lunes, 21 de marzo de 2016

De estas cosas la prensa "oficial" no dice nada. Y así nos va












En el centro de la imagen el portavoz de la FAGC, Ruymán Rodríguez, junto a miembros de la Comunidad de La Esperanza/ EFE/Elvira Urquijo A.
En el centro de la imagen el portavoz de la FAGC, Ruymán Rodríguez, junto a miembros de la Comunidad de La Esperanza/ EFE/Elvira Urquijo A.

Comunidad La Esperanza: el experimento libertario en Gran Canaria

Un artículo de Bea del Corte e Iris Rodríguez 
Con una gestión horizontal y autogestionada, se forma la mayor comunidad okupa de España, una experiencia libertaria llevada a cabo por gente no anarquista. Son las setenta familias que viven en ‘’La Esperanza, lo último que se pierde’’ en Gran Canaria.
A principios del 2013, inmersos en un gran entorno de precariedad social en Canarias: paro –un 35% según la última EPA-, desahucios –más de 4.000 ejecuciones hipotecarias en el último año según el Consejo del Poder Judicial-, crisis económica y de precariedad laboral, un grupo de familias entraron a okupar un bloque de pisos vacíos en el municipio de Santa María de Guía, al norte de la isla de Gran Canaria, una de las 7 islas del archipiélago canario.
En una coyuntura social en la que la okupación de pisos vacíos está cada vez más legitimada debido a la crítica situación de la vivienda, lo que diferencia esta comunidad okupada es la organización que les apoyó en la acción. Fue la Federación Anarquista de Gran Canaria (FAGC), que dio pie a una organización vecinal y comunitaria compleja pero enriquecedora. Hoy 200 personas viven allí. Son la comunidad Esperanza, “lo último que se pierde”.
La federación anarquista planteaba esta lucha social con un objetivo primordial: solucionar la falta de vivienda, además de conseguir el favor social de una mayoría que legitimase su acción, propone una reivindicación en clave de conflicto. “Si te limitas a proporcionar servicios básicos, el capitalismo vuelve a ser el mejor sistema para la gente y eso no genera ningún aprendizaje”, explica Ruymán Rodríguez, portavoz de la federación.
Se creó así la gestión libertaria de un espacio común. Sin embargo, el proceso tanto previo como durante la okupación fue complejo. La legitimación social de esta acción implicó un gran trabajo base, muchas reuniones con vecinos de los barrios con mayor riesgo de exclusión social y que más están sufriendo las consecuencias de la crisis, con okupaciones puntuales de pisos vacíos hasta que apareció la posibilidad de entrar a vivir en un edificio que la constructora Piornedo había dejado sin acabar en Guía, Gran Canaria.
La idea inicial era acompañar a los nuevos inquilinos en el inicio del proyecto, darles las herramientas para coordinarse y posteriormente desvincularse de la okupación como colectivo. Setenta familias se acabaron uniendo al proyecto; en las que el asamblearismo fue la principal forma de organización en la comunidad. Aunque como cuenta Ruymán, miembro de la FAGC y habitante del edificio durante año y medio, las dinámicas asamblearias son complejas de aplicar si no se tiene cierta experiencia. Se consiguió generar el entendimiento y funcionamiento necesario de las comisiones, pero cuando la federación anarquista quiso desvincularse de la okupación -para convivir sin una ayuda que pudiese politizarlos- , se crearon “golpes de estado autoritarios dentro de la propia comunidad”. La FAGC tuvo que volver a vincularse para ofrecerles herramientas de organización, generar espacios de aprendizaje y formación y crear comisiones de gestión de la comunidad y de resolución de conflictos.
