martes, 8 de marzo de 2016

La voz de Iñaki


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El último engañabobos

EL PAÍS 

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Tiene su lógica que un proyecto europeo basado fundamentalmente en  una asociación financiera y mercantil que se cepilla la soberanía de sus miembros para pisotearlos con toda "legalidad", como premisa básica de control  absolutista, no tenga ahora recursos políticos y sociales para afrontar una hecatombe humana ni estructuras solidarias que faciliten las soluciones decentes. La única soberanía que conoce y practica la UE es la de los bancos. Y los bancos en la actualidad, solo son traficantes de monedas que crecen con la descomposición de la integridad moral de los seres humanos. Son composteros donde se pudre  el corazón y el alma insostenible de las personas ya disueltas en el ácido del egoísmo, alienadas, en intereses, miedos y automatismos; en las tres "pes" del declive: Pánico, Poder y Placer. Tres Ps que parten de  un pasado bárbaro, han conseguido un presente caótico, deshumanizado y tenebroso y están incapacitadas, si no se cambia de rumbo, para crear las bases de un futuro. Una moneda no vale nada como único elemento de cohesión, aunque forme parte de un chantaje laberíntico del que no se puede salir sin provocar una hecatombe económica y social.
Europa, igual que  España, ha perdido el Norte como proyecto de futuro. Y con urgencia deben rehacer, una y otra, paradójicamente, todo lo que no han hecho aún. Empezando por colocar al ser humano como sujeto y objetivo y todo lo demás, después, para servirle y no para servirse de él. La energía que mueve la dignidad y el respeto a los derechos restablece la limpieza y el clima para crear recursos, pero aquí, en el área de influencia de yankylandia, se funciona, justo, al revés. 
Lo primero de todo es crear recursos que nos posibiliten reconocernos como seres humanos con dignidad y derechos; y no en plan tanto tienes tanto vales. Tu humanidad tiene el valor de tu bolsillo. Si tu bolsillo está vacío tu dignidad y tus derechos humanos son papel mojado. No existes en el magnífico show de Truman en que se ha convertido la maravillosa sociedad occidental, ese paraíso al que llegan los desgraciados y arruinados por el sistema depredador y desalmado, pero si te empeñas en dar señales de que sí existes, te conviertes en un problema gravísimo, si encima, los que dan esas señales son miles y millones de no existentes en la balanza mercantil del  superávit de  recursos y la escasez de humanidad. Ellos no están en la lista de elegidos. Pero se empeñan tozudamente, día a día, en llegar con esa insistencia obstinada que dan la desesperación y el horror mordiendo los tobillos y hundiendo vidas en el mar de la diáspora forzosa. 

Convertir a Grecia, ahora, a toda prisa, en el depósito de la impotencia y a Turquía en la gestora de los imposibles a base de dinero y promesas es una chapuza indecente y una falta de responsabilidad, sobre todo porque nadie se plantea en serio que el problema real de origen es la guerra; la guerra multiplicada  de Irak, de Afganistán, de Palestina, de Libia y  de Siria en la que Occidente tiene mucho que ver, jugando al ajedrez de sus intereses estratégicos y económicos; las guerras son un negocio redondo para los estados que fabrican y venden las armas que destruyen a los seres humanos y los recursos naturales y elaborados que hacen posible y mejoran las condiciones de vida. Si se elimina la causa, que es la intervención belicista de la OTAN y del mercado tecnológico del armamento que la sostiene, desaparecerá a continuación el problema de las migraciones, que a los USA no les afecta porque están a miles de kilómetros, pero a Europa la machaca. Por eso Europa debería presionar con poner fin a su cooperación en ese tratado nefasto si es que sólo sirve a intereses repugnantes e inhumanos y no a una defensa "lógica", dentro del error que supone ya estar neurotizados, siempre a la gresca y esperando lo peor de todo el mundo porque no se obra desde el bien común sino desde la miseria moral que han dado en llamar estrategia política. Y piensa el cínico y el abusón que todos son de su condición.

No se puede mantener a largo plazo una estabilidad política ni económica si se está haciendo negocio con la destrucción masiva de territorios y personas; por una mera ley de consecuencia todo acto y toda omisión tienen una respuesta, un resultado, una estela residual, cuya inocuidad o daños, se derivan de la clase de intención y de métodos, del fin y de los medios con que se actúa. Pretender en plan prepotencia yanky alterar esa lógica inevitable, por más que se quiera mirar para otro lado, es un disparate que poco a poco está acabando con el Planeta y sus habitantes.

