domingo, 1 de abril de 2018

El intelectual y la política

Luis García Montero
1-4-2018- Infolibre

Miguel de Unamuno se jugó la vida el 12 de octubre de 1936.
Jugarse la vida no es sólo arriesgarse a morir; supone también sostener o degradar una trayectoria. Estaba en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, junto a autoridades del reciente golpe de Estado. Unamuno se tomaba en serio su conciencia atormentada y su Universidad, porque la conciencia y la Universidad son algo serio. Cuando un servil profesor de literatura que se llamaba Maldonado de Guevara arremetió contra los catalanes y los vascos, cuando el general gallego Millán-Astray gritó "viva la muerte", Miguel de Unamuno pudo haberse callado. Pero
se jugaba su pasado
, y prefirió hablar poniendo en peligro su futuro.

Ante la exaltación patriotera de los discursos oficiales y las proclamas, con un auditorio lleno de falangistas y militares facciosos con pistola, pronunció una de sus reflexiones más famosas: "
Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir.
Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España". Unamuno se había dejado querer por los falangistas, se había ido distanciando del gobierno republicano en 1936, pero el espectáculo incivil de unos militares vendidos al fascismo y al nazismo le hizo mantenerse firme en este caso contra la irracionalidad. La ejecución de su discípulo Salvador Vila, rector de la Universidad de Granada, fue la gota que colmó su vaso.

Millán-Astray había fundado la legión en 1920 amparado en el grito "viva la muerte". En 1924 perdió en combate el brazo izquierdo y en 1926 el ojo derecho. Unamuno no le acusó en sus palabras de ser un inválido, recordó que Cervantes también lo era, sino de
extender una moral dispuesta en convertir en mancos y tuertos a una mayoría
de seres humanos. El grito de Millán-Astray, "muera la inteligencia", fue matizado por José María Pemán: "¡mueran los malos intelectuales!". No eran muy originales. Una de las frases más famosas del nazismo, de padre dudoso, fue aquella de "Cuando oigo la palabra cultura, le quito el seguro a mi pistola".

Esta Semana Santa he visto a 4 ministros del PP cantar el himno de la Legión ante un Cristo crucificado.
Después de manipular el dolor de los crímenes recientes
para legitimar su autoritarismo y desviar la atención a través de las emociones de los debates políticos (corrupción, desmantelamiento de lo público y desigualdad),
es lógico que acudan al militarismo católico.
He visto también a miles de personas en las calles, llorando de emoción ante el paso de una Virgen o una cruz. Salen de sus entrañas las lágrimas que no vierten cuando pasa hambre o muere ahogado en el Estrecho un ser humano, uno de esos seres desamparados que tienen poco que ver con las ideas turísticas de la religión y la convivencia. La soledad de los cristianos que trabajan por amor y en silencio en favor de las víctimas se debe parecer a la soledad de un intelectual al estilo de Unamuno, en medio de una sociedad dominada no por el pensamiento, tampoco por la experiencia vital de la gente sin estudios, sino por
la soberbia agresiva del nuevo analfabetismo consumista
cultivado en el odio contra la inteligencia y la solidaridad.
Los cristianos y los intelectuales tienen la salida de sus conciencias y sus melancolías. Basta actuar según su ética, no renunciar a sus ideas pese al predominio del espíritu legionario que se ha extendido a través de la indignación manipulada de las redes sociales y los medios que establecen las líneas de juego del poder. La emoción de la propia ética es un refugio frente a las emociones colectivas que corroen las palabras, los valores y los sentimientos.
Mucho más difícil lo tienen los políticos de la izquierda. Si quieren intervenir en la realidad para cambiar las cosas, necesitan conectar con las emociones colectivas. Un intelectual puede permitirse el lujo de hablar al margen, por debajo o por encima de las expectativas de la realidad. Pero un político no. La valentía de un intelectual puede desentenderse de la prudencia que necesita un político a la hora de actuar. El intelectual denuncia problemas, el político busca soluciones en una realidad dada.
Entre el intelectual y el político, se sitúa el escritor. Componer una obra literaria, supone inventarse un lector, imaginar a alguien con el que se pueda establecer una conversación, vivir una historia de amor o una aventura policiaca, fundar una memoria y un deseo de futuro.
Quizá sea esa la tarea principal de una política de izquierdas. No parece buena estrategia el dejarse llevar de un sitio para otro según las circunstancias. En medio del vendaval de emociones programado por el neoliberalismo con la articulación territorial de Cataluña y con los crímenes de la cadena perpetua, quizá resulte necesario buscar un interlocutor, una colectividad capaz de movilizarse con emociones distintas a las que despierta el himno de la Legión. Hay otro tipo de gente. La tarea de buscarla es difícil porque las élites cuentan hoy con la fuerza bruta y con los medios para convencer de sus razones. Unamuno se arriesgaría hoy más que ayer al decir eso de "no convenceréis". Ha sido el gran reto tecnológico del capitalismo.