En La Esperanza viven con luz de obra, bidones de agua y aproximadamente un 30% de los vecinos se alimentan a partir de una huerta común. Hay una importante variedad étnica y con ella los consecuentes prejuicios y sub-prejuicios dentro de los propios inquilinos. Actitudes sociales que describen a la perfección la estructura social en la que vivimos, cargada de estereotipos y categorías.
Entre las más de setenta familias hay una gran diversidad de perfiles, familias, inmigrantes, niños, parados de larga duración, trabajadores precarios, etc. Muchos de ellos son profesionales de la construcción que se quedaron inactivos después de la crisis del boom inmobiliario, por lo que se encargan de resolver cualquier problema técnico o de infraestructura en el edificio, apunta el portavoz de la comunidad.
Respecto a los roles de género, es evidente que se mantienen en tanto que es muy complicado sacar a las personas de sus actitudes intrínsecamente machistas, explica Ruyman. Sin embargo, el rol de fuerza masculina se pudo ver diluído ante el papel de las mujeres en la resolución de todos los conflictos que se daban en la comunidad. El empoderamiento de la fuerza femenina no solo se da a través de formaciones y talleres.
A nivel legal, el bloque de la comunidad pertenece a la SAREB -Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria-, conocido como el banco malo. Algunos de los problemas que se pueden presentar es un desahucio cautelar por algún problema estructural (como un incendio o inundación). Por lo que ahora se encuentran en el segundo intento de desligarse de la federación anarquista, ya que los vecinos cuentan con mayor experiencia en gestión asamblearia y deben enfrentarse a una nueva situación. En primer lugar, piden al Ayuntamiento que les ayude a regularizar los suministros para el abastecimiento público de luz y agua, pagando lo que corresponda; también demandan que asuma la titularidad de las viviendas con un alquiler social asequible a sus ingresos, siempre siguiendo con los patrones de su gestión libertaria.
Ante las críticas posibles a que con el soporte de la FAGC a la comunidad se produjese una influencia ideológica, el portavoz no duda: “una vez les ofrecemos las herramientas, decidimos que el papel de la Federación debe cambiar: abandonar el rol paternalista y dejar que la comunidad evolucione por sí sola; aunque como libertarios no nos sintamos identificados con sus futuros actos o decisiones”.
En definitiva, no buscan con sus acciones solucionar una cuestión habitacional sino plantear soluciones a problemas sociales abriendo una grieta profunda en el sistema: dejar de retroalimentarlo. El archipiélago canario, con más de 2.100 millones de habitantes (800.000 en Gran Canaria), es de las comunidades con mayores riegos de exclusión social. Aproximadamente un 30% de personas viven bajo el umbral de la pobreza y un 16% de familias tienen todos sus miembros en paro (INE). Pero además, tiene una de las mayores incoherencias del sistema: existen cerca de 130.000 viviendas vacías (según la PAH Canarias) y unas 21.000 familias solicitantes de vivienda (según el gobierno autonómico).
El portavoz de la Federación Anarquista de Gran Canaria es consciente de la particularidad de esta experiencia libertaria. Es un producto consecuente de la crisis, llevado a cabo por gente no anarquista, fruto de la necesidad de plantear alternativas a la desigualdad social.



