Lista de personajes sin honor
Para mal y para bien, la lista que mejor caracteriza al viento de 2014 es la que contiene a los personajes sin honor. Suelen hacerse listas de los mejores libros, las mejores películas, los goles más hermosos o más tontos, las canciones más oídas, los triunfadores del año… Pero lo que caracteriza con exactitud la herencia sentimental de 2014 es una galería de personajes sin honor.
Para mal y para bien, tengámoslo en cuenta. El honor es un concepto de ida y vuelta. Su significado tiene valor individual y público porque se refiere tanto a la cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de nuestros deberes respecto al prójimo, como a la buena reputación que sigue a la virtud. Una sociedad descompuesta es terreno abonado para que conserven sus simpatías las personas que no cumplen con su deber. Una sociedad compuesta ejerce la conciencia crítica.
La crisis económica y la indignación social han propiciado una benéfica intransigencia contra la corrupción y la soberbia de las élites que se creían por encima del bien y del mal. La necesidad y el menoscabo han consolidado a la opinión pública española, el único ámbito que puede dejar sin honor a los que actúan sin virtud. Despunta así algo de luz en el filo de la noche y la tristeza.
Thomas Piketty, el economista francés de moda, acaba de rechazar la Legión de Honor porque considera que no es papel de un gobierno decidir quién es honorable. Tiene razón. Se trata más bien de un respeto que concede la opinión pública, aunque después cada ciudadano ordene sus preferencias.
Sí, las listas dependen de los ojos y el corazón de cada cual. Yo propongo algunos nombres, variados acontecimientos y dolidos recuerdos. La selección final es libre, aunque me temo que el orden de los elementos no alterará ese producto fangoso que llamamos 2014, tercer año triunfal del presidente Rajoy:
1. Empecemos por lo simbólico. Entraron en la cárcel Isabel Pantoja, Ortega Cano y José María del Nido, una folklórica, un torero y un presidente de fútbol. En otra situación, pese a los delitos cometidos, la herencia cultural franquista hubiese facilitado la simpatía popular con dos lágrimas, un pase de pecho y los colores de una bandera. Pero no está el horno para soberbias. La impunidad ya no viste de luces.
2. Como el cargo de Jordi Pujol se adornaba con el título de Honorable, nos llamó la atención verlo tan deshonorable o exhonorable por culpa de la comisiones en dinero negro que han enriquecido a su familia. La financiación ilegal de los partidos, mal de muchos, ha dado pie a los actos familiares de bandidaje. Ni siquiera la ancianidad sirvió para dar compasión. Fue insufrible ver la soberbia con la que regañaba a los parlamentarios catalanes por atreverse a preguntar sobre sus actos.
3. Caja Madrid: Rato, Blesa y Sánchez Barcoj utilizaron las tarjetas opacas hasta el último momento. Sus sueldos millonarios no impidieron que sacaran avaricioso provecho del sistema turbio que ellos gobernaron para comprar obediencias y silencios indebidos.
4. Doloroso comportamiento de José Antonio Moral Santín, representante de Izquierda Unida en Caja Madrid. Lo pongo como caso aparte porque para mí es un dolor propio. Resulta triste que los llamados a vigilar el bien público desde la izquierda acaben entrando en los usos y abusos de la falta social de escrúpulos. Es verdad que en este escándalo de las tarjetas ha habido también su confusión. Algunos consejeros hicieron uso de ellas para gastos representativos y mantuvieron después su independencia de voto. Así que los justos han caído en el lógico griterío popular contra los pecadores. Pero Moral Santín participó en el núcleo duro de las complicidades y se acercó disciplinadamente todas las semanas al cajero para sacar poco a poco 456.522 euros. Dios le perdone, porque Marx no puede.
5. Esperanza Aguirre huyó en abril de la policía municipal, arrolló con su coche en fuga a una moto y a un agente del orden. Luego calificó a los guindillas maltratados de machistas que buscaban la foto. La figura del cacique impune, definida según la prepotencia populista de doña Esperanza, pertenece a la España franquista. Está por ver qué pasa con nuestro dolido Madrid en 2015. Ella se ofrece a continuar.
6. El segundo de doña Esperanza, Francisco Granados, demostró de una vez por todas que un partido político puede ser una asociación para el crimen organizado. Francisco Camps, aunque no está imputado judicialmente, demostró lo mismo en Valencia.
7. Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, ofreció un ejemplo claro de que la ley, la religión y la política pueden carecer de humanidad y compasión. Justificó el tiroteo contra unos inmigrantes que nadaban para alcanzar las costas de Melilla. Los ojos abiertos de los ahogados forman desde entonces parte de la Marca España.
8. Javier Rodríguez fue destituido como consejero de Sanidad de Madrid por la prepotencia y la ineficacia con la que gestionó el caso de la enfermera contagiada de ébola en acto de servicio. La desvergonzada privatización de los servicios públicos ha creado la dinámica entre muchos políticos de criminalizar a los profesionales de la sanidad y la educación.
9. Propongo también los nombres de fiscal Pedro Horrach y del abogado Miquel Roca. La propia Audiencia de Palma tuvo que llamarle la atención al fiscal por comportarse más como defensor de la Casa Real en el asunto de la infanta Cristina que como vigilante público contra el delito. Y para abogado ya basta con el ejemplo lamentable de Miquel Roca, que acaba de acusar de corrupto al honorable juez Castro. Habla mal de España que uno de los padres de la Constitución, como Roca i Junyent, acabe de abogado defensor de negocios turbios, aunque se trate de la familia real. Eso nos devuelve de forma iluminadora a los orígenes de nuestra democracia y a los orígenes de Roca. A principios de los años 70 montó un gabinete de estudios junto a Narcís Serra para poner en marcha el Plan de la Ribera en el Ayuntamiento de Barcelona. La oposición social logró paralizar un proyecto que pretendía urbanizar de forma privada y masiva la franja costera de la ciudad. Narcís Serra, después de haber sido de todo en el PSC y el PSOE, también está hoy imputado por sueldos desmedidos mientras arruinaba Caixa Catalunya.
10. Narcís Serra me permite hablar de Felipe González. Narcís fue ministro del Ejército de Felipe y junto a él, en 1986, un año triste de mi añorada juventud, cambió la postura del PSOE en relación a la OTAN. Aquel belicoso Felipe González (que renunciaba a la ética del gato, ya que lo importante era que cazase ratones), se ha dedicado en el 2014 a forjar una gran coalición entre PSOE y PP para evitar el final del Régimen Bipartidista. Es un buen mediador de los intereses de los grandes bancos y del Ibex-35 y un reconocido experto del capitalismo latinoamericano, por lo que acaba de serle concedida la nacionalidad colombiana.
En fin, cada cual hace su lista. Sé que dejo fuera a Ana Mato, Arturo Fernández, José Ángel Fernández Villa (sindicalista con cuentas en Suiza), Jaume Matas, José Antonio Monago, Iñaki Urdangarin… Todos ellos merecen el comentario de una ciudadanía que parece dispuesta a dejar de reírles las gracias a sus élites sin honor. Feliz cambio 2015.
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