lunes, 3 de julio de 2017

Parlamentarios con voz y sin libreto

03 Jul 2017 (Publico)

Gaspar Llamazares


Portavoz de Izquierda Abierta y promotor de la plataforma Actúa.

Aprovechando una propuesta del PNV para reformar el Reglamento, el grupo de Unidos Podemos ha presentado una enmienda que, entre otras cosas, pide que se prohíba la lectura de las intervenciones en el parlamento. La causa, al parecer, radicaría en el debate de la moción de censura: el discurso extemporáneo del presidente del Gobierno como respuesta a la contundente requisitoria de la portavoz de Unidos Podemos. Una respuesta escrita, la de Rajoy, que no era tal. Frente a las continuas acusaciones de corrupción por parte de Irene Montero, el presidente hizo un canto a su gestión a la par que cuestionaba al candidato alternativo Pablo Iglesias.
La enmienda de prohibir los discursos escritos ha sido rechazada por la mesa. A pesar de ello, no me resisto a reflexionar sobre su oportunidad en estos momentos de cambio en la dinámica parlamentaria. Nos hallamos inmersos en una legislatura inaugural -en el sentido de la incorporación de nuevos actores-,  pero sobre todo de sustitución (esperemos que duradera) del modelo bipartidista por otro de representación pluripartidista. 
Porque comparto la necesidad de parar los pies a la degradación de la propia actividad parlamentaria, de la que forman parte los discursos leídos y su aberrante extensión en las réplicas e incluso en las preguntas orales e interpelaciones, me atrevo a afirmar que de nada serviría una prohibición que forma parte ya del reglamento del Senado y a la que nadie hace caso. No cabe duda que el discurso leído pierde autenticidad y veracidad, en definitiva abunda en la burocratización de la actividad parlamentaria. Su generalización supone el fin de la escucha para la deliberación, que es en esencia la actividad parlamentaria. Porque en el parlamento no sólo se elaboran las leyes (y ahora, ni siquiera, por los sucesivos vetos del gobierno Rajoy en minoría), en él se controla al Ejecutivo y a través de la dialéctica y la palabra se representan y contrastan las ideologías y los diferentes modelos. Lo contrario a esto es el monólogo, o como se dice ahora “el relato para los convencidos”, sin más ánimo que la agitación de los propios y la derrota de los ajenos mediante el ultimo recurso del voto. Con ello la democracia parlamentaria de un régimen de respeto a las minorías se degrada y se resume a sí misma como el régimen de la mayoría. No es de extrañar en este sentido la alergia de los gobiernos actuales a los contrapoderes y equilibrios democráticos como la Justicia y su tendencia casi irrefrenable a ocuparlos o acallarlos.
Santiago Zavala, al principio de “Conversación en La Catedral” (Vargas Llosa, 1969), se plantea “¿en qué momento se jodió el Perú?”. Como en el inicio magistral de la novela, me interesa cuándo y dónde empezó todo. Y con TODO me refiero a la degradación y devenir del debate parlamentario en monólogo burocrático del gobierno versus agitación profética de la oposición. Sobre todo porque considero que es en su reconducción donde se juegan mucho el modelo pluralista y la regeneración democrática de la que tanto se habla y tan poco se practica por la vieja y la nueva política.
La decadencia burocrática del lenguaje de los gobiernos está vinculada al estrechamiento de los márgenes para la política en el nuevo orden neoliberal. En ese escaso margen, aún no atribuido a los mercados, también ha incurrido el lenguaje tecnocrático y gestor de la alta administración del Estado. Como contrapunto, la oposición, aquejada por el mismo mal, ha renunciado a explorar, a moverse e incluso a desbordar los límites impuestos, sustituyendo la política en unos casos por el mismo lenguaje aburrido y tecnocrático del gobierno, en otros por el escapismo de un lenguaje profético dirigido a los medios, a la propia grey o a las redes sociales.
Por tanto, los distintos medios y la sustitución de la retórica por la comunicación también establecen los nuevos márgenes y presentan nuevos retos al debate parlamentario que no debemos ignorar. No obstante, subyace en el trasfondo otra cuestión, la incapacidad para salirse del libreto del gobierno o del partido político, lo que conlleva la esterilización del pluralismo interno y por extensión del pluralismo y del debate parlamentario.
Porque una de las demandas olvidadas del 15M y de buena parte de la sociedad española era sin duda combinar la representación con la participación política. La pregunta es, ¿de qué participación política hablábamos sin que el parlamento de los diputados vaya más allá de sus portavoces, sin la deliberación cruzada entre grupos, sin el reconocimiento de la diversidad de acentos y matices, sin la intervención y el voto en conciencia? En definitiva, sin combinar la obediencia al programa con la obediencia al votante en una democracia de nuevo tipo. 
¿De qué parlamentamos si discutimos de espaldas, sin lugar al mestizaje, la negociación o el acuerdo entre diferentes? ¿Cómo debatimos si la búsqueda de acuerdo se entiende como debilidad de carácter o traición a las ideas? Entre el aburrimiento tecnocrático y la agitación profética queda el territorio inexplorado de la política. La política como representación del conflicto de intereses y expectativas que late en la sociedad, pero también de la necesaria deliberación, transacción y compromiso para sacarlos si quiera y parcialmente adelante. 

