domingo, 23 de julio de 2017

Verso Libre

Un mundo apalabrado

Publicada 23/07/2017(Infolibre)
 Es una curiosa condición la de este mundo tan apalabrado en el que las palabras carecen de peso. La verdad es que casi nadie tiene tiempo para buscar una palabra de honor. El vocabulario de la prisa corre por las redes sociales y en un minuto cualquier hecho se convierte en palabras. La noticia de una muerte, de un suicidio, por ejemplo, vuela por el mundo y se llena de comentarios, chistes, opiniones, sospechas, vaticinios, advertencias, discusiones, respuestas, reproches, anuncios y festín de palabras, palabras, palabras…

La realidad necesita de nuestras palabras, de un permanente aquí estoy yo; y nosotros necesitamos del uso inmediato y público de la palabra para formar parte de la realidad. Al hablar de esta inercia no me refiero a los ámbitos privados, los grupos de amigos en los que la broma y el comentario resulta lógico. Tampoco me refiero en este caso a los profesionales de la información que trabajan la noticia, verifican los hechos y dan orden a los datos bien para comunicar y analizar un suceso con independencia y deseo de objetividad, bien para servir los intereses del banco o del grupo político que los sostiene.

Me refiero al proceso que, sin tiempo para el pensamiento, sin pedirle al reloj la pausa conveniente para leer y escribir unos razonamientos, nos lanza a llamar la atención en unos cuantos caracteres y nos exige nuestra bufonada o nuestra moralina sobre cualquier cosa que suceda en cualquier mundo y de cualquier manera. Aquí estoy yo para tener una ocurrencia sobre un torero muerto, un accidente de tren, un naufragio o las actuaciones de un político. Somos imprescindibles para el ruido de palabras, palabras, palabras que se lanzan como piedras y levantan muros para hacer difícil una opinión pública no identificada con las faenas de la confusión.

Las prisas tienen un doble poder degradador. La manifestación en público de comentarios que antes se quedaban en una barra del bar extiende una imagen muy triste de la sociedad que formamos. Nos estamos acostumbrando a borrar los filtros, algo que no sólo invita a perder la educación, sino que crea una dinámica en la que, cada vez con más frecuencia, personajes públicos convierten en declaraciones los chistes de bar. Acabo de leer una ocurrencia del presidente de la plaza de toros de Ávila en la que sostiene que la fiesta nacional debe ser lo contrario de la compresa: que se note, respire y traspase. Y todavía tengo clavadas las palabras del ministro del Interior en el Parlamento: “No es nuestra responsabilidad que decidan huir de su país. No es nuestra responsabilidad directa que decidan hacerlo en condiciones muy precarias”. ¿Conoce el ministro la ley?

Me interesa el concepto de mundo apalabrado. Se trata de un mundo empedrado, también de un mundo donde nadie se compromete con un contrato y se queda todo en acuerdos apalabrados que no obligan a su cumplimiento. Si tuviese un sentido real nuestra palabra de honor, nuestro compromiso, quizá bastase con apalabrar las relaciones y sus consecuencias. Pero la palabra se ha convertido en un don Juan que va de lecho en lecho en nombre de su verdad (no es verdad, Ángel de amor…) o en una falsa moneda que va de mano en mano, o en unas promesas falsas que saltan de elección en elección. Las claridades de los discursos de Macron o de Trump están llamadas a acabar en la oscuridad de una realidad apalabrada, empedrada y amurallada.

Hay épocas que responden en la historia al concepto de orden. La rotundidad de esta palabra da la libertad a la ciudadanía para integrarse en lo inmutable o para ser un heterodoxo, un pecador, un habitante de los márgenes, un bohemio, pero no para cambiar las cosas. Por eso surgió la intención de unir la realidad de la democracia a la palabra contrato, un ámbito en el que se puede discutir sobre lo que se decide y se firma. El deterioro de la democracia, la pérdida real de soberanía, ha sustituido el contrato por los apalabramientos, que son acuerdos que lo dejan todo en palabras, palabras, palabras, como le dice la sombra de Hamlet a la de Polonio por los escenarios del mundo. Las leyes incumplidas son palabras huecas. Y las ruedas de prensa o las explicaciones de algún ministro parecen un tuit ampliado.

