Querido Pablo, a ver si nos aclaramos de una puñetera vez. Nos tienes en un sin vivir en nosotros mismos con estos quiebros discursivos que te llevas y te traes en esa especie de quitaypón semideo-ilógico que te gastas. Tenía yo para mí, en los archivos de la memoria post-historica, que te había escuchado hacer esta épica y brillante apología de la pena de muerte a cargo de la delicadísima compasión del invento de M. Guillotin. El cuter rebanacuellos de la Revolución Francesa. La verdad es que tu sangre fría al describir la normalidad de la barbarie profiláctica de la pena de muerte como tratamiento terapéutico en la sociedades humanas, me ponen los pelos como escarpias cada vez que me pongo a rebobinar tu argumentario pro-demócrata. Confieso que es uno de los puntos negros que no me han dejado confiar del todo en tu discurso habitual con pretensiones regeneradoras de la ética política. De los Derechos Humanos, la Democracia y las Libertades en general. No puedo evitar el repelús y la especie de escalofrío que me barre por dentro y por fuera cada vez que entro en contacto con esta zona cero de tu curriculum candidatil.
Pero hoy mi estupor ha llegado a su límite sobrehumano y ha traspasado las líneas rojas de la lógica con la que me vengo manejando a duras penas, en un ciclo como éste que atravesamos, de locuras imprevisibles y saltos de mata alucinógenos, en los que no faltan la constante ubicuidad de tu coleta radiónica ni tus atuendos de Carrefour. Como los míos, por cierto. Un vínculo que nos une profundamente, mucho más que el de los devaluados círculos de chicha y nabo, que yacen en décubito supino sin demasiadas posibilidades de reanimación, según pintan los bastos y espadas de ese aparato-baraja director de escena portavocista monoparental, con que te montas los solitarios del autoempoderamiento preventivo.
Bueno, retomo el hilo y sigo. He descubierto tu twitteo de salón con Marine Le Pen. Me ha encantado tu respuesta a sus bárbaras consideraciones acerca de su intención de implantar en Francia el matarile en cuanto pueda y La Madelon le sea propicia, retomando la herencia primigenia de ese especial modo de adquirir democracia, libertad, igualdad y fraternidad, que según tu twitter es todo lo contrario a lo que dijiste en este video. Tan agradecida estoy que hasta te he dedicado en el feis un sticker floral; y lo he hecho de todo corazón, de verdad, creeme. Al rato me ha llegado la esquela mortuoria del "Sí que podemos" de mi barrio, de mi ex-círculo, de mi ex-asamblea, no porque yo me haya ido, sino porque ellos se fueron primero, barridos por tu obsesivo afán de "limpieza" en la AG de Octubre. Al leer el comunicado de mis ex-compis de curro, borradores, enmiendas, comisiones y debates, de horas innumerables trabajando para nada, casi he llorado de pena.
Luego, mientras compraba en el super unas alcachofas he tenido una revelación iluminatriz. He recordado de repente este FortApache del pasado remoto, aunque no tanto como para olvidarlo, escondido en el recuerdo y entonces han saltado los fusibles del pasado, del presente y sobre todo los del futuro. Y me he dicho a mí misma que esto no encaja. Que algo está perdiendo pie sin remisión y aceite a tutiplén. Que a ti te pasa algo grave y que hasta puede que no te hayas dado cuenta con tanto ajetreo y rifirrafe con los del diunvirato gobernante, los podemitas que se te piran, una vez visto el percal y las ruedas de masas en la inopia que te aclaman esperando de ti la salvación. Que tanta tertulia te puede estar haciendo las neuronas picadillo, Pableritas, que los Maruhendas y los Indas son orcos erosivos y su cansina estupidez es agotadora, que te lo digo yo, que os veo de cuando en cuando, desde la objetividad, sumidos en el cansancio de las repeticiones, sin que el otro parezca coscarse de nada y retome el mismo mantra todas las veces que abren la boca porque se les cierra la inteligencia. O viceversa. Que tengo que escapar echando chispas por pura salud mental. Que a lo mejor de tanto sobeteo mediático te has rallado como el parmesano, la cáscara de limón, el jengibre o las zanahorias. Que no, que no, que esto no cuela. Que no puede colar con los principios éticos, organizativos y políticos de un nuevo tiempo donde ya hay coherencia entre lo que se dice y se hace, entre lo que se piensa, se hace y se dice. En fin. Que esto no puede ser. Que primero nos hagas una apología de la pena de muerte como instrumento inevitable de la democracia y luego te pongas a dar lecciones a Mme La Pen sobre como la pena de muerte no hace más fuerte ni libre a la gente sino que eso lo hace la justicia, y que precisamente lo hemos aprendido de Francia, la misma que nos enseñó lo bien que se lo montaba con la guillotina, que a ti te pone tanto, como para dedicarle una videoconferencia.