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Al hilo de estas reflexiones lucidísimas acerca de la situación ya no sólo española, sino global, me pregunto si no habrá llegado el momento de reconsiderar y replentearse personal y colectivamente, las categorías tradicionales de  la condición social e  individual de los seres humanos en que venimos calificando y clasificando a nuestra especie  desde hace siglos. 

Precisamente 'el gran reto tecnológico del capitalismo' al que alude nuestro Profesor en su artículo de hoy, tiene una cara B muy  digna de tener en cuenta: la avalancha constante de "ciencia" y tecnología además de barrer el hueco de la conciencia en grandes superfices, va dejando a su vez una demolición psicoemocional, cuyo desamparo e indefensión terribles provoca un cambio de mirada en millones de humanos que se reparten entre víctimas y testigos impotentes y doloridos por esa dinámica destroyer, creando la tensión necesaria para cambios y revoluciones evolutivas imprescindibles hoy más que nunca (el Planeta jamás en la historia conocida había llegado a un estado de dramática patología y agotamiento globalizado como el actual). 

Es ese terreno abonado por el estiércol de tanta corrupción material e inmaterial ,pero igualmente devastadora e inseparable, el que está propiciando la bifurcación que el Nobel de Física Prigogine califica como herramienta de salida de la entropía exterminadora de los sistemas de vida agotados por tantas causas, pero sobre todo, en el planeta Tierra,  por la avidez del egocentrismo universal combinada con el desconocimiento empírico de la misma esencia vital y de sus recursos.
Hemos llegado a un punto en que los seres humanos para sobrevivir necesitamos desarrollar lo mejor de nostras mismas, es decir, la conciencia, en todos los niveles: individual y colectiva, material e inmaterial, tecnológica y cognitiva, autorresponsable y co-responsable. Entusiasta como la juventud y madura como la lucidez. En tiempos como estos, es imposible seguir separando categorías y niveles; el intelectual y el político necesitan pisar el suelo y experimentar lo que pisa y experimenta el resto de humanidad. Y ese resto de humanidad, que es la mayoría, necesita experimentarse y conocerse lo suficiente como para no delegar sus derechos y deberes en pautas trazadas de antemano y en tiempos remotos, por costumbres, leyes y moldes sociales de tiempos que ya no se corresponden con las circunstancias de un cambio rápido y devastador que es consecuencia de la misma dinámica que ha creado los sistemas ad hoc en los diversos  tiempos y lugares. 

Es una aberración que si ya no lavamos en los arroyos sino con lavadoras automáticas, si se cruzan océanos en unas horas que antaño eran  meses e incluso años de navegación, la tele y el móvil nos comunican en red, que mientras  internet ha borrado no sólo las fronteras, que es genial, sino también  hasta la intimidad, y que en ese plan nuestras ideologías y creencias, "culturas", costumbres, modos y actitudes sigan siendo las mismas que en el Neolítico, en el Imperio Romano, el Medievo o el Renacimiento, e incluso la Ilustración. Que aún se funcione hasta en la política y la economía como piratas, vikingos, cuatreros y saquedores, con portafolios y mansiones  a lo Tower Trump's, o Putin Fashion, desarrollando psicopatías monovolumen y colectivas que lejos de ser consideradas una lacra se han convertido en el modelo social de triunfador/a, a base de exportarlo en pelis, series, canciones, novelas, publicidad y tertulias televisivas, absolutamente  letales para la inteligencia en general y la salud psicoemotiva de los seres humanos.