Comunicado contra el desalojo de "La Esperanza" (provisional)

Pedimos que todos los colectivos con sensibilidad social firmen este comunicado. Después de haber recogido las suficientes firmas lo trasladaremos a los medios. Para firmarlo basta con confirmarlo por correo (anarquistasgc@gmail.com o comunidad.esperanza.200@gmail.com), a las cuentas de twitter o facebook de la FAGC o de la Comunidad Esperanza o a esta misma web. Este es para colectivos; ya miraremos de hacer otro más amplio para individualidades también. Podéis seguir firmando, no está cerrado el plazo. Sería importante darse cierta prisa para poder presentar el comunicado en la rueda de prensa del lunes 21 de marzo. Muchas gracias. 

¡No al desalojo de la Comunidad "La Esperanza"!
El pasado 14 de marzo de 2016 muchos de los vecinos que llevan habitando desde el 2013 la Comunidad “La Esperanza” (la comunidad ocupada y autogestionada más grande del Estado) recibieron una notificación del alcalde del Ayuntamiento de Santa María de Guía, Pedro Rodríguez, en la que se les indicaba que disponían de un mes para abandonar voluntariamente el inmueble, y se incoaba a las compañías suministradoras a cortarles agua y luz (agua de cubas que pagan entre todos y luz de obra que los vecinos siempre han reclamado que se les permita regularizar).
Al ayuntamiento y al alcalde no les ha importando sembrar el pánico entre las 77 familias que componen la comunidad, ni someter a una situación de angustia y desesperación a sus más de 200 habitantes; especialmente teniendo en cuenta que más de la mitad de ellos son menores. No les ha importado tampoco que esta medida (cortarles los suministros básicos y arrojarlos a la calle) supondría, de llevarse a cabo, una emergencia humanitaria de primer orden.
Sin embargo, las vecinas y vecinos han decidido reponerse de este duro golpe, se han puesto en pie, se han reorganizado y ahora lo único que necesitan es ayuda y apoyo en su lucha.
Por ello, los colectivos abajo firmantes exigimos al Ayuntamiento de Santa María de Guía y a su alcalde Pedro Rodríguez que desistan en su intento de desalojar la Comunidad “La Esperanza”. Demandamos que los vecinos no puedan ser desalojados de sus casas hasta que no se les garantice por escrito, y con todas las garantías, que se les ofrecerá una alternativa habitacional digna y asequible para sus mermados ingresos.
Hasta que esto no se cumpla los vecinos de “La Esperanza” no piensan abandonar sus viviendas. Y nosotros, todos los colectivos firmantes de este comunicado, estaremos a su lado hasta entonces.
¡No al desalojo de “La Esperanza”!
Firman:


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Será porque la palabra "okupa" ha adquirido en los medios un talante de cosa poco seria y molesta. Será porque en nuestro pobre, chismoso y desinformado  país, el significado de la palabra"anarquía" nunca se ha comprendido de verdad; en boca de los intereses del mercado y como en el imaginario rancio de la vieja España de los miedos y tembleques, se identifica, igual que  "república", con el caos, el desorden y, hasta con la violencia. Será porque la ética y su lucidez brillan por su ausencia. Quién sabe por qué, noticias como ésta nunca salen en los periódicos más leídos y por ello siempre quedan en la zona marginal de la información al servicio del negocio. Una pena. Porque noticias de este estilo son semilla del cambio, del empoderamiento ciudadano que desde el 15M va trabajando desde dentro de cada individuo, tanto la conciencia como el inconsciente colectivo; y también resulta que ese proceso liberador le hace daño al sistema  de los genocidios, de los abusos, de  la injusticia y de la perogrullada constante de una mediocridad estrepitosa, que nos lleva por la calle de la amargura. Y no es que lo diga yo porque responda a una ideología, que no es el caso, es que lo digo porque está ahí, porque es una evidencia. Tenemos que aprender a leer más allá del alfabeto,más allá de lo literal, para poder comprender los trazos de la vida y sus señales. Afinar el oído del alma para escuchar el rap de los latidos, del pulso de los acontecimientos, las bachatas de la evolución inteligente, que no para nunca, aunque haya muchas fuerzas de confluencia tan interesadas en pararla a golpe de desgobiernos totalitarios disfrazados de democracia y calamidades de naturaleza impolítica, deseconómica y descerebrada. 

Tener una actitud libertaria, no significa vivir en el caos. Trabajar para desterrar este sistema troglodita camuflado de glamour tan pomposo como miserable, no es ser "antisistema", sino intentar crear entre todas y todos otro sistema más justo, más inteligente, más humano y más reconfortante. Más productivo en prosperidad real, en felicidad y en belleza. En armonía con una misma, con el medio y con el prójimo, que en realidad constituyen un todo. Aprovechando lo útil que el pasado nos ha enseñado, pero desechando para siempre la estructura mental errática y absurda, basada en la avidez del ego como patriarca y maestro de soberbia cruel y victimismo paralizante, donde hay que  "ganar" como sea, a base de zarpazos, bajezas y maldades y por encima de la dignidad y los derechos de los que se crucen por el camino y donde "perder" es lo peor que puede ocurrir a quienes solo tienen como objetivo publicitario la realización de sus "sueños", que son siempre los mismos, se muestren con la cara que se muestren: vivir forrados, comprando todo que se ponga por medio y poseer y acumular todo lo que se pueda. Un asco de vida, si se mira desde el ángulo de nuestra verdadera esencia humana. Por eso estamos tan mal en todas partes, abramos el mapa por donde lo abramos, exceptuando el reino de Buthan, que al parecer es el único lugar del mundo donde el PIB no es el producto interior bruto (brutísimo), sino el PIF, producto interior feliz. Lástima que los buthaníes, por desgracia, sean una rareza demasiado minoritaria en el estado actual de  la humanidad. 