El capitalismo neoliberal, loco, maníaco en su propia burbuja alucinatoria que cree infalible y omnipotente, se cargó el socialismo del Este que a trancas y barrancas, regulaba el ansia  depredadora y frenaba la fiebre del oro desatada por los EEUU y su socia, la eurozona, sin prever las consecuencias del descalabro de la balanza, como por ejemplo, la conversión de la Rusia y la China comunistas en un semillero de bandolerismo capitalista y mafioso, porque salvo en el tema de los seguros y planes de pensiones privados, el mundo neocon no sabe prever más posibilidades que dejar al dinero divinizado hacer de las suyas por el mundo, dejando todo al albur y capricho de los mercados financieros, en plan very wonderful & very happy, que ya se regularán a sí mismos porque son listísimos y solo hay que confiar alegremente en su habilidad administradora natural de recursos para que todo salga redondo sin intervención reguladora que le ladre por ningún lado...Genial, y aquí tenemos el resultado de ese modo tan peculiar y sensato de entender la riqueza y la prosperidad: miseria para todos, destrucción en masa y problemas demenciales cada vez menos resolubles porque no hay capacidad para cambiar la mirada y ver la totalidad del panorama además de las cotizaciones en Wall Street, por eso ni siquiera se percibe el marco de fondo que se ha alterado y deteriorado ni la obsolescencia entrópica de las herramientas conocidas, que, evidentemente, no sirven ya nada más que para destruir, intoxicar  y malversar excedentes que se pudren por exceso de acumulación en un lado de la balanza y carencia absoluta en el otro . 

Es necesaria la intuición, la creatividad y la fluidez, pero partiendo de la búsqueda del bien común, no de la preeminencia de los poderosos sobre los miles de millones de empobrecidos. Keynes y Roosevelt lo vieron claro en los años 30 del pasado siglo: si creas pobreza para enriquecerte, el resultado será indefectiblemente, tu propia ruina y la ruina de tu entorno, como tú estás siendo la ruina de los demás y su entorno. Así nació el new deal: invierte con generosidad e inteligencia en evitar la ruina de los demás y lograrás no arruinarte tú con ellos como consecuencia de tu miseria. Aunque no sea por bondad y tu pobre conciencia sólo te dé para invertir por egoísmo.
La crisis de los refugiados no es una venganza de los dioses castigadores, es física y lógica, puesto que en el plano de vida en que habitamos todo está interconectado, la vida es un tejido de energía consciente y todo daño causado en una parte se extiende al todo inmediatamente, como pasa en el cuerpo biológico también pasa en el cuerpo planetario y en el cuerpo social; una herida mal curada en cualquier zona, por pequeña que sea, repercute en todo el organismo y lo infectará si no se acierta a curarla lo antes posible.  No es tan difícil de comprender. Si personas tan importantes e inteligentes, tan capaces y dispuestas a gobernarlo todo sin dejar una coma fuera de lugar en el plan de control globalizado, no se percatan de asuntos tan básicos y elementales, puede que no sean tan excelentes como intentan parecer y mucho más torpes y cegatas de lo que quieren aparentar. 

Como ha pasado en España con el pp, holográficamente, está pasando  en Europa con la descomposición del neoliberalismo; están bloqueados en su bunker, los resultados de su sistema los aplastan y no son capaces de comprender que su ceguera es el bloqueo y el buker que les hace sentirse seguros es lo que les está hundiendo porque, la acumulación de excedentes que no quieren compartir pesa demasiado para sostenerse en una sociedad oceánica, cada vez más líquida, como afirma Bauman, donde la flexibilidad y la ligereza son necesarias para evitar el naufragio. Acabando, así, con el proyecto de una Europa insostenible, solo desde la economía financiera, una pluralidad desencuadernada que no comparte valores ni prioridades. Hay que refundarse como países soberanos y a la vez como proyecto eurocomunitario. 
Está claro que es el momento de que una izquierda europea, madura, humana, sana y justa, dialogante, equilibrada, próxima y ética, ponga las cartas boca arriba sobre el tapete de Bruselas. La iniciativa de Varoufakis tiene ahora mucho que aportar junto con los movimientos sociales de renovación que ya no se basan en viejas políticas depredadoras, con enfrentamiento en rivalidad competitiva sino desde el acuerdo, el apoyo mutuo, el respeto y la cooperación, como la nueva izquierda de la diversidad que confluye. Ecologistas, municipalistas y pueblos en transición, que no aspiran a conseguir hegemonías sino a que la verdadera potencia sea el coro armonizado y riquísimo de la pluralidad, sin que se excluya a nadie que no quiera excluirse, naturalmente.

 Si nos ponemos a ello, puede funcionar el segundo  new deal que el mundo necesita para arrancar en otra dirección sin causar el caos y la ruina,  ni más guerras genocidas que el neoliberalismo está poniendo en marcha a cada momento. Y teniendo como lema esa idea que escribió Tolstoi y que Gandhi hizo realidad: no se puede pretender cambiar el mundo si uno mismo no cambia. Ni más ni menos. 


                                                 
                             Resultado de imagen de fotos de los refugiados sirios

                        Ya basta, Europa. Despierta de una vez.
                                                 

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