A base de esa mentalidad se está devastando el mundo actual y disolviendo el poder regenerador de la Naturaleza que hasta ahora nos ha permitido habitar este Planeta con el mismo talante con que los niños destripan sus juguetes recién comprados para ver qué tienen dentro..., con la particularidad de que éste es el único rincón conocido y  con vida constatable a nuestro alcance y nivel en el sistema solar y seguramente en gran parte de las galaxias.
Este gravísimo asunto no está aun reconcido como la circunstancia más grave y acuciante de todas las desgracias que nos amenazan, y no por castigos divinos ni falta de devoción que al parecer nos sobra y tanto "consuela" a la casquería procesional, sino por conductas desastrosas de unos seres que deberían ser humanos antes que frikis consumistas alucinados por sus egos y obsesiones desorbitadas tan locas de atar, que  a su vez los convierten en marionetas de lo peor, de lo más torpe, tóxico e invasivo de su propia especie. Infantilones para lo más importante y retorcidos, crueles y violentos para imponer tontunas.
Hay otro  agravente que es tela marinera: "eso" también estudia y hasta va a la universidad y se titula...(Rajoys, Feijóos, Cospedales, Cifuentes, Aguirres, Aznares, Botellas, Cañetes, Camps, Queridas Conchas, Llarenas, etc, etc...) y va y se hace político o magistrado o empresario de altos vuelos y hasta se convierte en ejemplo para las nuevas generaciones. 
Si la Universidad no se hubiese deteriorado, la simple prueba de madurez del  Selectivo impediría el acceso a la manada y caterva descerebrada desde su más tierna infancia y la enviaría con urgencia a reeducarse previamente para superar las carencias educacionales que  no les permiten madurar como seres humanos, sino deambular como clones autómatas especialistas en lo mismo que nos destruye como especie. "Eso", como el perro del hortelano y como los fariseos,  no puede evolucionar ni deja que los demás lo hagan, porque para colmo trepan y lo primero que hacen es adueñarse de la  manada concediénndole carta blanca en su bestialización y amordazando su conciencia cívica y personal hasta asfixiarla y dictar leyes en plan churros, que favorezcan e impongan a la fuerza su visión del mundo, so pena de que a los renuentes o infractores del enjuague les caiga encima una sentencia que les impida hasta pensar, decirlo y muchísimo menos dar el campanazo de la insumisión, que cuanto más pacífica sea, resulta más peligrosa para el disfuncionamiento del  sistem in falliure.

Una vez impuestas sus normas, todo es coser y cantar...la peña asilvestrada cada día más, se acostumbra, se acomoda a la incomodidad hasta convertirla en confort exponencialmente precario y tras un par de legislaturas a esa peña votante, equina, vacuna, lanar, aviar y porcina, ya no la conoce ni su padre, que para más inri impresentable, suele provenir del franquismo sociológico y por ello todo el tinglado le resulta al conjunto tan familiar como un dejà vu generalísimo. Así se pasa el testigo de generación en degenereación, como si fuese un ducado francamente deplorable, cuyo caché y patrimonio corre a cargo de la masa rebañil eternamente paganini. 

Por todas estas razones es imprescindible que la intelectualidad se socialice cuanto antes, que la política real y no el politiqueo especulador, impregne la calle, sin miedo ni tiquismiquis, que el pueblo sea el brazo insitucional de sus reivindicaciones sectoriales nacidas de la sensiblidad, el respeto y la inteligencia colectiva auto-organizada y no como la pólvora ni la rabia, sino como la lluvia persistente e imparable hasta la inundación de una conciencia solidaria, inteligente y co-responsable, que nos despierte como lo hacían las bandas de música mañaneras que hace años invadían las calles de Valencia tras la despertá en las fallas, cuando éstas eran tan humanas como hermosas. Qué simbólico es el hecho de que aquellos conciertos y desfiles mañaneros del buenos días de la belleza, desaparecieran como por arte de birlibirloque con la llegada de Rita Barberá al Ayuntamiento. 
Un retroceso lamentable para la evolución cultural del alma española, como lo está siendo el pp en todos los aspectos, haciendo con las emociones y los instintos manipulados que los elfos y su luz sean invisibles y que las tinieblas de mordorlandia arrasen la vida, la naturaleza y los sentimientos. Por desgracia y por inconsciencia de una mayoría alienada, Unamuno Gandalf con su sabiduría de elfo y su San Manuel Bueno y Mártir están siendo reemplazados a golpe de rotonda ppeppera y de Gürtel tejedora por el relato de Tolkien y la metáfora cada vez más materializada de un miserable desfile de golums alienados y amaestrados que sólo quieren su anillo, su tesooooro... y el glamour de sus orcos de uniforme, bandera, legiones y 'aporellos' bajo la mirada ambigua de un Sharuman modelo UE, que condena ONGs por salvar vidas que incordian y denucian la doble cara de un mundo capitalista tan hipócrita como inhumano. 

Hay que romper esa maldición desde otras actitudes sin miedo y llenas de esperanza organizada, inclusiva, constructiva, inteligente y con ideas alternativas que sustituyan a la viejas tapaderas de la decrepitud moral y social, política y económica. Como el 15M. Como las mareas. Las ILPs. Como las mujeres y los abuelos pensionistas, seguro que no hay quien las pare, justo, porque como los y las desahuciadas y desempladas a pan pedir,, ya no tienen nada que perder, por eso son maestras del futuro . Ahora hay más medios para salir de la ignorancia manipulada. Más caminos disponibles. Y por ello no tienen miedo, lo van perdiendo sin proponérselo y saben desobedecer sin hacer daño a nadie. Sin apalear, sin agredir.

