jueves, 22 de enero de 2015

La voz de Iñaki


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En marzo comienza el baile

EL PAÍS  


Te respondo desde aquí, amigo Iñaki; hay un hacker que se cuela y desde mi propio blog, bloquea lo que respondo en el tuyo. Así que de momento, te seguiré respondiendo y comentando desde aquí. 
Lo que comentas del partido socialista es producto de su estado de confusión. Estaba acostumbrado a la inercia bipartidista y se había acomodado a la situación. Ahora no tiene recursos ni herramientas actualizadas para afrontar lo que hay. Ha creído que basta un cambio de caras y de edades, pero sin una revisión en profundidad de su realidad básica argumental y un análisis, no de los errores tácticos sino de sus causas, no remonta. Posiblemente Tapias hubiese podido proponer un verdadero cambio de aires, pero como tiene más de 35 años, ya no sirven ni su sabiduría ni su experiencia. En fin...

En cuanto a la noticia sobre las declaraciones de Teresa Rodríguez, no puedo decir nada, porque no he podido leerlas y sólo he encontrado una reseña en el Confidencial, que es como ese sálvame que citas, pero en plan prensa, digamos que, seria. No juzgo el caso concreto hasta más ver, pero sí voy a decir qué pienso ante la posible propuesta de un referéndum sobre la Semana Santa andaluza. 

Viví tres años en Sevilla y te puedo asegurar que allí la Semana Santa, para el ciudadano normalito, es una verdadera penitencia, mucho más cerca de infierno y purgatorio que del paraíso. Las calles cortadas a todas horas, las aceras llenas de sillas, la cera sobre el pavimento haciendo que la gente patine y se parta cualquier cosa, los costaleros dándole al frasco bajo los faldones de los pasos, la imposibilidad de solucionar ningún trámite ni de llegar a una urgencia, ni de dormir por la noche, igual, exactamente, que en la Fallas de Valencia. Otra celebración "sagrada" en honor a San José y a la Virgen de los Desamparados, o sea, de los pobres infelices que sufren los rigores del fervor, que en esos días son los más desamparados de todos. 

Me pregunto si es constitucional que esto suceda. Y va a ser que no lo es. ¿Desde cuándo en un país que se declara oficialmente laico y aconfesional, se permite que una religión determinada por la inercia histórica, tome las calles cada año en honor a diversos patronazgos y costumbres devotas, e interrumpa la vida normal de millones de ciudadanos, de los cuales muchísimos, ni siquiera son católicos convencidos ni practicantes, pero que se ven obligados a pagar las facturas de la peña del alzacuellos y a subvencionar el Estado Vaticano. Creo que ese referendum no debería limitarse a la Semana Santa andaluza, sino hacerse en todo el Estado. No es justo que miles de personas no católicas e incluso anticatólicas, estén pagando el pato a base de impuestos para mantener una institución-negocio, que encizaña lo que puede, divide en buenos y malos según se le acepte o se le rechace su influencia, se crea la delegada de Dios con una soberbia absurda y por esa razón se vaya quedando con un patrimonio público escandaloso, como ha hecho con la Mezquita de Córdoba, por citar lo más visible, que cobra la entrada a los templos y que no paga ni un impuesto, por ser el ama de uno de los mayores patrimonios del mundo. Creo que lo más lógico en una democracia plural, como debe ser toda democracia, es revisar esas barbaridades ya infumables a estas alturas. Ese referendum pendiente que tenemos los españoles, cuanto más se retrase, más difìcil se irá haciendo la convivencia. El tema autonómico, el tema del modelo de Estado y la dependencia religiosa son tres puntos cruciales que no deben posponerse más tiempo si queremos que se sanee todo lo demás, como la corrupción, por ejemplo, que depende de esa mentalidad tapadista, caciquil, impositora sottovoce, heredada de una dictadura sin solución de continuidad. Con esto está pasando a nivel Estado como con el socialismo sin revisar. ¿Por qué a este país le da tanto miedo revisar lo que no funciona y se ha quedado enquistado en el tiempo? ¿Cómo va a progresar la economía, por su cuenta, como si fuera una seta, si  todo está regido por esta obsolescencia entrópica que lo pudre todo?

España necesita aire fresco de verdad, no aire acondicionado, teledirigido con mando a distancia. Enrarecido. Contaminado. Necesita preguntarse a sí misma si aún quiere obedecer religiones impuestas como en el siglo XV o reyes obsesionados por la "unidad" y la Inquisición, como Isabel y Fernando, -aunque ahora sea todo mucho más light, más que por el bien común de las comunidades obligadas a uniformarse con ritos procesionales y farándulas devotas que nada tienen que ver con Dios, sino con el folclore y la manipulación del panem et circenses de altares e inciensos. 

Si Jesús de Nazaret apareciese de pronto en medio de la Semana Santa o de las Fallas, estoy segura de que se horrorizaría de las cosas tan estúpidas e insoportables para la sana convivencia que en nombre de su madre María, de su padre José y en el de él mismo, se perpetran en esas fiestas paganísimas y convertidas en negocio redondo. Y haría lo mismo que hizo con los mercaderes en el Templo, crujirlos vivos, derribando los pasos sacrílegos, espantando el fanatismo idiotizante, apagando las hogueras salvajes que contaminan porque queman química intoxicante, desactivando mascletás y dando el dinero de ese despilfarro a los recortados y para crear empleo de verdad y no temporero-festivo de juerga para hoy y miseria para mañana. 

Sí, un referendum para elegir si queremos estar en el siglo XXI o quedarnos entre la edad media y el yugo y las flechas, sería de verdad un signo de evolución y de inteligencia verdadera. Pero no sé si los que deberían abrir paso y no tener tan prietas la filas, estarían dispuestos a perder el chollo de lo cutre para entrar en la Era Contemporánea. Si los andaluces han adquirido cordura e inteligencia colectiva, lo del Referendum semanasantil no les parecerá ningún disparate; todo puede solucionarse desde la pluralidad, la escucha y la lucidez por encima de las rutinas habituales del "siempre ha sido así, luego debe ser bueno" sin comprender que hasta lo bueno, si no mejora y evoluciona hacia lo útil y necesario, deja de serlo.

Y ahora aportemos lo constructivo:
¿Qué tal un toque alternativo de auténtico cristianismo y poner en marcha una Semana Santa de verdad, o sea, humana como lo es Dios o unas fiestas de san José adecuadas a él más que al despilfarro y al estruendo machacador y tóxico de las nubes de pólvora irrespirable y el caos ciudadano ruinoso? Por ejemplo, preguntar en los barrios más pobres como viven esos días cuando se está  a la cuarta palabra y sin saber si mañana se podrá comer. En vez de acudir en masa al carnaval santero, se pueden organizar actos de reflexión en los parques y en las plazas, debates públicos sobre el sentido de esos eventos y sobre el dinero que mueven, de qué bolsillos viene y a qué bolsillos va. Y recoger iniciativas para hacer propuestas a las cofradías y a los casales falleros,actividades que se pueden combinar con oración común al aire libre, para los creyentes y danza o recitales de poesía o teatro al aire libre para los no creyentes, sin que eso impida que quienes libremente en ambos sectores quieran participar de la experiencia diversa, lo puedan hacer. 
Así se iría enriqueciendo nuestra experiencia participativa, nos conoceríamos mejor y nos costaría menos ponernos en el lugar de los que normalmente ignoramos o directamente despreciamos porque ni siquiera nos hemos molestado en conocerlos, si no nos gusta lo que pensamos que,  o la "cultura" de la ignorancia nos ha contado que, piensan.


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