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Esplendido analisis de Llamazares. En efecto, no es cuestion de prohibir que se lean las intervenciones en la Camara, sino de madurar politicamente, de insumision practica y educadisima in situ, de empezar a romper moldes y formas anquilosadas con los mejores modales, sin pedir permiso a nadie y sin imponer nada por la fuerza. Es mas, si yo fuera portavoz iria mas lejos aun, entablaria el dialogo y el discurso sin contar con el banco azul, hablando solo de los problemas, deficiencias, denuncias y guarradas sin citar nombres sino cargos en abstracto y hechos en concreto, y entraria directamente a debatir con el resto de sectores normales dispuestos a interesarse por los problemas de la ciudadania y asi', haria salir por alusiones a los que de verdad puedan aportar algo en serio, en decente y en democratico. 
El protocolo de la camara no contempla que salga a responder nadie que no sea citado expresamente por alusiones. Asi' que la mejor manera de silenciar besugos es no mentarlos ni invitarlos al estrado hablando de sus perrerias hasta que en la practica demuestren que han comprendido lo que significa ser portavoces civicos y dignos gestores del bien comun, no del saqueo, la prepotencia y la chuleria, que encima les encaloman a las victimas de su constante "que se jodan". Es mas, no me defenderia de sus insultos ni perderia el tiempo discutiendoles nada, sino que aprovecharia el turno de respuesta para dirigirme a los demas grupos que operan con coherencia y a la ciudadania para explicar las cosas que importan, sin hacer la minima alusion a los comportamientos impresentables de elementos igualmente impresentables. Es decir, les haria la cobra en todo mientras no se demostrasen  como merecedores de atencion y no de tratarles con prevencion y profilaxis. A una plaga que pica, invade y contamina no se le dan explicaciones, sino que se toman medidas para que desaparezca cuanto antes. Las explicaciones se las tienen que dar entre si' los encargados de exterminar plagas. Si un partido politico deviene plaga, pues hay que darle su tratamiento, no explicarle algo que nunca entendera' porque el nivel cognitivo no es el mismo para los humanos normales que para los humanos convertidos en  insectos plagueros y depredadores.