Así como los primeros seguidores del Evangelio hicieron trizas el entramado del Imperio Romano a través de la igualdad de los hijos e hijas de Dios. De los/as bienaventuradas/os, del perdón y la empatía. No fue la guerra sino el cambio de conciencias por el jemplo indeleble de otra forma de vida más sencilla, cercana, fraterna, solidaria y feliz, que para colmo consigue hacer real el bien común desde el apoyo mutuo y la compasión que es la justicia suprema, el don de la simbiosis colectiva. 
El triunfo evangélico de los tres primeros siglos fue la conversión por convencimiento de las clases dominantes, maravilladas y desarmadas por la grandeza práctica y humilde y la lúcida felicidad de los sencillos que crecían amando en vez de odiando y temiendo, compartiendo en vez de acaparando, felices y sin miedo porque ya tenían en su interior la certeza cuántica de un gozo único que no se podía ni se puede comprar ni vender, ergo el dinero a mogollón resulta ser más un peso que una bienaventuranza; una foerma de ser y estar que no es una religión sino una creación constante de libertad generosa; así, con ese cambio de paradigma vital y social, acabó la esclavitud hace unos 1700 años, que era la fuerza económica principal sostenedora del viejo Imperio, como lo sigue siendo ahora la precariedad laboral prefabricada por el capitalismo lavacerebros y mataconciencias de los siglos XX y XXI. Otra forma de esclavismo es consumir por fuerza e imposición lo que dictan el empresariado y la banca, apoyados por los políticos sin alma ni conciencia que están avalados por las urnas en las democracias-falacia. Por eso jamás gobernará la izquierda en un mundo como éste, tal y como está. Y por eso cuando ha gobernado ha terminado por volverse como la derecha y cometiendo las mismas barbaridades sin poder evitarlo, porqueha entrado en el mismo bucle. Y es que sin cambiar por dentro personalmente no hay forma de transformase en un colectivo decente y mucho menos de transformar nada.

La luz interior -que los griegos llamaban 'gnosis' (conocimiento interno) que era lo que Jesús intentaba comunicarnos- no es una creencia ni una teoría, ni una religión sustituta del judaísmo, que es por lo que le crucificaron, sino una praxis compartida que va mucho más allá de las esperanzas hipotéticas de premios y castigos infantiles, es un sana, conciliadora, empática y genial forma de interpretar y remodelar el mundo presente y de crear futuro. Los físicos cuánticos tienen mucho que aportar a la neoconstrucción política y social del mundo resiliente que ahora está emergiendo del caos, una vez más, como cuenta la vieja leyenda bíblica en el Génesis. Otra metáfora más de la intuición humana. 

Estoy segura de que, si viviese ahora, Miguel de Unamuno estaría manifestándose con los pensionistas y las mujeres. Como lo haría Jesús nuestro inefable Carpintero de diseño global y atemporal. El primero y posiblemente casi el único que ha sabido explicar simultáneamente con palabras y hechos cotidianos la esencia percibible de lo más grande e infinito sin dejarnos enredados en retruécanos ni misterios al estilo ocultista de los católicos. Y con su propia vida como testimonio transformador. Un paso más avanzado, comunitario y abierto del que dio Buda en su día. Cada ser despierto va poniendo un trecho más del camino hacia la realización del Ser.
No dejemos que la mugre natural del desguace nos eclipse la luz que está naciendo de nuevo sobre las aguas primordiales de la confusión contaminante e inevitable hasta que el camino se vaya haciendo más visible, sin olvidar que esa visibilidad incipiente depende de las linternas conscientes de los y las que van despertando y a la vez, simultáneamente, en paralelo, desertando del montaje letal y entrópico sin más remedio que salir de él cuanto antes, abriendo parcelas de conciencia que poco a poco se irán coordinando y reconociéndose como miembros de una misma familia universal, sin exclusiones ni presiones egocéntricas. No significa que eso vaya a ser Jauja en plan diseño Silicon Valley sino el comienzo de otra forma de vivirdesde la materia sencilla, pero iluminada por la energía consicente, mucho más satisfactoria y donde la obsesión por la inmortalidad mecánica dejará de ser lo más importante ante la manifestación  de una conciencia infinita que es la vida en todos sus aspectos posibles y creadores, desde la esencia humana, que en realidad es divina en potencia, incluyendo la experiencia de cambiar de estado orgánico e inorgánico.

Buen domingo de Resurrección y de gozo para todas y todos. Como canta Silvio Rodríguez, otro comunista que no lo puede evitar: el problema, señor, es el alma, el problema es la resurrección, el problema, señor, sigue siendo sembrar amor.

Lo mismo digo y lo mismo intento hacer.

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