Espero que aparezcas
en medio de esta noche.
En los auriculares me dibujan las notas,
me determina el ritmo de las cuerdas,
la precisión medida en los compases.
Y yo me reconozco en todos los rincones
de tu alma
que huelen a membrillo, a sábado de Junio
y a melisa.
Pero tú más allá del aroma eres de uva,
de polen y granados, de genista y de luz.
El tiempo reverbera
una sorpresa,
donde ya ni se cuenta ni se mide,
sólo pasa un cometa indiferente y mítico
con nombre de juguete anglosajón
que tardará milenios en volver.
Te miro en los cristales.
Te adivino
en las constelaciones del lavabo
aparece Neptuno
y Urano sólo es gel con espuma en las alas.
He descubierto a Venus en la Luna de Tauro
El aire se ha dormido poco a poco.
La calle. La nostalgia,
la cesta de Taiwan llena de siemprevivas
las variaciones Goldberg,
todo cobra sentido en el reposo.
Sólo queda el amor
rondando a duermevela
la inmaterialidad de los objetos.
Todo transcurre en paz y todo calla.
Sólo nos cronometra la ternura.
Y sólo el corazón marca los tiempos
las cadencias y el son
en esta suave danza
donde podemos ser en lo que amamos.
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