que ya hay equipos vinculados a los comuns, aunque abriendo la organización para intentar incorporar a gente nueva que hasta ahora no se había sentido atraída por la política. Además, habrá un nivel intermedio entre el nacional y el local, articulado en torno a las veguerías catalanas y pensadas como coordinación de los órganos locales.
La idea es llegar a las elecciones municipales con la confluencia formalizada en la mayoría de localidades, donde se trataría de formar candidaturas propias y conjuntas de todos los actores constituyentes de CatComú, ICV, EUiA, Equo y Barcelona en Comú, además de Podem una vez Domènech ha obtenido el aval de los militantes como secretario general. Cuando se avance en los procesos de confluencia, serán las propias organizaciones locales las que podrán decidir ir o no en coalición con otras formaciones.
Los comuns entienden que las elecciones municipales deben ser su gran momento de consolidación y crecimiento, jugando en un terreno que les es, a priori, favorable. Los municipios serán también los ejes sobre los que tratarán de expandir el partido a nivel orgánico. Para ello, además de la articulación interna, los comuns han diseñado todo un sistema para abrir el partido a nueva militancia, comenzando por abrir sus asambleas a quien desee participar, o proponiendo espacios de trabajo técnico para que los registrados se impliquen más en el proyecto.
Todo con el objetivo de convertirse en una fuerza de alternativa, desde la izquierda soberanista pero no independentista. Un objetivo con el que Catalunya en Comú se creó en 2017 pero que hasta ahora se les ha resistido, por el pobre resultado en las elecciones catalanas. Las municipales que se celebrarán en un año serán su reválida, muy centrada en el ayuntamiento de Barcelona que han convertido en su principal palanca.
Se da por hecho que Xavier Domènech continuará siendo parte de esa dirección. Más dudas hay sobre la mujer que debe acompañarle en la posición de máxima responsabilidad del partido. El nombre de Elisenda Alamany, la portavoz del grupo parlamentario y número dos en la lista por Barcelona, suena con fuerza para hacerse con la plaza de coordinadora general junto a Domènech, pero aún no hay nada decidido. Tratándose de los comuns, el nombre de Ada Colau nunca puede descartarse, aunque en la confección de los actuales órganos, la alcaldesa ya prefirió quedarse en su segundo plano como miembro de la Coordinadora, que ahora pasará a llamarse Consell Nacional.
La decisión de a quién colocar en la cúspide de la formación la acabarán tomando las candidaturas que se presenten a las primarias. En el proceso de selección, que se llevará a cabo antes del verano, se elegirán al mismo tiempo la máxima dirección y la ejecutiva, formada por 30 miembros, además de un amplio Consell Nacional de 200 personas. Este Consell incorporará criterios territoriales y de genero, y será el encargado de tomar las principales decisiones de la formación entre asambleas.
Nuevos estatutos y estructura local
Lo que sí quedará visto para sentencia a partir de este domingo serán los estatutos. Según estos, las coordinaciones generales, tanto la nacional como las locales, serán colegiadas, con entre 2 y 4 miembros y de los que, al menos, la mitad serán mujeres. "La propuesta inicial era que hubiera entre uno y tres coordinadores, siempre con al menos la mitad de mujeres, en todos los ámbitos. Pero desde los núcleos locales se hizo la propuesta de que estuvieran formados siempre por más de uno y con un máximo de cuatro personas, una idea que se aceptó. Para la coordinación general nacional, la idea es que sean dos", explica Xavi Matilla, el responsable de organización.Respecto a la articulación territorial, la apuesta es desplegar el partido desde los municipios en los que ya hay equipos vinculados a los comuns, aunque abriendo la organización para intentar incorporar a gente nueva que hasta ahora no se había sentido atraída por la política. Además, habrá un nivel intermedio entre el nacional y el local, articulado en torno a las veguerías catalanas y pensadas como coordinación de los órganos locales.
La idea es llegar a las elecciones municipales con la confluencia formalizada en la mayoría de localidades, donde se trataría de formar candidaturas propias y conjuntas de todos los actores constituyentes de CatComú, ICV, EUiA, Equo y Barcelona en Comú, además de Podem una vez Domènech ha obtenido el aval de los militantes como secretario general. Cuando se avance en los procesos de confluencia, serán las propias organizaciones locales las que podrán decidir ir o no en coalición con otras formaciones.
Mirada puesta en las municipales
"Llegado el momento, el Consell Nacional dará una serie de indicaciones sobre cómo deben ser estas candidaturas, dejando márgenes para que en cada municipio se elija la mejor fórmula", indica Matilla. Según explica, tanto en los estatutos como en el reglamento han tratado, más que de coser, de "hilvanar" para dar una coherencia a los diferentes elementos que ya componen el movimiento de los comuns, que consta de núcleos y grupos municipales a nivel local, de un grupo en el Parlament catalán y de una representación en el Congreso y el Senado.Los comuns entienden que las elecciones municipales deben ser su gran momento de consolidación y crecimiento, jugando en un terreno que les es, a priori, favorable. Los municipios serán también los ejes sobre los que tratarán de expandir el partido a nivel orgánico. Para ello, además de la articulación interna, los comuns han diseñado todo un sistema para abrir el partido a nueva militancia, comenzando por abrir sus asambleas a quien desee participar, o proponiendo espacios de trabajo técnico para que los registrados se impliquen más en el proyecto.
Todo con el objetivo de convertirse en una fuerza de alternativa, desde la izquierda soberanista pero no independentista. Un objetivo con el que Catalunya en Comú se creó en 2017 pero que hasta ahora se les ha resistido, por el pobre resultado en las elecciones catalanas. Las municipales que se celebrarán en un año serán su reválida, muy centrada en el ayuntamiento de Barcelona que han convertido en su principal palanca.
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