No sé de qué modo, pero habría que conseguir que la palabra política se dejara de apalabramientos y de ruidos para volver al peso de los contratos. ¿Una nueva ilusión constitucional? Puede ser. Quizá pienso todo esto porque me dedico a una vocación, la poesía, en la que cada palabra pone en juego el propio sentimiento de la verdad y del honor. El contrato de no engañar y de no engañarse con palabras es la razón de la poesía. Quizá también escribo esto porque los 18 de julio me siguen recordando a Federico García Lorca, Antonio Machado, María Zambrano, Rafael Alberti, María Teresa León, Luis Cernuda, Miguel Hernández... Frente a tanta palabra hueca y cínica, conviene saber hasta dónde puede llegar el compromiso con las palabras.  

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Pues si, Garcia Montero, como tantas veces, tiene razon. La palabra como trivial confeti verbenero es de lo mas habitual ahora mismo. Un puritito bla bla bla. El poeta define el hecho como un mundo apalabrado; yo, que soy mas bruta, prefiero llamarlo empalabrado. Apalabrar es dar a la palabra la promesa formal y seria de un compromiso. Cuando era chica y hasta incluso cuando era joven, el funcionamiento social se regia por el valor de la palabra dada y su honor que valia mas que el dinero, porque dar la palabra significaba que se ponia sobre el tablero de la decencia el honor, la dignidad, la honradez y la credibilidad de quienes lo hacian. Incumplir la palabra dada era el peor de los males posibles tras la muerte y la ruina. Era un escandalo de dimensiones letales en el ambito social, que es nuestro pulmon colectivo. Si alguien se pringaba en el lodo de no respetar la palabra dada, ya podia despedirse de todo credito, incluido del bancario, el empresarial, el laboral, y hasta el de los amigos y vecinos. El vacio y la desconfianza eran su sombra ya inseparable para los restos. El sambenito indeleble que les acompanyaba durante sus vidas, siempre al filo de la insolvencia y lo delznable. Es cierto tambien  que era una sociedad reacia al perdon y a la comprension de la debilidad humana hacia aquellos a quienes se consideraba a la misma altura de uno mismo y habian fallado. Eran debiles morales o flojos de palabra. La misma exigencia del honor a toda vela hac'ia a las personas mas honradas en las formas pero con menos compasion en el fondo. Todo tiene su aspecto yinn y su aspecto yang. Su angel y su demonio adjuntos y opuestos al mismo tiempo, que no estaria mal ir reparando excesos de ambos aplicando un sano summun ius, summa iniuria

Ahora voy a explicar un poco lo de mi opcion por el concepto empalabrar en vez  del de apalabrar para intentar definir este momento poblado de absurdos e inseguridades completamente logicas en tiempos de cambios y transmutaciones a veces deseadas y a veces impuestas por las circunstancias o por la banalidad del ego, unas veces colectivo y siempre personal, que es el que decide, en realidad, incluso la via del no hacer y dejar que otros decidan  por ti, siguiendo consejos, pautas, dogmas, normas ajenas que son cosas de otros, sin que intervenga la conciencia propia in eligendo, porque tal vez no existe aun y solo somos un compendio de sentires solo emocionables  y expuestos a la manipulacion de cualquier idea o interes ajeno y tantas veces hasta  sacralizado para que la manipulacion sea completa y sin fisuras.
Usar la palabra como envoltura, como embalaje, como papel de regalo, dentro del que se puede colocar cualquier cosa y de cualquier clase, cualquier energia disponible lo mismo para alcanzar niveles evolutivos de libertad y altura etica y humana, como para todo lo contrario. La palabra usada como escondite y transporte de la maravilla, del asombro, del milagro, y tambien de la mentira,del fingimiento y del abuso de confianza que se deposita en el otro, precisamente por el truco de las ilusiones mal entendidas hasta como promesa de algo que jamas se cumplira' o lo hara' a medias e incluso al reves, con escondites, signos vacios y enganyos desvergonzados envueltos en la "palabra dada". 

