Lecciones griegas
Los pronósticos del miedo se pueden volver en contra de quienes han
querido convencer a los ciudadanos griegos de que una victoria de
Syriza traería el apocalipsis y la inmediata salida del euro.
La victoria de Syriza es un arma de doble filo para Podemos.
La victoria de Syriza es un arma de doble filo para Podemos.
Syriza ha ganado. Ampliamente. Con una victoria histórica y apabullante,
Con una mayoría suficiente, aunque no sea absoluta. A pesar de las
amenazas de Alemania y los poderes económicos, a pesar de las presiones
de la troika y de la apelación al miedo, Alexis Tsipras tiene desde hoy
un claro mandato: restablecer la soberanía de un país humillado y herido
por cuatro años de austericidio; gobernar para la gente, y no para los
acreedores de la deuda. ¿Sus primeros compromisos? Prohibir el embargo
de la primera vivienda, restablecer la paga de navidad para los
pensionistas que cobren menos de 700 euros mensuales, garantizar el
suministro eléctrico para aquellos hogares pobres que no pueden pagarlo y
subir el salario mínimo hasta los 750 euros. Que esto sea
revolucionario da la medida de lo que ha pasado en estos años en el sur
de Europa.
Alexis Tsipras tiene todo el poder del
pueblo griego para llevar adelante sus políticas y demostrar que es
falso que no haya alternativas. Por desgracia para Tsipras, todo el
poder de Grecia hoy puede no ser suficiente. Está en manos de la misma
troika que este domingo ha sido derrotada en Grecia que Tsipras pueda
seguir pagando a los funcionarios, si es que quiere que sigan cobrando
en euros.
El margen para Tsipras es escaso, pero no
nulo. Y los pronósticos del miedo se pueden volver en contra de quienes
han querido convencer a los ciudadanos griegos de que una victoria de
Syriza traería el apocalipsis y la inmediata salida del euro, con un
corralito de por medio. Lo más probable es que mañana siga saliendo agua
de los grifos en Atenas, y también dentro de un mes. La apariencia de
normalidad interesa a todos: al nuevo Gobierno griego y también a la hoy
derrotada Angela Merkel.
La noche electoral griega
es la antesala de las cinco elecciones que este año tendremos en España.
La victoria de Syriza es un arma de doble filo para Podemos: será bueno
para los de Pablo Iglesias si el nuevo Gobierno griego es capaz de
cumplir sus compromisos más simbólicos sin que esto provoque el fin del
mundo. Pero si Tsipras fracasa, la factura también la pagará Podemos
que, para bien y para mal, ha ligado su suerte a la del nuevo Gobierno
griego.
El análisis del resultado electoral también
trae otras lecciones desde Grecia. La fundamental: que, a pesar de la
derrota, la derecha se mantiene nítida incluso en un país devastado como
Grecia; allí también fichan. Nueva Democracia –el partido que provocó
la intervención del país al mentir a la UE y manipular durante años las
cifras del déficit, con la ayuda de Goldman Sachs–, ha conseguido
prácticamente el mismo porcentaje de votos que hace tres años. También
la suma de los votos de Syriza, KKE y Pasok es casi la misma. Lo que
cambia entre 2012 y 2015 es la distribución de esos votos: el
hundimiento del Pasok, que ha pasado de ser el partido hegemónico en
Grecia durante casi cuatro décadas a quedar el séptimo en las urnas, el
partido más minoritario de todos los que han conseguido representación
en el parlamento griego.
El resultado electoral de
Grecia coincide con la mayor pesadilla del gran gurú de la derecha
española: Pedro Arriola. Como ha transmitido a la cúpula del PP, el
mayor riesgo externo que hoy tiene el partido en este año en el que se
lo juega todo es que el PSOE se hunda y Podemos ocupe su lugar,
concentrando todo el voto de la izquierda. Si el PSOE aguanta, asegura
Arriola, el sistema electoral salvará al PP de la quema, incluso
perdiendo una parte importante de sus votos.
Pero,
¿es España Grecia? ¿Es acaso comparable la situación del PSOE con la del
muchísimo más deteriorado Pasok? ¿Es la bisoña estructura organizativa y
territorial de Podemos equivalente a la de un partido como Syriza, que
ya hace tres años estuvo a punto de asaltar los cielos? ¿Es la situación
económica y social de Grecia equivalente a la de España? No está tan
claro. Pero las primeras respuestas a estas preguntas las tendremos el 22 de marzo en Andalucía.
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