¿En qué quedamos? ¿Qué te ha pasado, Pablete? ¿Un acto fallido entonces, o ahora? ¿Quizás mera estrategia bocazas para aumentar el glamour políglota? ¿Cómo debemos asumir tu derrape de oratoria? ¿Cómo demagogia 'crowdfunding', tal vez, que considera que los seres humanos no son iguales, porque matar reyes es como ir de caza mayor, un deporte, pero matar "a la gente" es un crimen? ¿Acaso los reyes no son gente debajo de los perifollos de su irrealidad? ¿A caso los sinvergüenzas sin pedigrí real no son casta, cuando se aprovechan de ventajas especiales , se apropian de la voluntad popular con mentiras y manipulaciones y se aprovechan de la desesperación del prójimo para hacer carrera política a costa de su dolor?
Da la impresión, don Plablo, que o usted está hecho un lío y esto le viene tan grande que ha eliminado la democracia interna de Podemos para que no le maree ni le desborde la ciudadanía soberana y constituyente o que es usted un tipo sin escrúpulos que con tal de arrimar el ascua a su sardina política, es capaz de hacer el pinopuente y de vender a su padre si hace falta para llegar al gobierno de este pobre y puteado país, que gracias a discursos y silogismos antitéticos como éste que nos ocupa, va mareando perdices, dando vuelta a las tortillas y saliendo por la tan-gente, esa misma 'gente' que el día que descubra cualquiera de los dos supuestos, le va a mandar a freir espárragos sin contemplaciones. Y usted lo sabe. Claro, que para entonces usted, como les ha pasado a sus predecesores en el juego de tronos, ya habrá descubierto que la casta no era cosa de los reyes solamente, que "la gente" se vuelve casta en cuanto no tiene ética, trepa sobre la chepa del prójimo a toda velocidad y corrompe lo que toca en su propio beneficio, porque no sabe hacer otra cosa.
Un verdadero demócrata lo primero que valora es la transparencia y la coherencia. La democracia no es barrer mayorías alucinadas por señuelos. No es convencer a las masas de que comulguen con ruedas de molino para que los líderes asalten los cielos. La democracia es renunciar al poder de ser cabecillas para ser uno más y cooperar y servir a la ciudadanía soberana por encima de ideologías y sin aparatos ni trust de poder; es igualdad y por eso la pena de muerte es tan cruel e injusta para un ciudadano cualquiera como para un ciudadano disfrazado de rey o de político corrupto. NADIE SE LA MERECE NUNCA. Si usted no tiene clara la igualdad de los DDHH para todos y confunde la dignidad humana con los cargos que se ejercen o el dinero que se tiene, no sé que pinta predicándolos. La democracia, como la justicia no distingue posiciones de "buenos" y "malos", sino que es participación civilizada, abierta y dialógica para que todos y todas se puedan entender, cosa prácticamente imposible cuando ya se divide en bandos enemigos irreconciliables e irrecuperables. La casta no es cosa solo de dinero y del estatus social, eso hay que aclararlo. Los pobres y desposeídos también pueden funcionar como casta y agruparse como mafia lumpen, la pobreza material no puede justificar la desvergüenza ni el delito, tenemos que desterrar de una vez por todas la idea de que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón o es el bandido bueno. No hay bandidos buenos ni pobres ni ricos ni ladrones honrados porque roban poca cosa. Casta es el apartheid para sacar tajada en cualquier sentido; hay mafias de dinero y mafias de comportamiento, tales como no fiarse de y engañar a los ciudadanos que han hecho posible que un grupo de individuos trepe por encima de ellos, aprovechando que les han dado su confianza y credibilidad en las urnas o en la empresa o en el trabajo o en la familia.
La transparencia, como la democracia y la justicia debe ser una realidad en todos los ámbitos, si es que es cierto que pretendemos cambiar las cosas a mejor. Todo esto, es por aclarar un poco el horizonte en el caso de que usted esté confuso y desbordado por la dinámica de lo que lleva entre manos. Pero si, por el contrario, tiene claro el asunto y hace estos juegos malabares con su dialéctica de sacamuelas, simplemente para ver qué pasa e ir tanteando, me parece que no sabe usted donde se ha metido. En cualquier caso, no es la ciudadanía la que se equivoca con usted y su peña, porque ella quiere despertarse y comprometerse con lo más decente, y no se merece este manoseo de sombras chinescas, ambigüedades y juegos de manos; son ustedes los que se están equivocando al infravalorarla. Ella acabará siendo la soberana aunque los aparatos no lo crean. Será así o no habrá salida del infierno. Ya lo acabarán entendiendo.
La transparencia, como la democracia y la justicia debe ser una realidad en todos los ámbitos, si es que es cierto que pretendemos cambiar las cosas a mejor. Todo esto, es por aclarar un poco el horizonte en el caso de que usted esté confuso y desbordado por la dinámica de lo que lleva entre manos. Pero si, por el contrario, tiene claro el asunto y hace estos juegos malabares con su dialéctica de sacamuelas, simplemente para ver qué pasa e ir tanteando, me parece que no sabe usted donde se ha metido. En cualquier caso, no es la ciudadanía la que se equivoca con usted y su peña, porque ella quiere despertarse y comprometerse con lo más decente, y no se merece este manoseo de sombras chinescas, ambigüedades y juegos de manos; son ustedes los que se están equivocando al infravalorarla. Ella acabará siendo la soberana aunque los aparatos no lo crean. Será así o no habrá salida del infierno. Ya lo acabarán entendiendo.
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