Dos internos del CIE de Zapadores denuncian torturas de la policía
Un argelino asegura haber recibido 17 puntos de sutura en la cabeza y otro de origen marroquí se autolesiona con un corte en el pecho para recibir atención médica
03.02.2015 | 14:06
levante-emv.com
Ben Yunes Sabbar y Mohamed Rezine Zohuir, dos internos del Centro de
Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, han interpuesto esta
mañana una denuncia ante el juzgado por haber sufrido supuestamente
torturas por parte de varios agentes de policía durante los últimos
días.
Sabbar, ciudadano de origen marroquí, explica en su denuncia que, el pasado 19 de enero, pidió visitar la enfermería del centro ya que sufría de hemorroides, alegando que "sangraba mucho" y no podía soportar el dolor. Como no hacían caso de su petición, se autolesionó haciéndose un corte en el pecho de 19 centímetros. Según explica, solo de esa forma, logró recibir atención médica.
Días después, el 25 de enero, exigió de nuevo que le volviera a visitar la enfermera del centro porque sentía que "se estaba desangrando" por la misma causa. Entonces, según detalla Sabbar, uno de los agentes llamó a otros dos policías más para que vigilaran mientras lo metían en una de las celdas, donde no hay cámaras, y empezó con la porra a golpear el metal de la cama mientras le gritaba insultos xenófobos tales como "los marroquíes sois unos guarros y unos sucios que no valéis nada y vuestras mujeres no valen nada".
Cuando el interno volvió a pedir ayuda médica, según su testimonio, un agente le pegó un puñetazo y un bofetón, le agarró del cuello y le amenazó con matarlo si seguía pidiendo atención sanitaria. Sabbar asegura que el agente le dijo "como vuelvas a llamarnos, bajo con la pistola. Te apuntaré con la pistola en la cabeza, te pegaré un tiro. Mi turno termina a las ocho, me voy a casa y nadie se enterara que he sido yo quien te ha matado" y "duérmete que me da igual que sangres". A causa de la paliza, Sabbar ha perdido un diente, tiene varios moratones por todo el cuerpo y sufre alteraciones del sueño, estrés y ansiedad.
Asimismo, el interno asegura que su derecho a ser atendido por un abogado ha sido vulnerado, ya que cada vez que ha solicitado una instancia para tramitar su asistencia jurídica, los agentes se la han roto o directamente no se la han facilitado. Sabbar adjunta en su denuncia la firma de 21 internos como testigos de las agresiones que asegura haber recibido.
Por otra parte, Zohuir, ciudadano de origen argelino, asegura que, el pasado 19 de enero, tras verter accidentalmente agua de un vaso en el comedor, un agente le llevó a las duchas del centro, cerró con llave, y le propinó patadas, puñetazos y golpes con la porra. En el momento en el que el interno estaba en el suelo y el policía tenía su bota sobre la cabeza de Zohuir -según explica éste en la denuncia-, entró una agente y la enfermera del centro, a la que escuchó decir "deja al chico, lo vas a matar". Tras la paliza, tuvo que ser trasladado al hospital donde fue intervenido con 17 puntos de sutura y tiene moratones en varias partes de su cuerpo. Cuando pidió el informe de lesiones, la Policía se lo denegó. Ambos internos aseguran que los policías carecían de identificación en todo momento, aunque dicen poder identificar con facilidad a los agentes que les han agredido.
Mecanismos de control y depuración de responsabilidades
Ante los hechos, desde la Campaña por el Cierre de los CIE (CIE NO), exigen al Ministerio del Interior que se tomen "medidas inmediatas para controlar las actuaciones policiales de forma que se garantice la integridad física y moral de los internos en todo momento".
Además, reclaman que se cierre de forma permanente el CIE de Valencia, porque "vulnera los derechos humanos de las personas".
Sabbar, ciudadano de origen marroquí, explica en su denuncia que, el pasado 19 de enero, pidió visitar la enfermería del centro ya que sufría de hemorroides, alegando que "sangraba mucho" y no podía soportar el dolor. Como no hacían caso de su petición, se autolesionó haciéndose un corte en el pecho de 19 centímetros. Según explica, solo de esa forma, logró recibir atención médica.
Días después, el 25 de enero, exigió de nuevo que le volviera a visitar la enfermera del centro porque sentía que "se estaba desangrando" por la misma causa. Entonces, según detalla Sabbar, uno de los agentes llamó a otros dos policías más para que vigilaran mientras lo metían en una de las celdas, donde no hay cámaras, y empezó con la porra a golpear el metal de la cama mientras le gritaba insultos xenófobos tales como "los marroquíes sois unos guarros y unos sucios que no valéis nada y vuestras mujeres no valen nada".
Cuando el interno volvió a pedir ayuda médica, según su testimonio, un agente le pegó un puñetazo y un bofetón, le agarró del cuello y le amenazó con matarlo si seguía pidiendo atención sanitaria. Sabbar asegura que el agente le dijo "como vuelvas a llamarnos, bajo con la pistola. Te apuntaré con la pistola en la cabeza, te pegaré un tiro. Mi turno termina a las ocho, me voy a casa y nadie se enterara que he sido yo quien te ha matado" y "duérmete que me da igual que sangres". A causa de la paliza, Sabbar ha perdido un diente, tiene varios moratones por todo el cuerpo y sufre alteraciones del sueño, estrés y ansiedad.
Asimismo, el interno asegura que su derecho a ser atendido por un abogado ha sido vulnerado, ya que cada vez que ha solicitado una instancia para tramitar su asistencia jurídica, los agentes se la han roto o directamente no se la han facilitado. Sabbar adjunta en su denuncia la firma de 21 internos como testigos de las agresiones que asegura haber recibido.
Por otra parte, Zohuir, ciudadano de origen argelino, asegura que, el pasado 19 de enero, tras verter accidentalmente agua de un vaso en el comedor, un agente le llevó a las duchas del centro, cerró con llave, y le propinó patadas, puñetazos y golpes con la porra. En el momento en el que el interno estaba en el suelo y el policía tenía su bota sobre la cabeza de Zohuir -según explica éste en la denuncia-, entró una agente y la enfermera del centro, a la que escuchó decir "deja al chico, lo vas a matar". Tras la paliza, tuvo que ser trasladado al hospital donde fue intervenido con 17 puntos de sutura y tiene moratones en varias partes de su cuerpo. Cuando pidió el informe de lesiones, la Policía se lo denegó. Ambos internos aseguran que los policías carecían de identificación en todo momento, aunque dicen poder identificar con facilidad a los agentes que les han agredido.
Mecanismos de control y depuración de responsabilidades
Ante los hechos, desde la Campaña por el Cierre de los CIE (CIE NO), exigen al Ministerio del Interior que se tomen "medidas inmediatas para controlar las actuaciones policiales de forma que se garantice la integridad física y moral de los internos en todo momento".
Además, reclaman que se cierre de forma permanente el CIE de Valencia, porque "vulnera los derechos humanos de las personas".
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