"...anche i mortali di casa Salina
discendevano in fretta giù dalle sfere mistiche"
"Il Gattopardo" G. Tomasi di Lampedusa
Vinieron las oscuras golondrinas una vez
y tuvieron que irse,
ya no había balcones entreabiertos
donde abril levantase las alas
ni trémulas penumbras de salón
donde arrancarle al arpa un solo acorde.
Volvieron una tarde, de incógnito y de amor;
vinieron a encontrarme en Monreale,
al borde bizantino del Tirreno
con una aria de Bach entre las plumas
para invitarme al baile que daban los Salina.
Angelica y Tancredi iniciaban un vals
y Palermo cruzaba el meridiano de todas las memorias
como un barco varado en la nostalgia.
Y son viejas campanas las que vuelven
como las golondrinas de otro tiempo
enredadas en luz, preludio y fuga,
golpes en los derribos de un soneto
que lloraba de cuandos y de entonces.
Ya no queda ni un verso en Villa Falconeri.
Sólo el rosa fugaz de un pájaro fantasma
se convierte de pronto en un tapiz
mientras un gallo solo en el horizonte
pica una soledad de mandarinas
Volverán más abriles como éste
que tendrán otros nombres e idéntico perfume
y también volverá esa sabiduría del recuerdo
que nunca nos perdona los olvidos
(Del poemario inédito Geografías de Interior -1998)
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