lunes, 26 de enero de 2015

Lecciones griegas

Lecciones griegas

Los pronósticos del miedo se pueden volver en contra de quienes han querido convencer a los ciudadanos griegos de que una victoria de Syriza traería el apocalipsis y la inmediata salida del euro.
La victoria de Syriza es un arma de doble filo para Podemos.




Syriza ha ganado. Ampliamente. Con una victoria histórica y apabullante, Con una mayoría suficiente, aunque no sea absoluta. A pesar de las amenazas de Alemania y los poderes económicos, a pesar de las presiones de la troika y de la apelación al miedo, Alexis Tsipras tiene desde hoy un claro mandato: restablecer la soberanía de un país humillado y herido por cuatro años de austericidio; gobernar para la gente, y no para los acreedores de la deuda. ¿Sus primeros compromisos? Prohibir el embargo de la primera vivienda, restablecer la paga de navidad para los pensionistas que cobren menos de 700 euros mensuales, garantizar el suministro eléctrico para aquellos hogares pobres que no pueden pagarlo y subir el salario mínimo hasta los 750 euros. Que esto sea revolucionario da la medida de lo que ha pasado en estos años en el sur de Europa.
Alexis Tsipras tiene todo el poder del pueblo griego para llevar adelante sus políticas y demostrar que es falso que no haya alternativas. Por desgracia para Tsipras, todo el poder de Grecia hoy puede no ser suficiente. Está en manos de la misma troika que este domingo ha sido derrotada en Grecia que Tsipras pueda seguir pagando a los funcionarios, si es que quiere que sigan cobrando en euros.
El margen para Tsipras es escaso, pero no nulo. Y los pronósticos del miedo se pueden volver en contra de quienes han querido convencer a los ciudadanos griegos de que una victoria de Syriza traería el apocalipsis y la inmediata salida del euro, con un corralito de por medio. Lo más probable es que mañana siga saliendo agua de los grifos en Atenas, y también dentro de un mes. La apariencia de normalidad interesa a todos: al nuevo Gobierno griego y también a la hoy derrotada Angela Merkel.
La noche electoral griega es la antesala de las cinco elecciones que este año tendremos en España. La victoria de Syriza es un arma de doble filo para Podemos: será bueno para los de Pablo Iglesias si el nuevo Gobierno griego es capaz de cumplir sus compromisos más simbólicos sin que esto provoque el fin del mundo. Pero si Tsipras fracasa, la factura también la pagará Podemos que, para bien y para mal, ha ligado su suerte a la del nuevo Gobierno griego.
El análisis del resultado electoral también trae otras lecciones desde Grecia. La fundamental: que, a pesar de la derrota, la derecha se mantiene nítida incluso en un país devastado como Grecia; allí también fichan. Nueva Democracia –el partido que provocó la intervención del país al mentir a la UE y manipular durante años las cifras del déficit, con la ayuda de Goldman Sachs–, ha conseguido prácticamente el mismo porcentaje de votos que hace tres años. También la suma de los votos de Syriza, KKE y Pasok es casi la misma. Lo que cambia entre 2012 y 2015 es la distribución de esos votos: el hundimiento del Pasok, que ha pasado de ser el partido hegemónico en Grecia durante casi cuatro décadas a quedar el séptimo en las urnas, el partido más minoritario de todos los que han conseguido representación en el parlamento griego.
El resultado electoral de Grecia coincide con la mayor pesadilla del gran gurú de la derecha española: Pedro Arriola. Como ha transmitido a la cúpula del PP, el mayor riesgo externo que hoy tiene el partido en este año en el que se lo juega todo es que el PSOE se hunda y Podemos ocupe su lugar, concentrando todo el voto de la izquierda. Si el PSOE aguanta, asegura Arriola, el sistema electoral salvará al PP de la quema, incluso perdiendo una parte importante de sus votos.
Pero, ¿es España Grecia? ¿Es acaso comparable la situación del PSOE con la del muchísimo más deteriorado Pasok? ¿Es la bisoña estructura organizativa y territorial de Podemos equivalente a la de un partido como Syriza, que ya hace tres años estuvo a punto de asaltar los cielos? ¿Es la situación económica y social de Grecia equivalente a la de España? No está tan claro. Pero las primeras respuestas a estas preguntas las tendremos el 22 de marzo en Andalucía.

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