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La entrevista que publica el autor parece el escanner de lo que puede encontrarse en un bar, en plan tertulia. No sé donde ha hecho el experimento mi admirado columnista, pero los tanteos que manejamos en Valencia no coinciden con los suyos. Aquí la peña anda tan quemada con el pp que se apunta a un bombardeo con tal de no reincidir en el mismo error de horrores. Ya veremos si es verdad a la hora de las urnas. Que ya llevamos veinte años con el despotrique como prólogo y la reincidencia como epílogo. Parece que por fin y para bien de todos, los votantes se van a inclinar mayoritariamente por el cambio de secuencia votante y van a buscarle las cosquillas a la incertidumbre y al morbo de votar a lo bueno por conocer antes que a lo malo conocido de sobra y con recochineo.
Por aquí el lobo de la metáfora ya no da para más, está en decadencia supina. No sirve ni para cazar moscas. Renqueante. Despeluchado, sin dientes, ya desgastados de tanto usarlos, igual que las garras de las pezuñas. Se nos ha quedado hecho cisco de tanto abusar, sobre todo porque tampoco ya hay materia aprovechable para el abuso y el saqueo. Todo está bajo mínimos. Aunque se sospecha que fuera tiene sus recursos en paradisíacos rincones, para seguir en activo ya no hay forma de acoplarse a nada. Todo está vacío, como los edificios del puerto y desmantelado a trozos devastadores, como el circuito de Fórmula1 dedicado a mayor gloria de Camps y de Eccleston. Abandonado como los bloques de pisos lujosos y fantasmagóricos, pero hasta sin fantasmas. Sic transit gloria mundi farfullan las señorías pperas según comprueban el estado de podredumbre y escombros ya nada rentable, e incluso, se diría que dañino para el trust de filibusteros convertidos en expertos profesionales de lo suyo, a base de experiencia en el forring office.
Así, en este estado, lo mismo da un roto que un descosido. Por malo que pudiera ser el futuro sin el pp, siempre será una bicoca comparado con lo que sería con él. Así que se votará cualquier cosa, especialmente a Podemos, que tiene la ventaja de que aún no se ha estrenado a tutiplén en el castigado oficio del filibusterismo politicante, y no estaría mal darle una oportunidad. Pero, no todo es certeza, y la peña, ya escarmentadísima de mayorías absolutas que pueden prometer todo para, no sólo no cumplirlo, sino para ensañarse en cumplir lo contrario de lo prometido. De eso tanto el PSOE como IU, también están tocados del ala.
Entonces se recapacita y se mira hacia esas formaciones modestas de la tierra, como Iniciativa, el Bloc y los Verdes, unidos en la Coalición Compromís. Frente a la prepotencia agitadora y al pasotismo ruinoso. Y empieza a valorarse la paciencia, la escucha de observatorio y laboratorio ciudadano, el trabajo empeñado sin parar en los barrios y pedanías, como hormiguitas sectoriales y territoriales, con las que siempre se ha podido contar, las que no han parado de hacer denuncias y de llevar a los juzgados los abusos del poder ppero, las que ya estaban haciendo política municipalista de participación abierta antes que nadie y con todo en contra. Las que no se han cansado de hacer propuestas alternativas sin que se tomasen en cuenta por parte del Gobierno y del Ayuntamiento carcas hasta matar de tedio y náuseas. . Las que no han sufrido más imputación que las acusaciones del pp expulsando y acusando a una diputada por ponerles las peras al cuarto pidiendo cuentas claras. En las que no hay nadie por encima de nadie y se vota absolutamente todo desde siempre en comisiones en las que cualquier ciudadano puede participar y presentar enmiendas y aportaciones nuevas. Las que sin locales mayestáticos se van reuniendo durante años donde pueden y les dejan un hueco. Las que no se han hecho chapas y camisetas porque prefieren la pluralidad y la diversidad que no uniforma a nadie, donde el 15M sigue siendo 15M sin perder su identidad fagocitado por ninguna ideología forzosa, ni su voz ni su voto. Son próximos, son los vecinos que van en bici a trabajar al Ayuntamiento como regidores o a pie al Parlament. Los que desde siempre se paran y atienden, sin guardaespaldas de por medio y escuchan y convocan a ejercer enmiendas y asistencia a los plenos municipales y parlamentarios. Son las caras sin etiqueta que siempre te encontrabas parando desahucios, esas caras que te suenan de haber estado a las puertas del CIE o en las puertas de la Ciudad de la Justicia, o en las puertas del Cremona o haciendo un escrache a los negocios sucios de los bancos y sus fondos buitre. Entonces los ciudadanos, poquet a poquet, hurgando entre los escombros del bipartidismo y las barahúndas de una nueva mayoría que arrase sin saber lo que está arrasando con su furia, va descubriendo el tesoro escondido de sus CUPs, de su Compromís, de su Última Llamada, de sus proyectos municipales independientes, de su inteligencia serena que empieza la casa por los cimientos. Se hablan las dos lenguas mayoritarias con amor fraterno y suave, con delicadeza y sin imposición, eso hace cambiar por completo la cara del nacionalismo, lo abre, y lo hace universal. Los LGTB están representados en las candidaturas, lo dicen en voz alta y reciben el cariño de todas y todos, así como el lado femenino de la gestión y no queda rastro de patriarcado. Y todo sin ruido. Con la sublime elegancia que da el aroma de la honestidad.
En Valencia sí parece que se ha descubierto el ciervo de la metáfora del columnista, pero está tan curtido esquivando las dentelladas del lobo, ha cooperado tanto para que al lobo se le desgasten los dientes y el pellejo, se ha hecho tan fuerte y resistente sin necesidad de odio ni de malas maneras, sin endurecerse, ni traicionarse, sin engañar ni vender enciclopedias por todas partes, que no hay más remedio que quererle y preferirle a los posibles lobos jóvenes y con ganas de comérselo todo aún antes de cazarlo.
Esta vez, será quizás por el escarmiento, seguramente nos vamos a llevar muchas sorpresas. Buenas, desde luego. Y puede que por primera vez en nuestra historia reciente, los grandes partidos tengan que verse de igual a igual y negociando con lo que antes no existía para ellos, puede ser que los ciudadanos acierten al no elegir salvadores lenguaraces con glamour salsa rosa o sálvame, sino compañeros de viaje con los que poder construir mano a mano otra sociedad. La plural. La de todas y todos. Será un signo de madurez política ciudadana.
La desaparición de las mayorías significará la pérdida del miedo, el aumento de confianza de la ciudadanía en sí misma. La exigencia de calidad democrática en las instituciones y un proceso pedagógico que hará aprender a todos lo que todavía no han aprendido: la humildad, la escucha, la honestidad, la flexibilidad y la transparencia, para que la democracia se vacune para siempre contra la corrupción. Y los lobos se queden en el bosque y en el monte, para evitar su extinción. Que es una especie con demasiado desgaste por la pésima costumbre de su bulimia depredadora.
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