La palabra justa es la que se hace carne inteligente y sana. La palabra que crea realidad y no burbujas rebosantes de nada, ni la que solo copia y reproduce como una fotocopiadora en el  vacio de sustancia y hasta se forra con ese juego especulativo de la explotacion ajena. La palabra falsa es polvo y cenizas. Es la antesala de la nada. No vale la pena dedicarle ni un minuto mas cuando se descubre su des-condicion. La palabra es solo la forma, la materalizacion del pensamiento. Pero para ello debe sumar al soplo fonetico, la vibracion cognitiva de la semilla intelectiva: la semiotica. Sin semilla ni hay arbol ni soplo que lo mueva y le arranque senyales de vida que merezca llamarse eso, vida.

Segun parece, este tiempo esta' rebosando palabras y en plan Marcel Proust, a la busqueda del sentido perdido y seguramente ya agotado y muerto como sucede en los cambio de era, en los que hay que reinventar el mundo a la medida de las nuevas conciencias, por eso los viejos rituales, las viejas monsergas que hace mil anyos dejaron de funcionar se han agotado tambien arrastrando con ellas el rebufo de verdades inmutables, pero que, incomprensiblemente para quienes imaginan tenerlo todo controlado, salen del caos renovadas y mas luminosas, nunca se desgastan ni se corrompen, y que no hace falta que se prediquen ni se voceen porque son hechos, en el silencio como en el ruido, en la paz como en la agitacion y la guerra, tambien se pueden descubrir en cualquier momento. Y es el nuevo sentido que renace  creando un nuevo lenguaje en el que la palabra se funda y se haga carne con el sentido que habita entre nosotros. En el yosotros. El nuevo plano del existir para llegar al ser. Yle' kai morphe'. Sustancia y forma, decian los griegos. Fenomeno (lo que se manifiesta con una forma) y noumeno (lo que ninguna forma puede manifestar) y todo en simultaneo, decian Kant dese Konisberg y Heraclito desde lo mas antiguo contemplando el rio del infinito corriendo entre las piedras, juncos y orillas del presente. Al principio existia la palabra, la palabra era dios y todo se hizo mediante ella (dice Juan desde Patmos y tras una larga vida de comprobaciones in situ) y esa palabra no solo existe sino que ademas se hace presente y actuante cuando acampa y vive entre el nosotros. Y ciertamente no estamos vivos de verdad, sino solo empalabrados, hasta que no se expande en nosotros la levadura eterna del amor que todo lo explica sin necesidad de discursos, cuando la palabra se materializa en el abrazo de la comprension, el compromiso del vis a vis con el Otro y la Otra,  y vibra en cada ser humano desde su unicidad a su pluralidad y viceversa. La vida se convierte entonces, al despertar, en billete de ida y vuelta desde el infierno del ego al paraiso del yosotros y de alli al huerto recuperado del si mismo renacido  en el territorio de una luz diferente, que de pronto es un jardin infinito entre los claroscuros  del dia a dia y sus lances inesperados o rutinarios, que en realidad son lo mismo aunque no se note asi', de pronto. 
Entonces las palabras recuperan el esplendor de una belleza inimaginable, porque ya no son solo palabras. Son vida, movimiento y sentido. Verdadera palabra de mucho mas que honor.

Ojala' este mundo no estuviese empalabrado todavia y ya anduviese en vias de cambio en serio. Iluminado y nutrido por la palabra y no medio ciego e intoxicado por el mal uso de 'esta. 
Pero, no hay que abandonar, todo es camino que hay que trazar paso a paso. Y todo llega cuando se quiere llegar a lo buscado sin quedarse enredados solo en la forma de las cosas. Pero, que' es lo que se busca, formas de quita y pon o sustancia que sobrevive a los cambios de la forma? Sombras chinescas o realidad, ecos o voces? Vete a saber por donde andamos...Ains!

Mira lo que te encuentras y comprenderas lo que buscas. Eso es lo que me dicen las palabras hechas carne que me salen al paso, cuando me enfado con ellas porque no me molan.
Me ayuda mucho. Y aqui' lo dejo por si le sirve a alguien; como las recetas de El Comidista. Que se' yo...


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