"Debo afrontar tal cosa"
"Debo aprender tal otra"
"Debo cambiar esta manía
por aquella más interesante"
dice el pensamiento
prisionero en la trampa
del nunca será
¿Acaso me dice "debo respirar"
cada vez que respiro
"debo ir al baño" cuando es urgente
"debes amar a tu hijito"
o "al ser que llevas en corazón"?
No debo nada. No hace falta deber
cuando se irradia el gozo.
La vida es una maravilla
no una factura grandilocuente
que hay que pagar al contado
o a plazos. No nacemos con deudas
sino con el cielo como herencia
y el amor como sustancia
Aceptar el don de la libertad
y la ausencia de ataduras
del que nace la felicidad
y su alegría gozosa
no es una liberación
sino un verdadero problema
en el país de la Bella Durmiente
donde el libre albedrío
se columpia entre la ilusión caprichosa
de cualidades inalcanzables
y la pereza real para abandonar
el pantano de las inercias
y la comodidad de lo consuetudinario.
No hay nada tan aburrido
como el afán por no aburrirse
en el miedo al aburrimiento
y nada menos original
que el empeño por la originalidad
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