Tiene que llegar el momento de saturación entrópica en que se comprenda de un modo global la calamidad que se produce cuando no se entiende nada,  y entonces solo hay un modo de funcionar: la manipulación por delegación soberana y estúpida hasta crear un nuevo imperio de lo cutre que nos asegure la comodidad de no asumir nuestro destino compartido, a base de dejarlo en las manos de grupos manipuladores, lejanos a nosotros y a los que mantenemos para que viviendo a nuestra costa nos hagan puré cuando les interese. ¿Acaso los millones de refugiados han estado viviendo gratis y sin pagar nada en sus países donde la escasez y la carestía son verdaderos azotes? Han sido esclavos de la economía sin vergüenza, igual que nosotros. Y ahora son la calderilla del cambio. Igual que nosotros. 
Movimientos como el 15M o como el movimiento libertario o como el anarquismo, descubren y neutralizan esa realidad controladora y atroz, a la que este sistema nos ha encadenado, debido a una educación pre-concebida no como cultura, que es el cultivo del terreno de las facultades humanas más despiertas, sino como domesticación de la mente y la voluntad, para acabar siendo peones de un ajedrez horrendo y letal para nuestra condición de humanos.

A ver, ¿alguien nos ha contado en la prensa qué es esta estupenda y magnífica  iniciativa en Madrid: Asesoría de Okupación de Carabanchel? Es un proyecto extraordinario, del que ya están viviendo varias familias, aprovechando la ocupación de un viejo edificio, abandonado en el Barrio de Carabanchel, medio ruinoso desde hace años, que era un pozo de basura y de abandono. Estas iniciativas ciudadanas, libres, autónomas y creadoras de empleo y convivencia ejemplar, debería animarlas y apoyarlas el propio Estado, si de verdad fuera democrático y no un cacicato cleptócrata y parásito. Podéis encontrar más información en la página que tienen editada en Wikipedia. Y los madrileños interesados pueden ir a conocerla. Se llama EslaEKO, porque en origen fue un economato; una especie de tienda-almacén que una empresa como la Renfe, o la Calvo Sotelo,por ejemplo o una isntitución como el Ejército, utilizaban para vender más baratos los artículos básicos de consumo. Diríamos que era una especie de banco de alimentos, para los trabajadores del cotarro, cuyos artículos de primera necesidad se pagaban más baratos que en las tiendas normales. Como en la dictadura los sueldos fueron siempre precarios para la mayoría ciudadana, el dictador tuvo a bien, crear esa especie de limosneo, en el que nada se regalaba, claro, pero que era un modo de hacerse propaganda y lavar la cara al régimen. Como el llamado "auxilio social". Inventos retrógrados y feudales, para sustituir la justicia y los derechos.
Ahora la ciudadanía desde el 15M, ha llevado a cabo esta iniciativa, que comprende servicios de asesoría, de reciclado de ropa, de muebles, biblioteca,  y espacios para teatro, música, conferencias, cursos de formación humana, laboral, talleres ocupacionales, ludoteca, cocina, banco de alimentos, ropero, etc.
Ningún periódico dedica un monográfico a explicar estas cosas estupendas; solo si hay un acoso por parte del ayuntamiento pepero o de grupos de ultraderecha, se convierte en noticia, en la que ese proyecto de regeneración social, económica y democrática suele aparecer más como una provocación estrafalaria que como un logro extraordinario de la civilización, la cultura, la ética y la solidaridad.
En Valencia se inició hace años, en la misma onda, la Casa Grande, pero, al contrario que Esla EKO, tuvo todo el respaldo del poderío, porque fue idea de  Antonio Alfonso, un jesuíta. Y claro, eso era de fiar...lo de la ciudadanía, no.
Así es la España miserable, beatorra, gilitonta, fomentadora de la miseria, de las miras cortas y  serviles, de ideas fijas, de moldes atávicos, de dogmas-bunker, adoradora fiel de lo jerárquico y sus pompas...de jabón monárquico, chuleta y fantasmona en lo insignificante  pero sumisa en lo fundamental, que en vez de alegrarse de que sea ya la ciudadanía la que se auto organice y solucione sus carencias sin depender de "la caridad", se mosquea, se asusta y se enfada, hasta atacar incendiando una de las secciones de Es la EKO, como hicieron los neonazis no hace mucho.
Poco a poco se irá consiguiendo que desaparezca el pelo de la dehesa del señorito, del señor marqués o de la señora duquesa, del señor obispo o del politicastro amañado, amaestrado y comprado por el cacicato nacional. O de las malestades de turno que aún mantienen en alto el pendón de la estirpe de ilustres y desilustrados pendones.

