domingo, 22 de febrero de 2015
LA ACTUALIDAD DE SPINOZA
Luis
Roca Jusmet
Spinoza ha tenido una recepción entusiasta por parte de pensadores
heterodoxos y muy potentes de la filosofía contemporánea. Jacques
Lacan, Louis Althusser, Gilles Deleuze y Toni Negri fueron algunos de
ellos.Cada uno de ellos cogió de Spinoza lo que le interesaba y
para todos ellos su lectura fue muy fecunda.
Algunos
grandes filósofos contemporáneos como Felipe Martínez Marzoa lo han
considerado como un de los filósofos claves para entender el paso a la
Modernidad. Pero Martínez Marzoa quiere interpretar lo que decía
Spinoza, no lo que quiere escuchar de él. Me parece más honesto.
Pienso que Spinoza tiene hoy un gran interés. La tiene por lo que
podemos actualizar de su ontología, su epistemología y su ética y una
política. ¿ Qué quiere decir actualizar ? Actualizar quiere decir lo que
podemos aprender hoy partiendo de hemos de partir de lo que quería
decir
La
ontología
o teoría del ser de Spinoza es realista. No parte del
sujeto pensante, que es una línea idealista que empieza por Descartes y
continua con Kant y Hegel hasta llegar a Hursell. Realista quiere
decir que partimos de la existencia de lo real , es decir la Substancia,
y desde aquí entendemos el hombre y su proceso de conocimiento. Spinoza
no es
panteísta, porque Dios es una palabra que utiliza por imperativo de
su época y que se refiere al Ser. Pero tampoco es
materialista, como sostienen algunos de sus lectores. La materia es
solamente una de las manifestaciones de la Substancia. Esta es el Ser
eterno que se despliega a través de sus manifestaciones infinitas, de
las que solo conocemos dos : la extensión ( la materia) y el
pensamiento ( la mente). Las manifestaciones tienen una duración, se
despliegan en el tiempo. Todo lo que existe está determinado. En su
conjunto lo que es lo es de una determinada manera y en particular
cada cosa concreta está determinada por su encadenamiento en el
tiempo. Todo es necesario, nada es contingente. La mente y el cuerpo
son dos atributos o manifestaciones de lo que es. No son dos
sustancias pero tampoco una. Para Spinoza la mente no está causada
por el cuerpo ( ni siquiera por el cerebro): es otra dimensión de lo
real. Antonio Damasio, uno de los grandes neurocientíficos actuales,
considera tan acertado a Spinoza por su monismo como desacertado a
Descartes por su
dualismo.
Su
epistemología o teoría del conocimiento es racionalista. Pero la
parte fundamental de la razón es la intuitiva, no la deductiva. Hay
tres géneros de conocimiento. El primero son las ideas inadecuadas.
Estas son confusas ( si vienen de la sensación o la emoción),
porque lo que nos provoca distorsiona nuestra visión. también porque son
ficticias cuando imaginación nos hace ver las cosas como posibles y no
como necesarias. Imaginamos que las cosas podrían haber sido
diferentes pero todo pasa de la única manera que podría pasar. El
Bien/mal, las causas finales, el libre albedrío y las formas ideales
que atibuimos a las cosas también son inadecuadas. A partir del
segundo grado de conocimiento podemos hacernos ideas adecuadas de las
cosas cuando captamos lo que tienen de necesario, de eterno y de
común. Son ideas objetivas. El tercer grado o conocimiento de Dios es
cuando captamos
intuitivamente lo que es en su conjunto, cuando tenemos una visión
global de la realidad. Quizás sea entender que hay una única Realidad de
la que todos formamos parte. Dios es el nombre que da, por imperativos
de su época, a esta Realidad única de la que formamos parte. Sería como
una visión cósmica, quizás próxima a la mística. Sería interesante relacionar a Spinoza con las reflexiones
filosóficas a partir del enigma cuántico.
La
ética es el arte de vivir, el camino de la felicidad a partir de
nuestro conatus. El conatus es nuestra potencia y nos conduce a la
alegría. Cuando desarrollamos nuestras capacidades somos activos,
tenemos poder y estamos contentos. El deseo es el impulso del conatus,
que es consciente y está ligado a una idea. Desarrollamos así nuestra
esencia
singular. No somos siervos ni esclavos de los otros ni de las
circunstancias. Porque los otros y las circunstancias nos encadenan a
través de las pasiones tristes. Las pasiones tristes nos deprimen (
la tristeza en todas sus manifestaciones ) o nos envenenan a través
del odio hacia el otro o hacia nosotros mismos. Odiamos a quien
consideramos causa de nuestra tristeza : odio, ira, venganza,
envidia, crueldad. O nos odiamos a nosotros mismos a través de la
culpa, pero no hay nada más cobarde que no asumir los propios actos.
También la compasión es una pasión triste porque nos encadena al
sufrimiento del otro. Hemos de aceptarnos querernos en la justa
medida, sin defecto ( inhibición, vergüenza) no exceso ( vanidad,
arrogancia). Estamos determinados, pero la libertad es entenderlo (
distancia) y hacer lo necesario para afirmar nuestra potencia. La
esperanza, el miedo, la indignación, la seguridad son pasiones que
en un determinado momento puede ser útiles para evitar males mayores
: la desesperación, el peligro, la injusticia, la inestabilidad. El
bien y el mal no existen, las cosas son buenas o malas en función de
su utilidad y la utilidad es lo que nos hace felices y hace felices a
los otros. El deseo, que es el conatus hecho consciente, es el motor
de nuestra vida pero debe ser guiado por la razón. El hombre sabio
vive en un estado de serena alegría. La moral no es un código de
leyes ni un sentido del deber, la moral es el deseo de hacer el bien
al otro. Es nuestra alegría la que nos orienta hacia la generosidad.Es
una ética del deseo, la alegría y el amor, no de la obligación y el sacrificio.
La ética nos
conduce a la política porque somos seres sociales. No hay que ser
esclavo ni siervo de la sociedad. Hay que ser ciudadano, que quiere
decir que nos
sometemos a las leyes. Estas leyes han de ser democráticas, porque
las elegimos entre todos. Hay que cooperar, haciendo
que todas las potencias individuales se potencien en en un esfuerzo
colectivo.Es una primera formulación del contrato social. Las leyes nos
hacen ciudadanos. Entre todos las decidimos y todos las obedecemos.
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