Del caso Cifuentes al caso Ciudadanos
Desvela eldiario.es que
Ciudadanos ha encargado una encuesta para ver si la gente le dice qué
debe hacer con una presidenta de una comunidad autónoma que ha mentido
reiteradamente sobre cómo ha obtenido su currículo, ha abusado de su
posición de poder par obtener un titulo académico de nula validez, ha
enfrentado al gobierno de Madrid con una de sus universidades y ha
puesto en entredicho los logros de miles de alumnos de esa misma
universidad. Conociendo a los naranjas, no es de extrañar tanta pasión
por la demoscopia. Es lo más coherente y lo dice todo sobre el carácter y
la firmeza de las convicciones de la formación naranja: estos son mis
principios pero si usted me vota tengo otros; puro marxismo.
Todo el mundo en el Partido Popular sabe qué significa haber recibido
el mítico y letal “abrazo mariano”. Cristina Cifuentes hace como que no
lo sabe, pero lo conoce perfectamente. La presidente de la Comunidad de
Madrid va a morir con el mismo estilo que la marcado toda su carrera
política: la ausencia absoluta de solvencia y consistencia pero una
temeridad y una osadía tan frívolas como inagotables. Solo así se
entiende el ridículo de inventarse una conspiración del PSOE y el
malvado Ángel Gabilondo apoyándose en un titular oportunamente
proporcionado por su prensa más amiga y mejor subvencionada. No aprende.
Cifuentes perecerá políticamente como es ella: riéndose porque los
muertos somos nosotros.
El daño ya está hecho y Mariano Rajoy lo sabe. Tras el
funeral de Sevilla, ahora solo puede esperar y demostrarle a los suyos
que en el PP no se abandona a nadie; ni siquiera a quien se lo merece
por pensar antes en ella que en el bien del partido. Si en Ciudadanos
confían en que Rajoy les haga el trabajo sucio en Madrid, van listos. Su
estrategia pasará ahora por convertir el “caso Cifuentes” en el “caso
Ciudadanos”. No le va a dejar apuntarse el tanto, como con los
presupuestos que él aún negocia con el PNV mientras Rivera se las da de
estadista en la sala de prensa.
El truco de la
comisión de investigación resulta tan banal que no merece ni comentario.
Ciudadanos va a tener que pasar por apoyar una moción de censura para
echar a Cifuentes y va a tener que ejecutar justo aquello que se negó a
hacer en 2016: votar un gobierno de PSOE y Podemos. Algo que supondría
un misil directo a la línea de flotación de la estrategia que ha
permitido a los naranjas crecer y multiplicarse en las encuestas. Los
naranjas no pueden votar con Podemos pero tampoco pueden dejar que siga
Cifuentes arrastrándoles al abismo. Una contradicción que sólo puede
resolverles Rajoy y que, por supuesto, no les va a solucionar; al menos
gratis.
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