A veces hasta en el flanco izquierdo de nuestra política, se percibe cierto tono de prevención contra el mundo libertario y anarquista al que la ciudadanía tiende por naturaleza e idiosincrasia.  La rama marxista de la izquierda debería considerar que el fracaso del comunismo en el mundo se ha producido  precisamente, desde dentro de un sistema totalitario e implacable, al  olvidar que el individuo con su espacio interno y externo de conciencia y libertad integrada, es imprescindible para que funcione el tejido colectivo de un Estado proletario, que sin el cultivo de ese espacio personal se convierte, por puro automatismo, en una máquina hegemónica y desnaturalizada, rígida y enferma de sí misma, que ha trasladado la egolatría individual a la egocracia grupal de un sistema.
En realidad para que consigamos un mundo regenerado y una sociedad justa, equilibrada y sana, los pilares básicos deberían ser un socialismo libertario y compasivo, dialogante, que no separe con un abismo lo público de lo privado,  respetando ambas dimensiones por igual, combinando autogestión con solidaridad entre individuos y comunidades, que mediante el desarrollo individual, transpersonal, federado y organizativo desde lo local a lo general, simultáneamente consigan, ejerzan y compartan una visión práctica, plural  y consensuada de la convivencia, un toque de sutileza espiritual, que nada tiene que ver con las religiones, los cultos y los dogmas, sino basada en una pedagogía práctica del respeto a sí mismo como a los demás, y que no  excluya nunca la libertad responsable de elección de credo, de ideas y de asociación legítima, en un medio social aconfesional, laico y respetuoso con el mundo íntimo de cada persona, con el fin de facilitar el bienestar individual y la convivencia gratificante y respetuosa con la diversidad. Un pueblo constituido por individuos infelices, tensos, vigilados y esclavizados por métodos e ideologías forzadas, es un pueblo de fanáticos y resentidos, que en cuanto se libere de la tiranía será peor y más vengativo que nunca. Será pesimista y negativo. Miserable aunque tenga mucho capital.
Por el contrario,un pueblo formado por individuos que se sienten libres y respetados que son educados con valores éticos por el ejemplo vivo de lo que ven, más que presionados por sermones y amenazas, es un pueblo feliz y productivo, libre y sano.

Aunque despacio, llegará el día en que por fin, la inteligencia colectiva  con su elegancia noviolenta y con su moral social y política basada en la ética personal irreversible, gane la copa de la dignidad en el torneo de la decencia.
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                          El Eko


llevamos más de un año parando desahucios, consiguiendo daciones en pago y alquileres sociales, y por la asamblea de vivienda cada vez pasa más gente. Pero, puesto que a veces hay casos de desahucios que no se paran, que los alquileres son ya casi impagables y que, en fin, hemos decidido no aceptar los precios arbitrarios de la especulación, más nos valía a las vecinas ponernos las pilas y pasar a la acción. Liberar, okupar, ocupar, expropiar, nombres distintos para una misma estrategia: entrar en espacios abandonados y vacíos, propiedad de las gentes, empresas y bancos que nos han arrastrado a la penosa situación económica que vivimos, para construir en ellas proyectos de vida. Eso sí, si vamos a okupar, vamos a hacerlo con estilo: con seguridad jurídica, habilidad técnica y compromiso vecinal. Por eso, Carabanchel cuenta ahora con una Asesoría de Okupación en el Eko, (...) , abierta a todo el mundo que tenga cualquier duda, que necesite o le apetezca okupar
—[[ESLA EKO[1]]]

                                             
   

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