No esta' mal que lean sus discursos quienes no pueden, no saben ni tienen recursos para responder en vivo, en modo dialogante-debatiente. Quienes conciben la politica como un muermo, como una taxidermia de la lucidez in articulo mortis, como una autopsia, o como una pelea entre carneros, no tienen por que' dejar de leer democraticamente sus tratados insoportables que de todos modos nadie escuchara'; siempre son la misma monserga y el mismo portafolios de la demagogia encorsetada en los topicos que hacen inutiles eficacia, fluidez y entendimiento real, en pro de la 'estabilidad de hacer lo que hay que hacer', que nadie sabe lo que es, y la matraca sin fuste civico ni etico, tan lejos de la frescura y la naturaleza del debate parlamentario comme il faut. Esta' bien que no finjan ni tengan que ensayar las improvisaciones, que se muestren tal cual son: un torro incapaz de pensar y hablar al mismo tiempo sin enredarse con la vajilla entre platos, vasos, tazas, ciudadanos, sentimientos, ruizes, alcaldes y proverbios de sabiduria mejor peor y muy mucho  para quien sabe quien e insultos machistas de cacique silvestre... Al contrario, agradezcamos que lean al menos en el Congreso, porque si sus discursos fuesen espontaneos seria la debacle del hemiciclo y un cortacircuito mental en las redes sociales. Basta con escuchar los debates espontaneos del pp en lo mas intimo de Corruptoland grabados por la policia para comprender como se lo montan en plan espontaneo cuando no tienen a mano ningun discurso que leer. Ains!


En cambio quienes tienen la conciencia conectada a la red de la inteligencia colectiva no necesitan leer en los discursos nada que no sean cifras, cantidades, domicilios o nombres propios de lugares, o cargos, porque ellos mismos son el mensaje y el mensajero. Porque se sienten y son parte del tejido social y mas que representarlo, son su voz, su presencia y su energia. Son parte de la experiencia real y no dontancredos o loros y cotorras amaestradas repitiendo folio tras folio el mismo mantra, mientras los diputados afines y contrarios se duermen en los escanyos y la ciudadania desconecta la tele o el movil para no perder mas tiempo oyendo obviedades y perogrulladas sensatisimas, sobadisimas y remotisimas. Tan lejos que ya ni rozan la atencion sino es para quitar el sonido o apagar los aparatos retransmisores de tontunas sin mas fundamento que mentir a saco y chotearse del personal con un cinismo sin parangon. 


Un ejemplo practico: tras la ultima mocion de censura, casi nadie supo repetir algun mensaje concreto del discurso de Rajoy, se quedaron solamente con el tono y la falta de adecuacion  al discurso de Montero, a la que Rajoy no supo ni pudo responder, ni al de Iglesias, al que ni siquiera habia escuchado aun porque se adelanto' sin tener ni idea de lo que iba decir y sin responder a lo que se le habia dicho y denunciado con datos aplastantes en la primera parte de la mocion. Perogrullo presidencial absoluto que solo hablo' para si mismo y para la minima parte de bancada propia que le escuchaba haciendo verdaderos esfuerzos, porque el que no estaba grogui aun estaba cuchicheando con el vecino o trasteaba con el movil mandando twits por esos mundos contra Iglesias que aun no habia dicho esta boca es mia. O sea sin interesarse lo mas minimo por el discurso de su pproppio avatar. Lo mismo ocurrio con  Rafael Hernando. Nadie puede recordar de sus palabras algo mas que su insultante groseria intempestiva y absolutamente surrealista, que no aporto' nada de nada. Salvo un colocon de verguenza ajena.

A Iglesias, a Montero, a Garzon, a Baldovi y a los catalanes rompepatrias se les pudo escuchar divinamente y recoger ideas de sus discursos para reflexionar. Pero al pp ni chufa. Ni una medio aprovechable. Todo estaba tan precocinado, predigerido y pre-excretado, que hasta el pobre Moragas voto' con un 'si' a la censura en medio del ya caotico encebollado mental de su partido.

No es necesario prohibir la lectura a nadie, y especialmente en el caso del pp. Al contrario, oirle leyendo regueldos pseudopoliticos es la mejor propaganda autodestroyer, un perfecto autoretrato o auto-retrete, -que no hay mucha diferencia fonetica en el baile de vocales, verdad?- y un ahorro impresionante en publicidad electoral para el resto de partidos, que si', son capaces de hablar y de pensar al mismo tiempo sin tener que leer cronicas marcianas o ser inspiracion para bachatas y raps entre  el Intermedio i  els xics i xiques de Polonia.  







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