El panorama partidócrata español es desolador. Pero hay algo
reconfortante en la base. Los movimientos sociales independientes,
nacidos del 15M, en plataformas y mareas, e iniciativas y Cups, han
arraigado y se han fortalecido sin estruendo, pero con fuerza y sobre
todo, con conciencia; desde la distancia puede parecer que no existen,
pero en el nivel autonómico y municipal, la cosa es distinta, hay una
vida y un dinamismo mucho más optimista y práctico que en las grandes
áreas de gobierno y eso apunta a que en las urnas de Mayo se puede
producir alguna sorpresa que otra y ese viraje, puede condicionar las
elecciones legislativas en su momento. Un auge de cierto espíritu
regeneracionista de lo territorial y parcial, para forzar el cambio de
rumbo de lo general y estatal.
Es un cambio de mentalidad que deja bastante de lado lo ideológico para
centrarse en lo sectorial, abandonando las directrices de un credo
'político' teórico, por las del bien común, mucho más concretas y
necesarias y mucho más basadas en la praxis ética que en la pillería, al
parecer indispensable, hasta ahora, del mogollón político. Es algo que a
los grandes partidos, e incluso al mismo proyecto de Podemos parece que
les pase inadvertido por la inercia de mover masas sin comprender que
sin granos de trigo no hay hay harina ni masa futurible.
Y según van las cosas, los granos de trigo están resultando muy capaces
de organizar una sociedad muy distinta, sin vuelcos violentos ni malas
artes, sino con un trabajo sano, directo, facilitador y amable. Muy
capaz de solucionar lo que al modo tradicional resulta imposible.
Es curioso como se percibe el pesimismo, la confusión y el disgusto en
las áreas de opinión estatales y la esperanza y la nueva energía en las
áreas municipales, provinciales y autonómicas. Donde los ciudadanos
pueden participar más directamente y con inmediatez. Por ejemplo, en
Valencia, ya hay una coalición, como Compromís, abierta a la
participación en todo. Cualquier ciudadano, no es preciso que sea
afiliado, puede añadir enmiendas e ideas a las propuestas en el
Ayuntamiento y Generalitat. Y los intereses de "partido" son mínimos, ya
que es una coalición de ciudadanos de Iniciativa de izquierdas, Bloc
nacionalista y los Verdes. Una diversidad total y muy bien avenida. Las
CUPs en Catalunya llevan una trayectoria similar, como Bildu y Amaiur en
Euzkadi, que valorando lo propio respetan lo común si es justo y
adecuado a la democracia.
Creo que el futuro va en esa dirección: arreglemos las habitaciones y la
casa estará ordenada y limpia. No hay otra forma de hacerlo.
El problema de los grandes partidos es que no son capaces de ver las
habitaciones, para ellos todo es un loft , pero en realidad no es así.
Por eso el caos es su única respuesta. Y la política estatal globalizada
e ignorando que hay estancias distintas, se ha demostrado incapaz de
hacer un gobierno adecuado a las necesidades de los ciudadanos y sólo
dedicado a organizar entelequias fuera de la realidad.
La nueva vía es descentralizar en la unidad del acuerdo comunitario. Y
abrir paso a la capacidad ciudadana de organización. La nueva conciencia
determina que los ciudadanos elegidos en las urnas son asalariados de
la ciudadanía y no sus caciques. Con todo lo que eso implica. Tendrán
que asimilarlo. Podemos incluido.Y mientras no lo admitan nada saldrá
bien, lo haga quien lo haga.
Es un cambio de mentalidad que deja bastante de lado lo ideológico para centrarse en lo sectorial, abandonando las directrices de un credo 'político' teórico, por las del bien común, mucho más concretas y necesarias y mucho más basadas en la praxis ética que en la pillería, al parecer indispensable, hasta ahora, del mogollón político. Es algo que a los grandes partidos, e incluso al mismo proyecto de Podemos parece que les pase inadvertido por la inercia de mover masas sin comprender que sin granos de trigo no hay hay harina ni masa futurible.
Y según van las cosas, los granos de trigo están resultando muy capaces de organizar una sociedad muy distinta, sin vuelcos violentos ni malas artes, sino con un trabajo sano, directo, facilitador y amable. Muy capaz de solucionar lo que al modo tradicional resulta imposible.
Es curioso como se percibe el pesimismo, la confusión y el disgusto en las áreas de opinión estatales y la esperanza y la nueva energía en las áreas municipales, provinciales y autonómicas. Donde los ciudadanos pueden participar más directamente y con inmediatez. Por ejemplo, en Valencia, ya hay una coalición, como Compromís, abierta a la participación en todo. Cualquier ciudadano, no es preciso que sea afiliado, puede añadir enmiendas e ideas a las propuestas en el Ayuntamiento y Generalitat. Y los intereses de "partido" son mínimos, ya que es una coalición de ciudadanos de Iniciativa de izquierdas, Bloc nacionalista y los Verdes. Una diversidad total y muy bien avenida. Las CUPs en Catalunya llevan una trayectoria similar, como Bildu y Amaiur en Euzkadi, que valorando lo propio respetan lo común si es justo y adecuado a la democracia.
Creo que el futuro va en esa dirección: arreglemos las habitaciones y la casa estará ordenada y limpia. No hay otra forma de hacerlo.
El problema de los grandes partidos es que no son capaces de ver las habitaciones, para ellos todo es un loft , pero en realidad no es así. Por eso el caos es su única respuesta. Y la política estatal globalizada e ignorando que hay estancias distintas, se ha demostrado incapaz de hacer un gobierno adecuado a las necesidades de los ciudadanos y sólo dedicado a organizar entelequias fuera de la realidad.
La nueva vía es descentralizar en la unidad del acuerdo comunitario. Y abrir paso a la capacidad ciudadana de organización. La nueva conciencia determina que los ciudadanos elegidos en las urnas son asalariados de la ciudadanía y no sus caciques. Con todo lo que eso implica. Tendrán que asimilarlo. Podemos incluido.Y mientras no lo admitan nada saldrá bien, lo haga quien lo haga.